UN HERMANO AL RESCATE

LIAM ARAY

—Creo que es lo mejor— musita Atenea despiediendome en la escalinata del avión— ¿Estás seguro que no quieres que vaya contigo?

—Amor… creo que es mejor que te quedes con los niños. El viaje será rápido y espero estar de regreso mañana.

—¿Tienes los documentos necesarios por si todo sale bien? — se cerciora mi esposa y asiento con la cabeza.

—Por el bien de ambos, espero que solo salga bien. Esos dos separados, no se que serían capaz de hacer. También tengo los documentos necesarios para demostrarle a mi hermana los avances de su demanda penal.

—Te amo, y espero que regreses pronto—se despide mi diosa, y le doy un beso profundo. Nunca me cansaré de esa boca.

—Yo también te amo, nena. Una sugerencia… ¿si?— le propongo y ella asiente con la cabeza— Si mi madre llegará a aparecer o Los Ángeles en mi ausencia, bajo ningún motivo la dejes entrar.

—Eso sin duda alguna, lo puedo hacer.

Ate me da una sonrisa triste, otro beso, y por fin regresa al coche