Yo espero gritos, insultos, explicaciones, incluso silencio. Todo menos la sonrisa que está dividiendo su rostro.
—Jason…
—Un bebé —susurra él—, estás esperando un bebé
Frunzo el ceño.
—Sí, yo… —él me interrumpe con un beso.
—Esto es perfecto ángel —musita él saltando de la cama—, era lo que faltaba en mi vida para que fuera perfecta
Mis ojos se llenan de lágrimas y tengo que abrazar las sabanas para no romper a llorar.
Él está pensando que el bebé es suyo.
—Bueno, en realidad, aun me falta algo —musita levantando su pantalón.
De allí saca un pequeño estuche negro y yo siento nauseas, intuyendo lo que es.
—Mi abuelo se lo dio a mi abuela cuando pidió su mano en matrimonio. Vivieron casi setenta a&nti
Acaricié mi vientre hinchado con cuidado. Aun no me podía creer que estuviera embarazada y que ya tuviera cinco meses. Tampoco me podía creer que había estado dispuesta a abortar. Aun me avergonzaba de mí misma por ello, quizás no me lo perdonaría jamás. No me cansaba de agradecerle a Simone por hacerme cambiar de opinión. Cada vez que iba a una nueva cita médica y oía su corazón palpitar, mis ojos se llenaban de lágrimas al pensar que de haber abortado nunca habría oído eso.Al mismo tiempo veía como Simone sufría. Se había casado con Ethan hacía más de un mes pero seguía sin poder quedar embarazada. Había perdido la cuenta de cuantas pruebas de embarazo se había hecho, que era el mismo número de noches en las que se había quedado dormida en mi regazo después de tanto llorar.
Un suave golpe en la puerta me hizo quitar la vista del ordenador, levante la vista y vi como Carter entraba en la oficina con un ceño fruncido.—¿Qué pasa? —me quite las gafas y centré mi atención en él. —¿Qué pasa? —me miró con incredulidad— ¿Tú me preguntas que pasa? Enarque una ceja. Entré bostezando a la cocina donde Simone ojeaba un periódico. Al percatarse de mi presencia, sonrió.—Wow, traes pinta de haber sido bien follada Le di una mirada de advertencia mientras me servía una taza de café. —¿Qué? No te vengas a hacer la puritana ahora, no conmigo sweety—Ok, si tuve sexo con Carter anoche Ella rió—Lo sé Han pasado más de tres horas desde que papá cayo inconsciente en mis brazos. Me sentí impotente, insegura, volví a ser una niña pequeña mientras trataba de traerlo de vuelta y al no lograrlo, lo puse lo mejor que pude sobre el suelo y llamé a urgencias. Fue un suplicio esperar una ambulancia, igual o mayor a la que siento ahora. A pesar de todo él es mi padre y así hayan pasado diez años sin ha lar e, diez años donde fui un bicho raro para él y mamá, yo nunca dejé de quererlos. —Ángela, toma esto Capítulo 2.
Capítulo 3.
Su respiración es lenta y pausada. Su pecho sube y baja con lentitud dejándome admirar sus músculos relajados, su miembro —aunque no esté erecto— demuestra lo bien dotado que esta y lo mucho que puede hacer gozar a cualquier mujer, a mí actualmente. Carter dormido es un espectáculo que cualquier mujer desearía ver y segura como el infierno que debería sentirme afortunada por estar aquí y aunque lo sienta, el “te amo” que salió de sus labios anoche me tiene confundida.¿No debería estar feliz de que un hombre como él me ame? Si, debería… si yo fuera otra. Pero no, no puedo pensar que será fácil. Nada en la v
—Al hospital —dije rápidamente. No había escuchado todo después de todo. Carter frunció el ceño, luciendo confundido. —¿Por qué no quieres que vaya al hospital?¡Porque podrías enterarte de la verdad!—Eh… —lamí mis labios. ¿Qué le decía sin que sospechara? Mi madre estaba… ¡Sí! Eso es.—¿Eh? —insistió—. Dime la verdad Ángela ¿Me estas ocultando algo?—Mi madre posiblemente este allá y nues
Frunzo el ceño y siento como a medida que abro los ojos un dolor punzante me invade la cabeza ¿Qué pasó? Abro los ojos y la luz me ciega haciéndome gemir y volver a cerrar los ojos.—Despertó —es la voz de Carter—. Ángela cielo ¿Cómo te sientes?—La luz —dije con voz rasposa—, apaga la luz—Simone, la luz Sentí como menos claridad traspasaba mis parpados y los abrí con lentitud—Cielo —Carter me sujetaba la mano con fuerza. —¿Tu… tu qué? —la bilis subió a mi garganta—. No puedes hablarme enserio—Nunca he hablado más enserio en toda mi vida cielo, te amo Ángela —acarició mi cabello—. No creo poder amar a otra persona igualSalté de su regazo y a la velocidad de la luz me coloque su franela de vuelta.—¿Qué pasa? —me miró confundido por mi reacción. Último capítuloCapítulo 7.