ADIÓS DE LA FUENTE CAMIL DE LA FUENTE Cada embestida sobre él, lubricaba aún más las paredes estrechas y ya húmedas de mi sex0, no tenía claro si era por estar embarazada, que mi libido sexual era tan alto, pero lo cierto era, que tener relaciones sexuales como reconciliación me estaba resultando ser demasiado excitante. Además de que Farid era un Dios en la cama «siempre lo había sido», me hacía sentir tan amada, tan especial que despertaba mariposas en mi estómago. Desde un inicio me deslumbro al punto de no superarlo jamás. Y La vista… ¡Wow! ¡Que vista! Farid debajo de mi, mordiendose los labios, con la cabeza apoyada en la almohada y disfrutando tanto o más que yo. Su piel marcada bronceada marcada con tatuajes era un afrodisíaco aún más fuerte que el alcohol. Palmeó mi trasero para excitarme aún más, y encajarse en mí aún de modo más profundo. Amaba su modo bruto y cariñoso. Si manera sensual y firme de tocarme, las caricias más sensuales y ardientes que había experimentado
UN JEQUE PARA UN HAREMCAMIL ARAY Llegamos al aeródromo en una camioneta Cadillac blanca, de las del servicio oficial del Jeque. El trayecto a la terminal aérea fue tranquilo y rápido, y desde que salíamos de la mansión, el piloto de la aeronave avisó vía telefónica que todo estaba preparado para volar. El auto se detuvo, y yo apreté a Emira contra mi pecho… en esta tierra la había concebido, y ahora nos marchábamos sin saber si volveríamos pronto a plantar nuestros pies en la península más grande del mundo. El mundo árabe otra vez me hacía enamorarme aún más del padre de mis hijos, y regresaba a América amándolo con más o igual fuerza que la primera vez. Desde que la puerta se abrió muy cerca de la pista ya se podían escuchar las turbinas del jet privado que nos regresaría a Estados Unidos. Todo estaba listo para abordar, ya nuestros asuntos en Arabia Saudita habían sido zanjados; Farid y yo nos habíamos reconciliado, y las cosas entre nosotros ya estaban bien. Emira estaba feli
UN TEST DE ADNCAMIL ARAY Llegamos a Los Ángeles, y allí en la pista nos esperaban Atenea y Amiel Aray. No se porque sentí que era algo así como héroe de Guerra con ese recibimiento. Atenea me abrazó con el cariño de siempre, ella desde que llegó siempre había intentado ser una hermana mayor, aunque yo al principio no pude verlo. Luego susurro algo en mi oído.—¡Gracias al cielo pudiste aplacar a la bestia!— dijo en una risita nerviosa y culpable —. La verdad es que me sentía muy culpable de todo lo que ocurrió, de haber desconfiado de ti Peligro… y también haberte dejado tirada. Mara me ganó esa partida. ¡La muy bruja!Negué con la cabeza y con afecto respondí a su cariño apoyando una mano en su hombro y volviéndola a abrazar. —Pierde cuidado Miss Aburrida. Tu no tuviste culpa… Creo que yo también hubiera desconfiado— espeté con sinceridad. —¿Entonces ya eres mi hija?— preguntó Amiel Aray imponiéndose e interrumpiendo para saludarme. Atenea sonrió, rodó los ojos y se hizo a un la
DOBLE O NADAFARID ARAY —No sabía que teníamos fijada una hora para llegar, nadie me avisó— protesté sin dar siquiera los buenos días. Había tenido demasiada paciencia, pero mis deseos de soportar a Abdel y su arrogancia se iban desvaneciendo. Odiaba ese intento de presión que tenía mi vida patas arriba. Abdel Kaya estaba molesto, se lo veía en el rostro; y su hija Yamila parecía que le estallarían las mejillas por la ira. Eran demasiado altivos, para solo ser una familia con influencias, ya que la familia de Abdel ni siquiera ostentaba el título de jeque en la antigua jerarquía árabe.Camil caminó de mi mano como la reina que era, no trastabilló ni se dejó intimidar en lo absoluto. —Buenos días— saludó y ambos la miraron sorprendidos. Obviamente no esperaban que forzándola a realizar un examen de ADN aún le quedaran ganas de saludar. Amiel, mi tío, avanzó y dejo a Abdel con la mano en el aire cuando este se la ofreció, el momento fue incomodo, y intercambiamos mirada con los Kay
REGRESO A ATLANTA CAMIL ARAYPor fin el momento de regresar a Atlanta llegó, a Farid le había costado aceptar, que aunque en Los Ángeles estaba parte de la familia, era necesario que nosostros siguiéramos nuestro camino.Nos despedimos de Amiel, de Atenea y Liam, y partimos al aeródromo para tomar el jet de Farid rumbo al destino final de nuestros próximos meses.Aún los asuntos con Liam estaban pendiente, pero no hermano viajaría a la ciudad para el juicio, y los asuntos con los Kaya se manejarían mediante video conferencias.—¿Listas para regresar a nuestro reino?— preguntó Farid ayudándonos a subir a la escalinata del avión. Emira sonrio encantada, y feliz de que su padre la consintiera de esa manera, si me hubiera alejado del Jeque definitivamente, me hubiera perdido muchas de esas hermosas sonrisas y esos ojos verdes brillantes por la felicidad de ser la niña consentida de su padre. Abordamos y el avión despegó sin mayor dilatación. Como siempre el vuelo fue tranquilo y l
SEMANA SE INCERTIDUMBRE CAMIL ARAY Farid, hombre inconsciente con mi sentido de la curiosidad, y lo estaba odiando por eso. Se había negado con todo su ser a revelarme algo, y solo dios sabe que le había insistido gráficamente hasta el m@ldito cansancio. Ya me sentía exasperada de tantos paños húmedos, y el árabe seguía renuente a cooperar. A veces podía ser tan necio como una mula. Sencillamente solo había repetido también hasta el cansancio que todo estaba bien y que no ocurría nada de lo que debiese preocuparme ahora. Llegó de la escuela con Emira, jugó con la niña y conmigo, me hizo compañía, e hizo parecer que era lo normal en la rutina diaria; pero esa vena seguía visible en el lado izquierdo de su frente. Esa vena solo se le marcaba cuando estaba realmente demasiado preocupado.Al día siguiente llevo a la niña al colegio, regresó, pasó la mayor parte del día a mi lado. Vimos películas, comimos palomitas, me ayudo a bañar, como el más ejemplar de los futuros esposos, aún a
RESULTADOS DE UN DESASTROZO ADNCAMIL ARAY.Salimos de la clínica, felices. Más bien radiantes y más emocionados lo creía verdaderamente imposible. Ahora si era un hecho rotundo que seríamos padres de otro bebe, uno que contaría con ambos la vida entera. Los juegos del destino, nuestros errores pasados, los miedos y dudas, habían hecho que yo hubiera criado sola a Emira, y había sido un esfuerzo enorme con muchas noches de soledad.Ahora reescribiríamos una historia totalmente diferente. Seríamos la familia que nuestros hijos necesitan que fuéramos. Ya nada parecía poder impedirlo, ni siquiera el que Farid perdiera el acceso a sus zonas petrolíferas, lograría separarnos. Y mira que habían intentado separarnos con fuerza demencial, tanto Mara y Dave, y ahora Abdel Kaya y su hija. El auto cruzó la avenida, y en muy poco tiempo entramos en la calle dos de estába situada la nueva mansión. El conductor dijo algo, y Farid se volvió a la defensiva muy rápido. Miré por la ven
LOCO, POSESIVO Y PROTECTOR. FARID ARAY Ofrecer un café en el living de mi nueva casa, para la familia que prácticamente venía destruyendo mi paz, era prácticamente un desafío para mi. Permanecía como un perro rabioso junto a Camil, si a ese par de locos se le ocurría soltar alguna barrabasada, juraba que los echaría a patadas. Eran su “feliz” familia aparecida, pero resulta que a estas alturas ya me era casi imposible creer en la buena voluntad de alguien. Así que si antes mi mujer me llamaba árabe Bruto por mi carácter, creo que después de hoy me agregaría el apelativo de «Hombre de las cavernas», pero no permitiría que alguien volviera a dañarla, incluso que ni lo intentaran. Analicé a los Kaya, y si… se veían en son de paz. Incluso Yamila tenía la mirada acuosa y la vista perdida, no estaba siendo tan directa como acostumbraba, ni tan excéntrica. Quizás el tener una hermana mayor había tocado su fibra más sensible. Lo que si tenía que reconocer yo mismo algo, esos genes de Ab