Carolina, aunque se encontraba muy adolorida por el golpe y la fractura, estaba feliz, esta era la excusa perfecta para no trabajar con su padre, mientras mejoraba ya pensaría qué hacer.La pequeña Susan, había estado toda la tarde en brazos de su doctora favorita, era una niña muy consentida y le gustaban las atenciones que Valentina le daba.Para Dayan, todo fue caos, por la ineptitud del par de malandrines que contrató, su hija estuvo a punto de ser arrollada por este automóvil; eso sí, ellos se excusaron diciendo que ella, no les había dado bien la orden y tampoco les había dicho las características de la víctima. Lo preocupante para ella, ahora era que su marido estaba investigando lo sucedido, no dejaría nada al azar, ya que quienes estuvieron a punto de morir, fueron sus dos hijas.- ¡Dra., escucho lo que tiene para decirme!. -Augusto no quiso mirar a Valentina, fue por un trago de licor y se le veía bastante estresado y molesto. -Lo único que necesito en este momento es un mas
- ¡Dra., agradezco por llegar a tiempo! Augusto se levantó y gentilmente le ofreció una silla frente a él. Mientras le ofrecía la silla, la recorrió con sus ojos, ese trasero lo estaba volviendo loco, se sintió apenado por aquellos pensamientos tan placenteros que tenía con ella y que no lo dejaban concentrarse, ni dormir y menos trabajar.- ¡Dra., la hice venir, hasta aquí, para pedirle que, por favor, trabaje para mí en el ministerio de salud!- ¿Dr., me gusta la idea, pero quien va a cuidar de Susan?- ¡No se preocupe, la anterior persona que la cuidaba, lo hará de nuevo, no es que me guste mucho, pero es de confianza!, perdón, Dra. ¿Qué quiere tomar?- ¡Sorpréndame, Dr.! - Augusto pidió un par de vinos, que pronto estuvieron en la mesa.- ¡Mi hija Carolina, la recomendó a usted, como una excelente asistente!- ¡Sí, era una buena asistente hasta que un día usted me despidió y me dejó completamente en la calle! ¿Sabe? ¡Ese empleo era lo único que tenía para llevar comida a mi casa!
- ¡Danos a tu mujer, la queremos a ella! – Augusto, se colocó delante de Valentina, la forma en que la miraban lo asqueaba. – Si no la entregas por las buenas, la tomaremos por las malas. Esto estaba mal, el parqueadero estaba quedando solo y estos imbéciles se estaban aprovechando de esta situación. Así que intentaron tomar por las malas a Valentina y los golpes de ellos hacia el Dr. No se hicieron esperar, Augusto se defendió y rápidamente abrió la puerta de su auto y le dijo que entrara, el nerviosismo de ella aumentaba y más ahora que él, se estaba enfrentando a 5 maleantes.La forma más fácil de ahuyentar este tipo de gente, fue sacando su arma que siempre cargaba, dos disparos, dos heridos para que huyeran despavoridos. Valentina, al escuchar los disparos, gritó y esperando lo peor, se preparó para golpear a quien se atreviera a entrar en el auto, con tan mala suerte para el Dr. Que, un certero golpe en uno de sus ojos le propinara ella.- ¡Dios, me vas a matar! - El Dr. Se acom
- ¡Dra., es mejor que se vaya, no nos traiga más problemas, por favor! -Valentina, no sabía qué hacer, volvía a tener serios problemas. Se marchó de la casa, tomó un taxi y se alejó llorando de aquella casa, qué sufrimiento le causaba el llanto de Susan, esto era muy doloroso para ella. Llamó al Dr., pero este no contestaba sus llamadas ni mensajes ¿Qué iba a hacer?-Nuevamente, estaba sin empleo, se daría unos días con su hija y su madre y luego buscaría un buen empleo, por ahora tenía dinero suficiente para cubrir los gastos de la casa.Limpio, organizó, fue al gimnasio, salió a pasear con su madre y su pequeña hija, también se comunicó con la cocinera de la casa de los Carranza, esta la mantendrá informada de lo que pasara con Susan, le había dicho que le había tomado especial cariño a la niña y le hacía mucha falta. El Dr. nunca contestó sus llamadas, ni respondió los mensajes, se sentía terrible, devastada.Domingo 8 de la noche, una llamada en su móvil, la hizo dejar la loza que
La conferencia que daría Valentina, en las horas de la tarde, tenía nervioso y de mal genio a Augusto, decidió llamarla al móvil, necesitaba hablar urgente con ella. Para colmo de males, ella no contestó el móvil. Llamó a su secretaria para que fuera en su búsqueda.- Karen, deje lo que esté haciendo, busque a la Dra. Valentina, la necesito con urgencia.Karen buscó a Valentina, Le pareció muy extraño que el Dr. Augusto la conociera.- Valentina?- Sí, ¿qué puedo hacer por usted?- El Dr. Augusto la necesita urgente.- Dígale al Dr. ¡Qué voy en un momento! Valentina terminó lo que estaba haciendo y se dirigió a la oficina del Dr., tocó a la puerta.- ¡Adelante! - Valentina entró a la oficina, se encontraba Augusto y su asistente.- Dra. ¿Usted no entiende la palabra Urgente? Karen festejó a modo de burla el regaño que el Dr. le hizo a Valentina.- ¡Estaba ocupada con mi jefe, en algo muy importante!- ¡Su jefe soy yo! - Augusto levantó la voz- Le pido el favor de abstenerse de dar la co
A su llegada a la oficina, Valentina sentía muchas miradas sobre ella, además de las murmuraciones, no quiso prestar atención a esto; con sorpresa vio que, el pasillo para llegar hasta su lugar de trabajo estaba lleno de ramos de rosas rojas, pensó que era un regalo del gran jefe para todas las mujeres, pero no, las compañeras de trabajo muy amables y llenas de envidia le fueron con el chisme, esas rosas todas decían su nombre."Valentina, solo quiero su perdón"De antemano, ella ya sabía de quién se trataba, se dedicó a trabajar como si nada, aunque su mente estaba en otro lugar.Quien sí estaba molesto, era el Dr. Ramírez, le pareció inapropiado esa cantidad de rosas, puesto que dificultaba el paso de los empleados.- Dra. ¡Necesito una explicación! ¡Sus problemas personales es mejor que los deje en casa!- ¡Sí, señor, disculpe! En ese momento, un mensaje llegó a su móvil, poniéndola más nerviosa.- ¿Será que, con eso, obtengo su perdón?- El Dr. Ramírez, está muy enojado por las ros
Ya estando un poco más tranquila, Valentina aceptó con gusto un vaso con agua del Dr. Augusto. Estaba sin darse cuenta de cómo había llegado hasta el gran y lujoso apartamento de propiedad del Dr.; en el parqueadero del Ministerio, él la había invitado muy amablemente a subirse a su auto, ella aceptó gustosa, deseaba salir corriendo de aquella reunión en la que se sentía incómoda, durante el viaje, no había hecho otra cosa que llorar por aquellos mensajes amenazantes que la atemorizaban.- ¡Debes ir con la policía y mostrar esos mensajes, ¿no sé qué pasa con esa mujer? ¡Siento que me está enloqueciendo! - Dijo el Dr. mientras tomaba un vaso con licor.- ¡Tengo mucho miedo, Dr. su esposa podría hacerme daño a mí y a mi familia! -Valentina observaba por la ventana, desde aquí se veía gran parte de la ciudad, era una vista maravillosa, era un lugar con altos edificios, con grandes apartamentos y casas muy lujosas y de hermosas fachadas.- ¡No lo hará, yo estaré aquí para protegerte! - Au
Valentina estaba molesta, no le gustaba como la estaba tratando el Dr. Augusto. Fue hasta el baño, aún cubierto con la sabana, le dolía la vagina, este dolor le recordaba que hace unos minutos estaba debajo del cuerpo del Dr. Un hombre grande y fuerte que, se la había cogido con fuerza, hasta querer dividirla en dos.Tomó una ducha, caían al piso pequeñas gotas de sangre, reconocía que el Dr. Había sido brusco con ella, pero ella lo había pedido así, salvaje y hecho un animal. Se vistió nuevamente con su vestido, no encontró su ropa interior. - ¡Qué incomodidad!, -pensó.En ese momento el Dr. Entró a la habitación, la observó, él traía puesto solo su pantalón y un vaso de licor en su mano.- ¿A dónde va?- ¡Me iré a casa!- ¡Aún no! ¡No quiero que se Vaya! ¡No me deje así! -Augusto se quitó su pantalón, quedando desnudo. Su enorme pene estaba erecto, Valentina vio lo grande que era y retrocedió, ¿Cómo era posible que eso tan grande había entrado en ella?- ¡Me va a violar!- ¡No hay n