—Ella se cree perfecta, y piensa lo peor de mí, entonces ¿Por qué se casó conmigo y permanece a mi lado? Que vaya y se busqué a uno perfecto—decía indignado el señor Martino.
Dara estaba nerviosa, realmente le preocupaba el enojo de sus padrinos y suegros, pero observaba a su suegra y estaba de lo más relajada, la vio cuando se acercó a su esposo y le colocó una mano en el brazo, mientras él trataba de alejarse —Ya Martino Gianluca Landaeta Rossi—espetó molesta María Martha—No sé ¿Por qué quieres hacer un maremoto en un vaso de agua? No es para tanto, y si me casé contigo y aún sigo a tu lado es pre
Al oír esa voz al otro lado de la línea, la reconoció y de inmediato sintió un sabor amargo en su paladar. Se levantó de la cama y salió a la terraza procurando hacer el menor ruido para no despertar a Dara —¿Qué haces llamándome? Y nada más lejos de la realidad, no te he extrañado para nada y agradecería que me dejaras en paz.—No vayas a cortarme la llamada Martín, tengo algo importante que decirte—respondió la mujer.—No tengo nada que hablar contigo, te agradecería dejarme en paz, estoy felizmente casado con la mujer más espectacular del mundo, y aunque al momento de lo que me hiciste: creí morir, hoy día te doy las gracias, porque ella es la mujer que siempre he querido y esperado para mi vida.—Estoy emba
El rostro de sorpresa del hombre era increíble, se pasó la mano por sus cabellos con una especie de lamento, ante la mirada curiosa de Dara y pronunció —Nena, por favor cuéntame todo, lo que pasó con Martín.Ella frunció el ceño ante la petición de Marino, pero luego de un par de segundos decidió contarle—Mi auto cayó en una zanja cuando iba a las cabañas de Courmayeur, estaba cayendo una nevada y la ropa que cargaba no era suficiente para el inclemente clima, sin embargo, me fui caminando hasta la cabaña de mis padres que me quedaba más cerca, pero me dio hipotermia y él me rescató. —siguió contándole con detalle todo lo que había sucedido, incluso la discusión que habían tenido.—Dara, Martín no es culpable, tiene toda la razón hay pocas posibilidades de que su ex este embarazada de él—afirmó Marino.
Martín vio a Dara y enseguida corrió en su búsqueda emocionado pero preocupado, pues temía que ella mal interpretara lo que estaba sucediendo —Dara mi amor, no es lo que parece, por favor déjame explicarte —suplicó con dolor al ver a su esposa reteniendo las lágrimas para evitar que estas rodaran por sus mejillas.Dara sentía que su mundo se había derrumbado al ver a Martín besándose con esa mujer, había traído en sus manos el resultado de la prueba de embarazo, incluso hasta manualidades hizo, porque había enmarcado el resultado del examen con el eco en una cartulina hilo, haciendo una especie de tarjeta decorada en pintura al frío azul, vinotinto y lila que decía. “Solo quiero decirte… dentro de poco más de siete meses… Me tendrás en tus brazos. Papá.”, pero al ver la escena que tenía ante sus ojos, la dejó caer, rodando debajo del auto, mientras experimentaba el dolor más grande y cruento que había sentido en su vida.Martín se le acercó, pero Dara enseguida respondió—¡No m
Dara angustiada trataba de calmarse, pero el dolor que se había apoderado de su cuerpo se negaba a soltarla y su sufrimiento aumentaba cuando veía en la fotografía a su madre, sus hermanos y una hermana que se había enamorado del mismo hombre que ella — ¡No puedo mamá!, Es imposible que pueda ser feliz a costa de la felicidad de mi hermana—pronunciaba mientras se dejaba caer completamente en el suelo abrazando sus rodillas.—¡Basta Dara! No tienes la culpa de haberte enamorado de Martín y que él te corresponda, y aunque esa chica también sea mi nieta, ella no lo merece. Por lo que me ha contado María Martha, ella le fue infiel con su mejor amigo, Amarantha tuvo su oportunidad y no la aprovechó, se burló de su amor y lo tiró a la basura, así que no voy a permitir que te sacrifiques por nadie.—¿Y sabes quién
Dara al ver a su hermano se dejó abrazar y consentir por él, su corazón estaba muy triste, se sentía afectada no solo físicamente sino de ánimo, no dejaba de pensar en su esposo, añoraba tanto estar abrazada a él, hacer el amor, tenía tantas dudas sobre la decisión que había tomado, su padre conversó con ella durante el trayecto a la estación y le aconsejó no renunciar al amor, le hizo prometerle que si Martín la amaba, lo aceptaría nuevamente en su vida.Debía pedirle consejo a su hermano, aunque lo más probable es que estuviera de acuerdo con sus padres, porque Marino deseaba por todos los medios que su amigo y ella estuvieran juntos.—Nena, mi princesa—dijo besándola—¿Cómo estuvo tu viaje?—No muy bien, me siento un poc
Dara no coincidía con el punto de vista planteado por Marcos y así se lo hizo saber —Difiero de lo que dices, no tengo absolutamente nada que ver con lo que mis hermanos le hayan hecho a Martín, yo soy una persona distinta a ellos.—¿Hermanos? —interrogó Marcos frunciendo el ceño.—Si porque Amarantha es hija de mi madre biológica, lo que convierte a los dos traidores en mis hermanos—expresó fingiendo una sonrisa—¿También me juzgará por eso? —preguntó con tristeza.—Me dejas sin palabras, ¿Desde cuándo sabes esto?—Me enteré hace cinco días, que mi hermano fue el amigo de mi esposo, que lo traicionó acostándose con su ex novia y ese mismo día, horas antes, me e
Salió corriendo del auto, hasta donde estaba su esposa, comenzó a buscar la manera de abrir la puerta sin importarle los vidrios que se enterraban en sus manos, mientras no dejaba de llorar, el conductor del camión llamaba a emergencias y le gritaba que no podía hacer eso que debía esperar a los paramédicos, pero no oía, solo veía a su esposa inconsciente inclinada hacia un lado del copiloto, como pudo abrió la puerta, la adrenalina que sintió en el momento hizo que fuese posible y la sacó, se la sentó en su regazo, mientras trataba de reanimarla. —Dara mi amor, mi pequeña reacciona, ¡No me dejes! —comenzó a gritar, lloraba, sollozaba —¡Maldita sea! No puedes morirte Dara mi amor, quédate conmigo ¡No me dejes! ¡No! ¡Por favor mi vida! Te prohíbo que te vayas ¡Amor! ¡Perdóname! ¡No Dios mío! ¡¿Por qué?! —exclamaba desgarradoramente. La abrazaba fuertemente contra su pecho, besaba sus labios, no encontraba que hacer para lograr que reaccionara.
CAPÍTULO 26. CONSECUENCIAS Martín se había alejado de todos, se sentó pensativo, demasiado agobiado como para soportar a los demás, el dolor que sentía en su alma era como un cuchillo filoso, que lo cortaba y lo volvía jirones por dentro, tenía la sensación de tener una herida sangrante que no podía ser suturada, pero que sin embargo, constantemente era sometida a baños de alcohol. Se pasaba la mano por su rostro tratando de apaciguar la culpa que lo golpeaba persistentemente como el agua de mar a la roca. Se sentía impotente, añoraba tener el poder de regresar el tiempo para hacer todo distinto con Dara, permanecer a su lado y nunca dejarla ir, su esposa con su sonrisa radiante, su inocencia, ¿Por qué había dudado? ¿Por qué permitió que destruyeran el regalo más esplendido que la vida le había dado? Su amor. Los recuerdos se agolpaban en su mente, las veces que juzgó sus actos sin conocerla, siempre se equivocó, desde l