Como un flan.
Así salió del despacho del moreno, Nick.
Detrás de él, lo hizo Mark quien posándole una mano en un hombro dirigió la mirada hacia la mujer rubia que había atendido al castaño.
-Gage- llamó Mark.
La rubia dejó la conversación con la cliente a la que atendía y miró al moreno.
-Voy a salir a tomarme un café con el señor O’Brian- anunció con la mano puesta en el hombro de Nick.
Gage se los quedó mirando de hito en hito.
-Cla-claro pero y ¿Reynolds?- señaló al tipo que aguardaba de pie a un lado del mostrador.
Mark miró al hombre.
-¿Mañana podría venir…sobre la misma hora?- pidió amablemente.
-Mañana…tendría que ser una hora más tarde- respondió el tal Reynolds.
-Pues una hora más tarde- asintió Mark.
Reynolds miró a Nick para después hacerlo al moreno.
-Es un cliente…”especial”- añadió Mark con la mano en el hombro del castaño.
Reynolds asintió con la cabeza para inmediatamente salir de la sucursal.
-Gage, nos vamos- anunció Mark.
La rubia sonrió al mismo tiempo que afirmó con la cabeza.
-¿Le vamos a conceder el microcrédito?- preguntó sonriente y mirando a Nick.
Mark quitó la mano del hombro del joven para disimuladamente llevarla hacia abajo.
-Es muy posible- contestó el moreno.
Nick, ignorando sus intenciones, ni se dio cuenta que situó la mano a unos cuantos milímetros a ras de su trasero.
Seguidamente, Mark se llevó la otra a la boca para toser falsamente…
Y le atizó un azote.
El cual provocó que Nick diera un tenue jadeo a la vez que se enderezó.
-¿Te encuentras bien?- se sorprendió la rubia al verle la cara de pánico que puso.
-Eerr… sí, sí- respondió él.
¿Era su imaginación o aún notaba la mano del moreno en su trasero?
-No creo que tarde- siguió diciendo Mark mientras tal y como percibía Nick, agarraba uno de sus glúteos, exactamente el azotado, con su mano.
-No hay mucho ajetreo- dijo Gage.
Paseando su mano por la nalga del castaño, Mark le hizo avanzar usando ésta.
-Trataremos lo del microcrédito con más…detalle y un poco más en profundidad- repuso el moreno.
Gage le dedicó una sonrisa a Nick.
-Eso suena a una respuesta afirmativa- dijo ella.
Antes de que viera la mano de su director en el trasero del joven, Mark la retiró para volver a posarla en el hombro de Nick. Lo empujó con suavidad hacia la puerta del banco para al cruzar junto al mostrador, Mark darse cuenta de cómo la cliente que estaba siendo atendida por su rubia empleada le miró.
Mark le saludó educadamente para llegando a la puerta de la sucursal junto a Nick abrirla y dejarle salir a él primero.
-¡Dios, pero qué bueno está!- suspiró la cliente haciéndole un escaneo de arriba abajo a Mark y aprovechando que éste le daba la espalda.
Gage hizo una mueca un tanto desagradable al oírla.
-¿Y cuánto decía que quería sacar?- preguntó Gage.
La otra mujer regresó su atención a ella.
-Doscientos dólares- respondió la cliente.
-Claro, por favor dígame su DNI y…-
Gage se quedó boquiabierta al levantar la mirada.
-¿Oiga?- llamó la otra mujer a ésta al verla ojiplatica y con los ojos abiertos de par en par.
Gage no perdió detalle de lo que estaba viendo;
La mano de su jefe abarcando un cachete del culo del joven.
-¿Se-señorita, está bien?- se interesó la cliente.
Recuperando su sentido de ánimo, Gage miró a la mujer.
-Me…me parece que no tendría ninguna oportunidad con el director- se regodeó con una sonrisa de oreja a oreja.
-¿Y tú qué sabes?- desdeñó la otra.
Gage elevó una ceja al mismo tiempo que apuntó con el bolígrafo hacia la puerta de la sucursal.
-Mire y llore- dijo.
La cliente, sin entenderla, giró la cabeza hacia donde señalaba…Y casi se cae de culo pudiendo ver antes de que desapareciera cómo aquel imponente y atractivo moreno mantenía una mano en uno de los glúteos del chico que iba con él.
-¿Es…es…-
Gage rodó los ojos.
-Así que doscientos dólares, bien pues si es tan amable dígame su DNI- pidió.
La mujer se dirigió a la rubia.
-¿Es…es gay?- señaló estupefacta por encima de su hombro.
Gage unió sus manos, apoyo tanto los codos en su mesa como su mentón sobre ellas y respondió de forma jactancioso:
-Creo que…sí-
“Y menos mal o no veas si no lo hubiera sido”
Pensó mirando a la cliente interesada en Mark.
“No podría soportarte más de lo que ya lo hago”
Se dijo sin dejar de sonreír a la otra.
Solo la conocía de cliente pesada.
-Ten- entregó la mujer su DNI a Gage quien le dio la vuelta y leyó su nombre;
“Iiiugg, qué nombre más feo”
Pensó al leerlo.
Jennifer Blake.
-Enseguida le doy sus doscientos dólares- respondió con una más que falsa sonrisa.
Ambos llegaron a la cafetería más cercana a la sucursal.Como si se tratara de una chica, Mark se adelantó a Nick e igual que todo un caballero le abrió la puerta del local.Nick aún seguía cohibido tras el “incidente” en el banco.Todavía percibía un leve picorcillo en su glúteo y aunque por extraño que le resultara, le era bastante agradable.-¿Te parece bien aquella mesa?- oyó que le preguntó el moreno señalando una mesa casi al fondo.-Sí, esa…esa está bien- asintió Nick.-Bien- contestó Mark.El joven ya iba a echarse a un lado para que él fuera delante cuando Mark se lo impidió negando con la cabeza y diciendo:-No, ve tú delante-Nick se lo quedó mirando extrañado cosa que entendió Mark como si le preguntara “¿Por qué?” Aproximándose hacia él inclinó el rostro a uno de sus oídos y le respondió:-Quiero ver cómo se mueve ese culo que tienes-A Nick casi le da un paro cardíaco al oírle decir aquello.<
Mark cruzó la puerta del aseo de hombres encontrándose al joven de pie y en mitad del lugar. Mark, despojándose de la chaqueta y dejándola a un lado de los lavabos, no apartaba los ojos de Nick.Luego se aflojó la corbata para terminar quitándosela y dejarla sobre la chaqueta. A continuación se desabrochó los botones de los puños de la camisa y se los subió hasta la mitad de sus brazos. Nick pudo comprobar lo bien formados además de fibrados que los tenía.¡Y sin una pizca de vello! Eso sí, de piel tostada. Más bien podría compararse a un dorado tipo bronceado.-Contra la pared- La forma en que le dio tal orden provocó en Nick que todo su cuerpo se agitara.-¿No me has oído, nene?- rezumó Mark soltándose los tres primeros botones de la camisa permitiendo ver parte de su pecho al joven. Nick tragó saliva al vislumbrar la misma piel y también sin una pizca de vello. -¿Nene?- El joven agitó la cabeza
Un pingüino no tendría nada que envidiarle en ese preciso momento. Con caminar torpe y como si sus piernas estuvieran hechas de gelatina, Nick caminaba al estilo de los bebés. Dando traspiés y tambaleante, iba delante del moreno quien reprimiéndose las ganas de reír, lo observaba.Casi llegando a la mesa, donde el desayuno les esperaba, un hombre les había visto salir del pasillo donde estaban los aseos y extrañado les preguntó:-¿No sabían que los aseos están estropeados?-Nick se alarmó al oír tal pregunta mientras que Mark, calmado y sin preocupación alguna, respondió:-Somos los fontaneros-El joven le miró como diciendo “Eso no se lo cree nadie”.-¿Ustedes los…fontaneros?- se sorprendió el tipo mirándoles de arriba abajo -¿No van muy…arreglados?-Nick rodó
Saliendo de la cafetería, ambos caminaban el uno al lado del otro. Lo hacían en silencio para de vez en cuando, Mark, lanzarle miraditas fugaces al chico.-No estés turbado- dijo.Nick giró la cabeza y le miró.-Acabo de…pasar la mayor vergüenza de toda…mi vida cuando usted se ha puesto a…hablar tan ricamente de lo que ha…pasado en…--Él no tenía ni idea de a lo que en verdad me estaba refiriendo nene-Sin avisar, Mark agarró de una mano al castaño para tirando de él estamparlo en el muro de un callejón sin salida y a unos cuantos metros de la cafetería.-¿Pero qué…?-Nick no pudo terminar la pregunta pues su boca fue asaltada por la del moreno de manera voraz. Nick se atrevió a rodearle por el cuello con ambos brazos y darle libertad para besarle.Despacio, Mark fue retirando sus labios de los suyos.-¿Entonces aceptas mi propuesta?- preguntó sin soltar su cintura.Nick tragó saliva.
Al final, Mark no regresó a la sucursal sino que acompañó a Nick a su apartamento para coger lo imprescindible; Su cepillo de dientes.Aunque el mayor le dijo y redijo que él le compraría no uno sino todos los que quisiera, el joven se negó en redondo. Mark observaba con detenimiento el pequeño apartamento mientras oía a Nick a lo lejos.Extrañado de lo que pudiera estar haciendo se encaminó hacia el pasillo y anduvo hacia donde provenía el ruido. Lo encontró en su habitación preparando un pequeño bolso.-¿Qué haces?- Nick se sobresaltó al oír su voz.-Eres…demasiado sigiloso y…me das unos sustos de muerte y ya si le agregas que…me pones nervioso…- Mark, cruzado de brazos y apoyándose en el marco de la puerta le miró. Nick pudo ver que lo hacía con una sonrisita entre divertida y pícara.-Por eso lo hago- contestó el moreno.-¿Qué?- -Me gusta ver cómo dejas de ser una persona centrada y te vuelves…torpe- repuso.<
Una puerta de color gris ceniza se abrió para dejar a su vista un amplio y espacioso salón con poco mobiliario pero bien distribuido. Un grandioso ventanal permitía ver unas hermosísimas vistas.Nick se adentró más a aquel diáfano salón.-Bueno, a partir de ya, ésta es también tu casa- escuchó decir al moreno. Dándose media vuelta le miró viendo como se despojaba de la chaqueta y la colgaba en una percha anclada a la pared junto a la puerta.-¿Por qué no te pones cómodo?- indicó Mark al chico señalándole hacia la zona donde dos grandes sofás de cuero gris perla había -Me cambio y te explico de qué va esto y la relación que habrá entre tú y yo a partir de ahora-Nick asintió y se dirigió hasta ambos sofás. Apenas si se sentó Mark terminó diciendo:-Después te castigaré y cuando termine te acompaño arriba para que dejes lo que has traído y luego…te masturbaré- Nick le miró como si le hubieran salido dos cabezas adem
Se frotaba el trasero intentando mitigar la ardorcillo que todavía notaba después de la “paliza” que Mark le había dado. Éste, yendo detrás de él, observaba su mano puesta en su culo.“Ahora te relajaré y mitigaré yo ese culo que tienes”. Se dijo para sí.-Me pica- se quejó Nick llegando arriba y girándose al moreno.Mark le obsequió con una sonrisa para cercando su cintura obligarle a caminar hacia delante. Él llevaba colgado el bolso del castaño y lo hacía caminar sin soltarle.-¿Me vas a pegar cada dos por tres?- quiso saber Nick.-Solo si te portas mal- contestó Mark que arrimó su boca a uno de sus oídos -Y yo no pego-Dándole un besito de lo más casto en la mejilla, liberó su cintura, le agarró de la mano y lo guió hasta el dormitorio.-Elígete un par de pantalones y una camiseta- mandó el moreno entrando a la habitación y dejando el bolso sobre la cama -Mañana cuando vuelva de la sucursal iremos a comprarte ropa-Nick vio
Traspasando la puerta del ático lo encontró desparramado por uno de los sofás y con la típica cara que llevaba teniendo aquellos dos días.-¿No tienes ropa?- Nick, usando solo un pequeño short y sin camiseta, levantó la cabeza y le vio junto a la puerta con una bolsa en una mano. Prefirió no contestar no fuera a ser que se ganara unos cuantos azotes. Aún se acordaba de cuando llegaron de las compras y el moreno le puso el culo ardiendo.“No me esperaba que fueras un caprichoso”. Le dijo después de molerle el culo a azotes.Bueno, solo fueron doce, uno más que la primera azotaina que le dio.De pie y sin moverse, Mark lo llamó:-¿Nene?- Nick volvió a mirarle -Tengo un regalo para ti-El pelinegro alzó la mano donde llevaba la bolsa mostrándosela. Nick reconoció el nombre de la tienda de ropa a dónde fueron hace dos días.-No…no he hecho nada como para que me regales algo- dijo incorporándose en el sofá.-No tienes que ha