Hola, parece que Eira no es la única quien carga con un secreto o una maldición, gracias por leer mi novelita, me ayudarías mucho si dejas una reseña con estrellas en la novela, para eso debes ir hasta la historia y comentar alli, después de mucho tiempo estoy volviendo a escribir fantasía, gracias por acompañarme, ya te estaré respondiendo también... :)
Capitulo 16Un lobo gigantescoCasi una hora después, Luna finalmente apareció, fue hasta Minhos entrando por la ventana.Minhos estaba agotado, sentado en silencio cerca del ventanal, con la respiración aún agitada y las manos apoyadas sobre las rodillas. Sentía el cuerpo pesado, como si acabara de luchar contra una bestia invisible. Al oír el suave sonido de las patas sobre el piso, no necesitó girarse para saber que era ella.—¿Dónde te habías metido? —le dijo apenas sintió cómo su forma felina se acurrucaba a su lado, con su ronroneo vibrando débilmente en el aire.—Lo siento… aproveché ese tiempo para visitar a unos viejos amigos —respondió ella con voz suave, usando esa especie de telepatía que compartía desde hacía siglos solo con algunos privilegiados, el Alfa era uno de ellos.Minhos cerró los ojos por un momento, aliviado.—Necesito algo de ayuda… urgente. —Su voz sonaba más ronca que de costumbre. Solo la cercanía de Luna podía estabilizarlo, repeliendo cualquier tipo de mag
Capítulo 17 Uno de los visitantes será destruido. Logan permanecía sentado sobre una roca, cerca de la cabaña a la que Eira siempre solía ir. Ella pensaba que él no se daba cuenta cuando se escondía allí, pero la verdad era muy distinta. Siempre lo sabía. Solo le permitía creer que pasaba desapercibida. No se atrevió a entrar. Y no porque no pudiera… sino porque sabía que al pisar ese lugar y confirmar que otro hombre había estado con ella, su sangre herviría de nuevo. El solo imaginarlo le revolvía el estómago. “Nunca pensé que algo así sucedería…” Todo el pueblo conocía su maldición. Todos sabían que quien se atrevía a tocarla, terminaba con la peor de las suertes. Y, sin embargo, alguien lo había hecho. Eso solo podía significar una cosa. —No es de aquí… —murmuró—. Debió ser alguien que haya entrado a Lilles sin ser detectado. Apretó con fuerza un tallo grueso de un árbol caído. Lo partió con facilidad, como si fuese de papel. —Joven, sus padres están en el com
Capítulo 18Unos amables desconocidosEira quiso alejarse. Retroceder. Fue puro instinto de supervivencia, pero lo supo desde el primer segundo: era en vano. Ese lobo negro podía alcanzarla en un abrir y cerrar de ojos. No tenía escapatoria.—Disculpe si estoy en su territorio… yo solamente quería… —intentó decir, con la voz temblorosa. Pero las palabras se deshicieron en su garganta en el instante en que lo vio.Aquel terrorífico lobo se transformó frente a ella.Y allí estaba él.El Alfa a quien había salvado.Completamente desnudo, cubierto por una fina capa de sudor, su respiración se sentía agitada con su mirada fija en ella. Eira apartó la vista de inmediato, sus mejillas se calentaron y tomaron un color rojizo.Pero Minhos la tomó del mentón con su mano derecha, firme, y la obligó a mirarlo directamente a los ojos.—Eres tú… —susurró ella.—¿A dónde pensabas ir, Omega? —preguntó él, con una voz baja pero manteniendo ese tono rudo y tosco.—. He sido muy condescendiente contigo.E
Capítulo 19Evitar un conflicto.Eira no podía dejar de comer. Cada bocado era un regalo. Saboreaba con lentitud, cerrando los ojos por momentos, como si su cuerpo no pudiera creer lo que estaba experimentando. El pan era suave y esponjoso, el pastel dulce y fresco, el café con leche tenía un sabor reconfortante.Sí, ella solía prepararse su propio pan en la mansión Valmont… pero jamás había tenido la oportunidad de probar algo así.Ni siquiera en celebraciones. Ni siquiera en las sobras.—¿Tenías hambre, eh? —comentó Gabriel con una sonrisa amigable, apoyando los codos sobre la mesa mientras la observaba.Eira se detuvo de golpe. Se sintió expuesta, como si hubiera hecho algo mal. Bajó la mirada.—Disculpa… me dejé llevar —murmuró con vergüenza.—No te avergüences —respondió él enseguida—. Solo estoy bromeando. Come tranquila.Ella asintió con suavidad. Agradecida. Pero aún sentía el impulso de disculparse por disfrutar. Aún tenía impregnada la idea de que todo lo bueno tenía un preci
Capítulo 20Eres mi destinadaLogan caminó hasta su camioneta sin decir una palabra. Eira lo siguió en silencio, con pasos lentos. Apenas pudo subir al vehículo, aún presionando su vientre con disimulo. Él se sentó frente al volante y la miró de reojo.—Aquí. Siéntate a mi lado… donde pueda verte.Ella obedeció sin discutir. No quería más problemas. No después de todo lo que ya había vivido.—Sabía que podías recuperarte con facilidad —soltó Logan de pronto, mientras arrancaba.—No sé de qué hablas —respondió ella con cautela, sin atreverse a mirarlo directamente.Él soltó una pequeña risa, su mirada se tornó incrédula.—Sé lo que escondes, Eira. Sé que tu cuerpo sana más rápido que el de un Alfa. Sé que te ocultas en esa cabaña cada vez que puedes. Te he dejado… porque quería ver hasta dónde llegarías.Eira se quedó atónita. Nunca imaginó que Logan supiera tanto. Creía que se salía con la suya, que lo engañaba, que él no la vigilaba. Pero no. Siempre lo supo. Siempre la observó.—Bien
Capítulo 21Una elfa enamoradaLogan fue directo a buscar a Zariah, la elfa que le había preparado la poción para Eira. La encontró en su cabaña, recogiendo plantas como si nada. Ella, al verlo, le sonrió con esa calma fingida que tanto le molestaba. Tenía el cabello largo, rubio como el sol, y unos ojos verdes que solían parecer inofensivos.Pero él no estaba de humor.Sin previo aviso, la sujetó del cuello con una sola mano, levantándola con fuerza.—¿Qué demonios tenía esa poción que me diste para Eira? —rugió, el tono grave, incontrolable.—¡Me estás dejando sin aire! —jadeó Zariah, intentando liberarse.Logan la soltó de golpe. Ella cayó al suelo, tosiendo.—Es… la misma que tú bebiste —dijo entre arcadas.Él se inclinó hacia ella con los ojos encendidos.—Casi la matas. Si eso pasaba… te juro que tú tampoco seguirías viva.Zariah lo miró, aterrada. No esperaba esa reacción. No creyó que le importara tanto esa chica. Supuso que solo era un capricho para él, algo pasajero.Solo qu
Capítulo 22¿Puedes escucharme?Eira seguía en la habitación de Logan. Jamás había estado allí. Nunca… Y ahora, simplemente… él la había llevado, se acercó a la ventana. Estaba demasiado alto como para siquiera pensar en saltar. Aun si lo hiciera, no se veía como una buena idea. “De seguro volverá… y no sé qué ideas tendrá en mente”, pensó con angustia, mientras una punzada la obligaba a presionar su abdomen. La zona estaba más morada que antes.“Bueno, de seguro me recuperaré… como siempre. Aunque ahora el proceso es más lento”, se dijo en voz baja, sin mucha convicción.—No será fácil —escuchó de pronto, una voz aguda, femenina y sutil que parecía flotar en el aire.Eira dio un salto del susto. Miró a su alrededor. No había nadie.—¿Quién está ahí? —preguntó, girando sobre sí misma, sintiendo que el corazón le golpeaba en el pecho.—¿Puedes escucharme? —volvió a sonar la vocecita, esta vez más clara.—Claro que sí… ¿Quién eres? —preguntó, mirando con más atención.Entonces lo vio
Capítulo 23No es un campesino, es un General.Eira se sintió perfectamente bien. Aquella sensación era tan inusual que, por un momento, una pequeña sonrisa se asomó en su rostro. Pero al asomarse por la ventana, la duda volvió: ¿cómo bajaría desde allí?—Bueno… entiendo tu entusiasmo, pero yo no podré saltar desde aquí —dijo, dando un paso atrás, mientras observaba la altura.La pequeña felina, sentada tranquilamente sobre el alféizar, miró primero a Eira y luego hacia abajo, como si midiera el riesgo con precisión.—Dime Luna —dijo de pronto, con una voz suave pero firme—. Me gusta ese nombre, por eso me llaman así.—De acuerdo, Luna —respondió Eira, aún con asombro en la voz.—Bueno… no te asustes —añadió la gata—, pero voy a volverme grande por un momento.Antes de que Eira pudiera decir algo, una ráfaga de luz envolvió el cuerpo del pequeño animal. En cuestión de segundos, la felina había crecido hasta adoptar la forma de una bestia majestuosa, similar a un tigre, pero con un pela