CAPÍTULO NOVENTA Y SIETE: PEQUEÑO RUBÍ Mientras ambos se dirigían con el abuelo preocupados de lo que podía estar pasando. Rodrigo había olvidado que ese día era especial para él abuelo, al igual que Yahir y bueno Maria Eugenia se podía comprender ya que no llevaba mucho tiempo viviendo ahí pero Yahir y Rodrigo que eran sus nietos…-Disculpe ¿A dónde vamos?- Le preguntó Maria Eugenia.El abogado con amabilidad la miro desde el espejo retrovisor.-Oh, no te preocupes no los voy a secuestrar. Vamos con su abuelo.Maria Eugenia aun sin saber exactamente a dónde se dirigían miró por el vidrio de su ventana. Rodrigo la miraba de reojo, ¿De verdad a ella no le importaba que fuera hijo de una mujer de la calle? Eso era algo que aún no tenían claramente claro.El camino siguió en completo silencio hasta que por fin llegaron a la casa, Maria Eugenia y Rodrigo se miraron entre sí pues ¿Tanto alboroto para volver a casa? Era algo que no era típico del abuelo, si de verdad era un asunto importa
CAPÍTULO NOVENTA Y SIETE: FELICIDAD El silencio se hizo presente en la conversación de Yahir y Victoria, Yahir esperaba una respuesta por parte de su madre.-¿No vas a hablar?- Le pregunto con un tono serio de voz Yahir.Victoria que comía pensando las adecuadas para responderle a su hijo se había quedado en silencio. -A veces incluso una persona como Yo, no viene solo a pedir algo Yahir.-¿Ahora juegas al papel de ser una madre que se preocupa por su hijo Victoria? Vamos, si ni siquiera en el funeral de mi padre te acercaste a consolar a tu hijo ¿Como pretendes que crea eso?Las palabras de Yahir eran tan duras al punto que Victoria tuvo que tragarse el nudo en su garganta.-Regrese por que, necesito que tu abuelo te de todas las acciones únicamente a ti Yahir.Y aunque no mentía esa no era toda la verdad exactamente del por que estaba ahí, existía una razón más importante que esa.-¿Que…? Ahhh..-suspiro- Esa es una razón tan ridícula pero no me sorprende si proviene de una persona
CAPÍTULO NOVENTA Y OCHO: DECLARACIÓN Yahir en el momento en que escuchó esa confesión por parte de Ruby él en lugar de enfrentarse a ella solo salió del restaurante. Se sentía un poco decepcionado, es verdad llegó a apreciar a Ruby pero de repente escuchar eso hizo que su mundo se derrumbara más en pedazos.-¿Confíe la empresa en la que una vez mi padre trabajó tanto en las manos equivocadas? Padre seguro debes sentirte decepcionado de mi ¿Verdad? Lo siento, a veces pienso que un hijo ejemplar como Rodrigo sería lo mejor.Aún cuando su mirada estaba fija en el volante, su concentración no estaba centrada en el volante. Sin darse cuenta conducio por el camino donde estaba la iglesia de Maria Eugenia, y justamente en el lugar donde la conoció se paró de golpe haciendo rechinar una de las llantas.-Genial solo está pasándose a mi…Con rapidez bajo del auto para poder ver a quien estaba apuntando de atropellar. Entonces una vez más apareció Maria Eugenia apartando cualquier emoción neg
CAPÍTULO NOVENTA Y NUEVE: LO VEREMOS Años atrás….-¿Bueno?- Respondió Alessandro.-¿En dónde estás?- Le preguntó el señor Ferrer. -Oh, padre eres tú ¿Qué es lo que necesitas?-Te hice una pregunta ¿En dónde estás? No quiero pensar que estás en el club con esa mujer nuevamente.Alessandro se quedó en silencio por un largo transcurso de segundos hasta que por fin volvió a hablar.- No tengo por que decirte toda de mi vida privada padre. Yo también tengo una vida no puedo estar solo las 24 horas del día metido en tu empresa.-¿Estás con esa mujer?- Le preguntó el señor Ferrer con un tono de voz más serio.-Padre te diré algo, incluso si algún día llego a morir quiero que le des el mismo privilegio que recibe Yahir en la casa a mi hijo. No me interesa si es hijo de una mujer de la calle, lleva sangre Ferrer en sus venas en el momento en que pise esa puerta Rodrigo y automáticamente recibirá el mismo trato que Yahir.-¿Cómo puedes estar tan seguro que lo hare Alessandro?Sin responder A
PRÓLOGOLas campanas de la iglesia ya sonaban, aquellos rayos de sol que habían llegado de una manera especial, un nuevo día estaba por vivirse y es que no se trataba de un día cualquiera, no se trataba de un día por el que se agradecía, ese era un día que cumplía los sueños de dos corazones que nunca creyeron amarse por quienes eran.Mundos opuestos desde un principio, cualquiera que los hubiera visto comenzar aquel dulce y cómica historia de amor jamás hubiera imaginado que sus caminos iban a converger en ese lugar, en ese camino, al final, el matrimonio no parecía ser tan terrible como Yahir Ferrer siempre creyó.Ahora tenía una respuesta, ahora sabía por qué las personas se casaban. No, era una mentira eso que llegó a creer que él que las personas se casaban simplemente por miedo a la soledad, por miedo a que su apellido se perdiera en la nada. Ahora Yahir Ferrer lo veía diferente, las personas no se casaban por miedo a la soledad o que su apellido se perdiera en la nada. Ellos se
CAPÍTULO UNO: SENTIMIENTO DE VENGANZA Y de pronto, la vida de aquella inocente mujer comenzó a cambiar de un momento a otro porque de un momento a otro, aquel CEO con el que se debía de casar por un viejo contrato y un viejo amor de su abuela con el abuelo de su prometido no fue más un infierno sino, el mismo paraíso. — ¿Acepta usted por esposo al señor Yahir Ferrer, para amarlo y respetarlo en las buenas y en las malas? —Preguntó el padre frente a ellos.Vivamente María Eugenia sonrió. —Acepto.—Señor Yahir Ferrer, ¿acepta usted por esposa a la señorita María Eugenia Cisneros, para amarla y para respetarla todos los días de su vida en las buenas y en las malas? —Preguntó el padre a Yahir.Por alguna extraña razón, viendo el brillo en los ojos de María Eugenia, él logró sonreír. —Acepto.—Muy bien, puede besar a la novia.Con una sonrisa en el rostro, María Eugenia besó a Yahir Ferrer.“Solo espero estar haciendo lo correcto y que mis actos no sean castigados en el día del juicio
CAPÍTULO DOS: EL REENCUENTRO DE LAS GEMELAS MÉXICO, CIUDAD DEL CARMEN 23 DE MARZOLos rayos de sol que entraban a través de la ventana de aquella habitación llena de lujos. Incluso si la brisa de mar no llegaba hasta ese lugar, podía olerse. Una nueva mañana acababa de llegar para ellos y con ello, una nueva vida especialmente para aquella mujer que solo tenía inocencia en el corazón.Poco a poco, los sentidos de María Eugenia fueron despertando al mismo que lo hacían los sentidos de Yahir Ferrer. Ni siquiera recordaba lo que había pasado la noche anterior. Todo lo que podía sentir es que no se sentía nada bien, la cabeza le daba mil vueltas, el dolor era casi insoportable.Conforme Yahir se fue despertando se dio cuenta de que en aquella cómoda cama, con las sábanas blancas él había faltado a su promesa. Dijo que no iba a presionar a María Eugenia en nada y eso fue lo que terminó haciendo sin saber cómo fue o cómo se dio todas esas circunstancias. Un error, el error más grande hab
CAPÍTULO CUATRO: SENTENCIA DE MUERTE Frente a los ojos delas cuatro personas que estaban ahí, dos personas idénticas. Mismos ojos, mismo color de piel, mismos gestos pero menos la fuerza en la mirada de ellas porque mientras una era solo bondad e inocencia, l otra era traición.Por un momento María Eugenia sintió desfallecer. Aquella mujer, la que estaba frente a ella era tan similar a lo que ella misma era. ¿Cómo era eso posible? El aire se le estaba yendo, el alma estaba dejando su cuerpo. María Eugenia, ese era el nombre que aquella mujer había usado.No pudiendo creer lo que estaban viendo los ojos de Yahir, miró a su esposa y después a la mujer frente a ellos. Eran la misma persona solo que una de ellas eran más fuerte, la fuerza de voluntad era como un perfume que podía ser respirado por los demás.Inmediatamente levantó la mirada a su abuelo, él parecía no estar tan intranquilo como lo estaba él mismo o la misma María Eugenia.— ¿Qué está pasando aquí? —Peguntó Yahir.— ¿Qu