Hola hola! Jessica no anda con juegos ¿Qué piensan que debe hacer Adelaida? Bso Kika
—¡Ady! ¡Adelaida! ¡Por favor escúchame!— me decía Brandon mientras corría detrás de mí. Yo simplemente huía de ahí… sentía mucha presión. Los Clarks me querían, Bradon me quería... Pero yo aún no me decidía que elegir. Sentía que sí me quedaba un segundo más, ahí iba a aceptar todo, no me importa nada, las claras evidencias, lo que yo creía que era parte de la realidad que existía. Posiblemente, no era el 100% de la realidad, pero como dicen si el río suena es porque piedras trae. Y había mucho ruido, dudaba de que él fuera inocente en todo lo que se decía. Podía casi verlo, yo diciendo que sí estábamos juntos delante de su familia, tal como yo había perdonado las palabras de él en el pasado, esas terribles palabras que me habían arruinado profundamente. Terminaríamos esa noche felices, Eva y Charles, contentos, Annie extasiada y luego quizás los siguientes días tendríamos los mejores momentos, todos juntos. Yo me iría a la cama con él y sería feliz en mi nube fantasiosa. Hasta que
Los últimos días son como un borrón para mí, sí me preguntarán ahora qué sucedió podría darles un pequeño resumen, con muy pocos detalles, pero algo en específico… no estoy segura de poderles contestarles. Recuerdo salir de la casa de los Clark de ese horrible día, sintiéndome como si estuviera incompleta, cómo si una parte de mí se hubiese quedado ahí, muerta, vagando como un fantasma por esos pasillos.Yo lloraba y suspiraba mientras conducía a mi casa como un zombi. Recuerdo que Billy me tomaba de la mano y me decía que me acompañaba, su mirada angustiada y su tono de voz realmente preocupado, pero yo solo quería salir de ahí. No lo quería alejar de su familia, puesto que él era un Clark, y yo no. Yo nunca lo sería.
Una mañana de un día cualquiera sucedió algo que no sabía qué podía suceder: supe que tenía que hacer algo. Me di cuenta de que a una temprana edad había pasado por momentos muy crueles, había sufrido y había sido maltratada, como muchas personas en este mundo. Era simplemente una niña, como le dije a mi hermana, cuando todo eso sucedió. Y, sin embargo, ahora soy una mujer adulta, que ha logrado sobreponerse, que lleva una vida tranquila, con muchas cosas que agradecer. Yo soy una mujer fuerte, he luchado por cada cosa pequeña que tengo, sola y con poca ayuda. He soportado insultos, rechazos, hasta burlas. Jamás le he hecho daño a nadie y merezco ser feliz y en paz, no puedo vivir cada día con angustia, ansiedad y pesadillas. Si seguía aquí, quejándome de mi trabajo, quejándome de mi vida… era porque así yo lo decidía. La vuelta de Brandon a mi vida me trajo alegrías y también dolores, pero también una importante realización: había vivido con miedo y escondida. Cuando era una ad
Las despedidas no son fáciles para nadie, me sentía libre, triste, melancólica, emocionada, con miedo, todo junto.. En un abrir y cerrar de ojos ya es la mañana siguiente y el difícil día había llegado, tenía que ver a los Clarks, tenía que despedirme de ellos, pensaba decírselos en una pequeña reunión familiar que tenían y que me habían invitado.Como siempre ellos me reciben con amor, Eva casi salta de felicidad solo con verme y Charles y Annie están sorprendidos gratamente de que haya venido. Es obvio que las cosas no quedaron bien conmigo cuando me fui de su casa aquel día, que parece ahora tan lejano, cuando Brandon me confesó su amor.No vi señales de que estuviera Brandon, alguien alguna vez lo mencionó, quiz&aa
Es realmente sorprendente como una nueva, rutina llega de un momento a otro a ser parte de nuestra vida. Los caminos son diferentes, los nombres de las calles, el paisaje, los lugares que frecuentas… y aun así nuestra mente trabaja rápidamente para asimilar todo y que funcionemos correctamente, como si nada hubiese pasado. Tengo ya un par de meses en Aspen y poco a poco se empieza a sentir como mi hogar. Aún no puedo creer que esta es mi vida, es más que generosa, siento que es un sueño hecho realidad. Creo que es el resultado de años de esfuerzo, trabajo, sudor y lágrimas. Si alguien me hubiese comentado que estaría aquí hace años… no lo hubiese creído. Paso a paso he ido comprando algunas cosas y decorando mi nuevo hogar, y ya puedo decir que está casi terminado. Vivir sola es una experiencia totalmente diferente. Extraño a Lizzie terriblemente, pero tengo aquí mi propio ritmo, tomo mis propias decisiones, me arriesgo a probar cosas nuevas. Y mi vida es tan ocupada, llena de cos
Cuando llego al hospital siento mi cabeza tan nublada que no puedo pensar. Mi madre está en terapia intensiva y yo no puedo verla, pero hablé con el médico y me comenta que su estado es delicado. Al parecer mi madre venía con mucho estrés y su corazón ha sido afectado, hay que esperar unos días hasta que ya se encuentre en mejor situación para evaluar si hay daños como consecuencia del infarto. Yo simplemente rezo porque ella despierte y poder hablar con ella de nuevo. No puedo ni empezar a explicar el dolor que todo esto me produce. Eva llegan unos instantes y me abraza por un buen tiempo, consolándome. Esa noche me quedo con Lizzie que vino a buscarme el hospital y nos quedamos un rato hablando antes de ir a dormir. Su vida está bien con su novio y le agradezco tanto estar conmigo en este momento tan difícil. Realmente los verdaderos amigos están en las buenas y en las malas. Yo estoy tan preocupada que no creo que pueda dormir, la realidad es que no hay nada que pueda hacer, sim
— Vaya vaya... Hermanita por fin apareces— dice ella con voz autoritaria. Yo realmente no puedo creer lo que estoy escuchando. Fernanda se ve aún más flaca, su porte generalmente arreglado se ve un poco descuidado, cómo si no tuviese tiempo de acomodarse, o si tuviese la cabeza en otra parte. No está maquillada tampoco, y en general parece otra persona, ojerosa y de repente se ve muy cansada. — ¿Qué qué dices? Ni siquiera me avisaste Fernanda, gracias a que Eva me dijo, tomé el primer avión que encontré. Si lo hubiese sabido antes, estaré aquí hace mucho tiempo— digo entre dientes sintiendo como la sangre va subiendo a mi cabeza. Es como si ya estuviese llegando al límite, estoy triste, decepcionada, molesta y con mucho miedo. Y la aparición de mi hermana, justo después de enterarme de tod
—¿Seguro qué estás mejor?— me pregunta él.Por varios minutos se quedó conmigo, simplemente abrazándome, afuera de la habitación de mi madre. Yo sentía que me desmoronaba, que me caía a pedazos, era uno de los peores momentos de toda mi vida. Peor que cuando mi padre se fue, peor que cualquier día en la escuela, que cuando me enteré de lo que había hecho mi hermana cuando yo era un adolescente, incluso mucho peor de todo lo que había sucedido con él.Para todo eso yo tenía una solución, quizás no las más apropiadas… alejarme, huir, hacer como que no era importante, enterrar esos sentimientos en lo más profundo de mi cerebro y de mi corazón. En cambio, para esto, yo no podía hacer nada,