Capítulo 41: Mentiras y manipulación I

DARÍO RINALDI

¡Ese hijo de puta, me había quitado mi oportunidad! ¡¿Cómo era posible que él fuera quien disfrutara de mis esfuerzos?! Lo vi salir de su habitación llevando de la mano a su hijo. La suite presidencial siempre se reservaba en estos eventos para el socio mayoritario de Zafrina, saber que él lo era me hizo pensar que tal vez ya no debería de confiar tanto en esa puta bruja de mierda. 

Me mantuve en silencio y escondido, viéndolos alejarse mientras yo terminaba mi llamada con un viejo amigo de la farándula:

—Sí, tienes cinco minutos, tendrás la exclusiva… —dije antes de colgar y me acerqué a la habitación. Como esperaba, tenía llave y solo se podía abrir por dentro. 

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