¡Les deseo feliz Nochebuena y feliz Navidad! Gracias por todo el apoyo que siempre me han brindado y los mensajes tan lindos que dejan. No saben lo feliz que me hace leer sus teorías y sus opiniones. Que haya mucha dicha y felicidad en cada uno de sus hogares. Mis mejores deseos para todas.
CRISTINE FERRERANo supe cuántos segundos me quedé con el teléfono en la oreja, sabiendo que pese a todo problema que pudiéramos tener, Eliot seguía demostrándome que estaría para mí, no importaba que tan enojado o decepcionado pudiera estar.De pronto me sentí como la villana. ¿En qué momento los papeles habían cambiado? ¿Cómo es que ese hombre frío y cruel ahora era el héroe que no tenía espacio en su corazón para el rencor y la venganza? ¿En qué momento dejé de ser la mujer que luchaba por sus hijos y enfrentaba la hostilidad del hombre que amaba con la frente en alto y conservando su dignidad, para convertirme en alguien maleable, vulnerable y tibia para tomar decisiones? ¿Ese era el efecto que todas las desgracias habían dejado en mí? ¿Era culpa de mi exceso de confianza? No, como bien había dicho Donna, podía tener miles de pretextos, pero la única que había decidido andar por este camino era yo y ahora estaba siendo víctima de las consecuencias de mis propios actos. Me mantuv
CRISTINE FERRERA—Sloane, debo de estar con Cristine, debo de estar con ustedes. Las piltrafas de hombres que tienen a su lado solo sirven para traicionarlas y ponerlas en peligro —contestó Zafrina con la frente en alto—. Estoy pensando seriamente en hacer que Derek se busque otro lugar. Desde que están juntos tú te has vuelto algo irreverente y me preocupa tu bebé tanto como el de Cristine. —¿Cómo? —preguntó Sloane escéptica y con una sonrisa burlona—. Ah… siempre he sido irreverente, no solo desde que Derek está a mi lado. —Mi niña, ¿no ves el daño que te está causando solo por su interés en proteger a su hermano? No tengo problemas en que hagas una familia con él cuando todo esto termine, pero por ahora preferiría que tu entorno fuera completamente seguro —insistió Zafrina intentando alcanzar el rostro de Sloane con ambas manos, pero esta retrocedió. La veía como si no la conociera. —Zafrina, insisto, creo que tenemos que hablar, pero afuera. Cristine no tiene que estresarse más
DONNA CRUZEl acero de las esposas comenzaba a cortarme las muñecas, aun así, seguí caminando con una gran sonrisa, viendo a personas mil veces más peligrosas que yo esperando su juicio. Era irónico, mi crimen era decir la verdad en voz muy alta, la de ellos matar, violar y robar. ¿En verdad podían echarnos al mismo costal? Bueno, para la justicia éramos la misma clase de escoria.—Serás procesada… —dijo el sargento Esposito obligándome a sentarme entre un violador y su víctima, porque sí, el hombre de mi derecha; tatuado, de apariencia sucia, sonrisa torcida y lleno de tatuajes, era el verdugo de la chica con ojos llorosos y rostro golpeado de mi izquierda. Su ropa aún estaba rota y manchada. ¡Bendita justicia! ¡Bendita la gente que nos cuida! Son la misma mierda, pero con uniforme y placa—. Estarás en encierro preventivo hasta que un juez decida donde cumplirás la condena. El sargento se hincó delante de mí, como si fuera una niña pequeña, pero su sonrisa solo me decía que estaba f
DONNA CRUZDe pronto la luz me cegó por breves segundos, era tan blanca que dejó manchones morados pintados en mi retina. El doctor me tomó por las caderas y me subió a la cama que tenía detrás, arrugando el papel que la cubría. Apretando los ojos constantemente, intenté enfocar la mirada, el hombre caminaba de un lado para otro en silencio, sacando material y poniéndolo en su mesita auxiliar. Cada artefacto era más grande y retorcido que el anterior. —¿Estás lista para ser examinada? —una voz femenina se unió al ruido del metal chocando con el metal. Frente a mí se plantó lo que parecía una enfermera. Se ajustó los guantes de látex frente a mí antes de quitarse el cubrebocas, mostrándome sus labios rotos e inflamados. Mi rostro cambió por sorpresa, pues pese a la peluca y otros accesorios, la reconocí cuando su boca se entreabrió, mostrándome un par de dientes rotos.—Carla… —dije en un susurro mientras mi corazón se detenía. —Aprenderás a no meterte donde no te llaman —agregó con
CRISTINE FERRERA—¿En verdad me amenazas frente a toda esta gente, Eliot? Debes de estar desesperado. Tan solo mírate, estás al borde del colapso, sin empresa, sin familia, sin dinero… Ya no eres ni la sombra de quien fuiste —aseguró Zafrina con soberbia y la frente en alto. —Suficiente… —susurré y me acerqué a ellos.—Cristine, tienes que regresar a la cama, necesitas descanso y este hombre lo único que hace es…—Zafrina, ya me cansé —la interrumpí—. Estás perdiendo la cabeza, si alguien está destruyendo mis nervios, eres tú.Su rostro se convirtió en una mueca de sorpresa y retrocedió como si mis palabras hubieran sido un golpe en medio de las cejas.—Lo único que yo he hecho es cuidar de ti y de tus hijos como si fueran mi propia familia —susurró mientras sus ojos se paseaban por mi rostro—. Piensa bien en lo que dirás, Cristine, sabes cuanto te quiero, yo te vi crecer, dejar tu pasado como bailarina, yo te convertí en modelo, yo te hice la CEO de mi empresa, te la entregué.—¿Se
SLOANE D’MARCOMientras Cristine era llevada por la enfermera, Derek tuvo que tomar a Eliot para sacarlo del hospital. Me traía algo de paz pensar que Cristine por fin estaba dándose cuenta de que no podía agarrar a Zafrina como guía espiritual, no era la indicada, era una mujer rota y no había manera de que pudiera ayudar a los demás si no se ayudaba primero ella misma. —¿Estás feliz? —preguntó Zafrina con ojos llorosos en medio de lo que quedaba.—No estás bien… pero tampoco quieres hablar con nadie. ¿Cómo planeas que te ayudemos si…?—No necesito ayuda. Ustedes son los que necesitan de mí, no se te olvide —sentenció llena de rencor, haciéndome cerrar la boca.Zafrina no solo era una de las mujeres más exitosas y adineradas de la ciudad, sino una mujer que había empezado desde abajo, que había sufrido humillaciones, caídas, rechazos y ahora era el significado de éxito. Su orgullo siempre la mantuvo de pie. ¿Qué me hacía pensar que cedería tan fácil?—Leí el diario de mi madre —susu
CRISTINE FERRERA—¿Cómo estás tan seguro de que es una niña? —pregunté mientras la mirada de Eliot no se apartaba de mi abdomen. Posó su mano sobre mi vientre, era tan grande que parecía cubrir por lo menos la mitad, además… su calor parecía migrar hacia el interior, llegando hasta nuestro bebé, quien de inmediato se movió, como si deseara frotarse contra la mano de su padre a modo de reencuentro. La sonrisa de Eliot fue digna de fotografía. Se hincó para estar más cerca de mi vientre y comenzó a susurrar.—Hola, mi amor… —dijo con tanta ternura que parecía que en vez de saliva tenía miel en la boca—. Soy yo, soy papá. Te extrañé mucho mi niña preciosa. Tienes que ser muy fuerte, como mamá, tienes que agarrarte muy fuerte, no quiero que enfermes, me romperías el corazón. »Estoy ansioso por conocerte y cargarte, no sabes cuantas noches he soñado que te tengo entre mis brazos, mi pequeña princesita. —Como respuesta, el bebé se movía contra su palma, estirándose dentro de mí, queriendo
CRISTINE FERRERA—¿No haremos nada? —pregunté palideciendo. Incluso mi corazón pareció detenerse por unos segundos—. ¿No la ayudaremos?—No —regresó sobre sus pasos y comenzó a tomar mi ropa. Aunque mantenía ese gesto serio y contenido, era obvio que por dentro tenía toda una tormenta. —¿Por qué no? —pregunté indignada—. ¡Es lo que haríamos por Derek o Luca! ¡Es lo que haríamos por Sloane o Berenice! ¡Lo hemos hecho! ¿Por qué no lo haríamos con ella siendo que nos ha ayudado tanto? Destruyó a los Spoti, ayudó a Luca, si no fuera por ella tal vez Berenice hubiera muerto dentro del taller en llamas y Luca también, golpeado brutalmente por Jerry. Eliot se apoyó con ambas manos en la cama y suspiró apesadumbrado antes de levantar la mirada hacia mí. —Teníamos un trato, no solo de privacidad —agregó casi sin parpadear—. Si alguno de los dos caía en manos de la policía o de alguien más, el otro no haría nada, por seguridad. »Si la busco en la cárcel, si me entrometo en su caso, corro el