Ups, están en serios problemas... Si quieres saber dónde y cómo apareció Luna, puedes leer la novela: Atrapada con el Alfa , espero que la disfrutes.
Capítulo 25No la rechazaré.En la mansión de los Valmont, Logan sintió un vacío incómodo, como si algo vital le faltara. El lazo con Eira, por más que intentara negarlo, seguía presente. Pero esta vez… no podía percibirla. No había aroma, no había energía. Nada. Y eso lo sacudió por dentro.Necesitaba verla. Asegurarse de que seguía allí. De que no se había escapado.Porque aunque pensara en casarse con una Alfa —una decisión lógica, política, necesaria— no dejaba de obsesionarse con Eira. Ella es su destinada, aunque lo odiara, aunque su sola existencia le pesara como una maldición. ¿Por qué la Diosa la habría elegido a ella? ¿Una omega común? ¿Una criada?, decidió no rechazarla.—¡Logan, ven aquí! —la voz grave de su padre resonó antes de que lograra moverse. Justo cuando estaba por subir a la habitación donde la había dejado.—Padre, debo verificar algo importante —respondió con tensión, pero dos guardias se interpusieron antes de que pudiera avanzar.—No. Ya te di tiempo suficient
Capítulo 25Un reclamo en vanoEira se quedó sentada en un sofá, esperaría la llegada de ese hombre que le había mentido, y entonces le reclamaría lo que hizo. Siempre había querido huir de Logan, de su crueldad, y al parecer finalmente lo logró. Pero antes de eso, Eira deseaba volver a la cabaña, allí tenía guardado un libro que había leído y conocía de memoria. Era el lugar a donde ella deseaba ir, para deshacerse de su maldición.—Oye, Luna… ¿Tú crees que aún existe el Reino Humano?—Puede ser… —respondió Luna, encogiéndose mientras se acomodaba sobre uno de los cojines.—Bueno, yo solo he visto a mestizos, los Edhiles, pero son escasos —mencionó Eira, con tono pensativo.—Sí, conozco bien a una Edhil. La quiero mucho, en realidad —dijo Luna sin dar más detalles.—Vaya, eso es maravilloso —respondió la joven.—Dicen que las Adas ayudaron a ese reino, por eso es tan difícil encontrarlo —comentó Luna, con los ojos brillando de curiosidad—. ¿Alguna vez hablaste con alguna Ada?—No… —v
Capítulo 27¿Honestidad?—En verdad estoy ocupado. Sal de aquí ahora mismo. No me molestes más. Pero si te atreves a huir… entonces sí estarás en problemas. No pienso ir a buscarte una segunda vez. —La voz de Minhos sonó amenazante mientras la empujaba fuera de la habitación.Eira no podía dejar de pensar en una cosa: ¿por qué ese lobo no le temía? La había tocado como si nada, como si ella fuera… normal.“Debe ser Luna. Así como me ayudó a mí… tal vez pueda quitarme esta maldición.”—¿Has visto a Luna? —preguntó con los ojos aún llenos de lágrimas.—No. Ella va y viene cuando quiere. ¿Estás bien? —Gabriel la observó con cierta inquietud.—No… no estoy bien. —Respondió con la voz rota, secándose las lágrimas y acomodando los mechones de su cabello desordenado.—Bueno… Minhos no es alguien especialmente fácil. Si no sigues sus órdenes, puede ser muy cruel. Te lo advertí. —Ella solo respondió con un leve sonido de su nariz al sorber.—Pero… él me mintió. —Gabriel no entendía del todo la
Capítulo 28Un hilo invisibleZariah se mostraba exultante tras la decisión tomada entre su familia y los Valmont. Era todo lo que había esperado y deseado desde que conoció al musculoso hombre de cabellera blanca. En su mente, ya imaginaba cómo serían sus hijos, qué tipo de poderes nacerían de esa unión.En Lilles, las alianzas entre reinos poderosos eran comunes, pero esta sería la primera vez que un príncipe Alfa se casara con una princesa elfa. Aunque el Reino Élfico contaba con numerosas princesas, ella provenía de una de las familias más influyentes.—¡Logan! —exclamó con entusiasmo—. Ahora podré usar mis dones para el beneficio de ambos reinos.—Si no tratas de matarme en el intento —replicó él con un deje de sarcasmo.Zariah frunció los labios.—Sigues con eso… Bueno, ella no murió. Y ahora yo seré tu esposa, así que me debes respeto.Logan se giró hacia ella con lentitud, su mirada se mantuvo tan fría como siempre.—No esperes más que una simple alianza, Zariah —dijo con tono
Capítulo 29Algunos secretos de EiraTranscurrieron cinco semanas desde el día en que Zariah se había comprometido con Logan. Él había tenido que realizar un viaje inesperado, lo que retrasó su reunión con los dos Alfas provenientes de Du Sang. Tampoco había consumado su matrimonio con la elfa, y se había prometido no hacerlo… a menos que el deseo carnal lo venciera por completo.Aquella decisión enfureció a Zariah, quien, harta de esperar y alimentada por la inseguridad, decidió ir en busca de Eira por su cuenta.Mientras tanto, Minhos tampoco se quedó en Lilles. Su padre lo había solicitado de regreso a Du Sang, y durante todo ese tiempo, Luna se había mantenido distante, casi irreconocible. Ahora, mientras regresaban a Lilles en un vehículo oscuro que atravesaba la carretera montañosa, el silencio entre ambos era tan denso como el cielo gris que cubría la región.Minhos conducía con una mano al volante y la mirada fija en la ruta, su expresión imperturbable como siempre. Su mandíbu
Capítulo 30Condiciones: Parte 1Eira no había vuelto a ver a su amiga Adhara desde que fue trasladada con los lobos de Du Sang, pero aún podía comunicarse con ella por medio de llamadas, Gabriel se mostraba temeroso cerca de ella, pero seguía siendo alguien amable.. No sabía con exactitud cuáles serían sus funciones allí, ni por cuánto tiempo estaría en ese lugar. Lo único claro era que Logan no había vuelto a buscarla, y eso la confusión más de lo que quería admitir.—Amiga, me alegra saber que Logan no está detrás de ti —dijo Adhara del otro lado, con alivio en la voz.—Igual yo, Adhara… pero no entiendo por qué aún no ha venido. Solo espero que su estúpida obsesión conmigo se haya terminado de una vez —respondió Eira, sentándose sobre la cama, con el tono a medio camino entre el desahogo y la duda.—No es obsesión, amiga… —replicó Adhara con suavidad—. Eres su destinada. Eso no cambia, aunque él quiera resistirse.—Debe ser un error —dijo Eira rápidamente, como si necesitara conven
Capítulo 31Condiciones. Parte 2Eira seguía temblando ligeramente, pero por alguna extraña razón, no sentía miedo de ese lobo Alfa en particular. Si se hubiera tratado de Logan, habría sido diferente. Aun así, tenía preguntas sin responder. Como había dicho Gabriel, Minhos no era alguien fácil de entender.Cuando comenzó a quitarse el vestido, deslizó suavemente las tiras por sus hombros, pero en cuestión de segundos, Minhos apareció a su lado y la detuvo.—¿No usas ropa interior, omega? —replicó con curiosidad.“No puede ser… trato de controlarme, pero con un solo movimiento, ella habría quedado completamente desnuda, me expresé mal”.—Lo que llevaba conmigo se desgarró demasiado... todo quedó en mi habitación en la mansión Valmont —respondió, evitando sostenerle la mirada.En realidad Eira los utilizaba igual, pero los lavó y tendió en el baño.—Ya veo… —musitó él apenas.Minhos no se refería exactamente a que se desnudara por deseo, sino porque le agradaba la sensación de la piel f
Capítulo 32El plan de MinhosUna sonrisa sutil apareció en el rostro del alfa, cargada de una arrogancia que parecía natural en él.—Te gusta el sexo igual que a mí —murmuró—. Eso te da muchos puntos, Omega.Eira desvió la mirada, sintiendo cómo el calor le subía al rostro. No sabía si le molestaba su forma de hablar… o si le gustaba que se lo dijera así, con tanta seguridad. Su cuerpo aún temblaba, pero no era solo por lo ocurrido.Era por lo que él despertaba en ella. Lo comparó con la sensación que invadió su cuerpo cuando Logan la besó por primera vez. Supuso que fue solo instinto, una respuesta biológica que nada tenía que ver con deseo verdadero. O eso quería creer. Porque si había una diferencia… no sabía explicarla.Minhos la observó unos segundos más, como si leyera cada reacción y cada latido. Luego, sin decir nada, se levantó de la cama y comenzó a vestirse con la misma tranquilidad con la que se había desnudado.Y Eira, aún desnuda y con la respiración agitada, supo que, p