Capítulo LComo ya se le estaba volviendo rutina, Mercedes se levanta y deja todas las cosas lista del niño, luego se arregla, desayuna y de allí sale al encuentro con su madre.Al cabo de un rato, se encuentran la Plaza Caracas Mercedes y su mamá Eva, de allí se van directo hacia donde queda el local. Al llegar entran y comienza la sea Eva a concretar los detalles del arriendo del local. –la mensualidad le salía muy costosa, por el hecho de ya estar condicionado para trabajar, pero aun así a Eva le parecía razonable, ya que de no haberlo conseguido así y hubiesen tenido que comprar todos los equipos y mobiliarios, le hubiese salido mucho mi más costoso.La arrendataria, por su parte le da garantía de que no tiene nada porque preocuparse, alega que en cuestiones de meses ya habrá recuperado el dinero invertido, ya que ese es un negocio muy rentable, donde la compra en materia prima es muy mínima, mientras que las ganancias que genera son muy cuantiosas.Dicho eso, Eva terminó la nego
Capítulo LIAl salir del trabajo, va Mercedes con dirección al tren para ir a su casa, ya eran las 8 de la noche. Pies Mercedes luego de conversar con Carlos, se había quedado trabajando un rato más para organizar y así adelantar todo y cuánto fuese posible.Al entrar a la estación del metro, ingresa al vagón y una vez que arranca, su apagan todas las luces, y se escucha un sonido estruendoso, era como si el mundo se estuviese acabando. Mercedes sentía un pánico terrible, era una sensación indescriptible, el pánico se apoderaba de todos, solo se escuchaban gritos y lamentaciones de dolor, todos se caían unos encima de otros dentro del vagón, sentían que no tenían el control y que todo temblaba. Ni en sus peores pesadillas Mercedes pensaba que podría vivir algo tan horrible. En su mente solo pensaba en José, que estaba tan pequeño e indefenso que estaba solo con su madrina Carlota.Así como también pensaba en sus padres. Todos gritaban desesperados pidiendo ayuda, mientras que Merced
Capítulo LIIDe esa manera fueron transcurriendo los días, con la incertidumbre de sí algo más podría sucederá o si repetiría el terremoto.Se podía sentir el silencio, las caras tristes, la incertidumbre, muchas personas lloraban por sus perdidas materiales, otras se habían quedado sin familias. Era indescriptible lo que se vivió esos días. Estaban en la tranquilidad del desesperado. Aún muchos sectores permanecían sin servicio eléctrico, dónde hubo los derrumbes, no se había podido levantar todos los escombros por no poder pasar las maquinarias necesarias. Cada día se hacía más escaso el alimento, ya que las principales vías o arterias de la ciudad estaban trancadas. No contaban con agua potable, era desesperante la situación.Así pasaban los días, Mercedes sentía desespero, pues necesitaba trabajar y por esa situación se le imposibilitaba arrancar con el proyecto de la óptica.Lo único que podía hacer era avanzar con la limpieza y organización del espacio con la ayuda de Carlos.
Capítulo LIIIMercedes al entrar comienza a poner todo en orden, monta la cafetera para que se haga el café para los clientes, busca su facturador, su agenda y se alista para esperar sus clientes en su escritorio. Mientras que Jesús arreglaba el salón para los exámenes con la iluminación y los instrumentos necesarios. Y Carlos solo aguardaba a recibir las órdenes de su jefa. De esa manera transcurren los días, un poco lento en la economía, pero aun así el negocio daba para cubrir las necesidades básicas Mercedes logra establecer una relación más personal con Carlos, dado que por sus necesidades y su situación tan crítica, Mercedes se sentía aventajada y siempre buscaba la manera de ayudarlo. Muchas veces se lo llevaba para qué la acompañará hacer sus compras, o hacer alguna diligencia que ella tuviera pendiente. Luego al finalizar, él la acompañaba hasta su casa para ayudarla con las bolsas, y ella finalmente le pagaba dándole una bolsa de comida.Sin contar que le llevaba el desay
Capítulo LIVSin darse cuenta, Mercedes cada día más se inmiscuía en una situación que la iba absorbiendo, recibiendo de alguna manera ese cambio de energía. Pero eso era algo que para el momento ella no entendería y que pasaría mucho tiempo para que ella logrará comprender tal cosa. La óptica iba viento en popa, todo marchaba muy bien, ya se había restablecido la normalidad en la ciudad. Lo que permitía mayor afluencia de clientes y que el comercio fuese más fluido. Ya mantenía el control total del negocio. El señor Jesús hacía excelente su trabajo, dejando a las clientes satisfechos y por su parte Carlos era muy eficiente en cuanto a los recados y mandados que le encomendaba, haciendo todo justo a tiempo. Hacían todos un buen equipo. Ya Carlos tenía 16 años, Mercedes tenía 32 y José 4. Y las cosas estaban fluyendo bien, ya su economía estaba más estable y le permitía mayor tranquilidad y flexibilidad en sus gastos.Mercedes tiene como nuevo proyecto comprarse un carrito, de esa
Capítulo LV El negocio de la óptica se hacía cada vez más próspero. Mercedes necesitaba avanzar, pero para eso necesitaba alguien que fuese su aliado, su mano derecha, alguien en quien confiar plenamente.Para eso había pensado en Carlos. Como su primordial aliado, pero el detalle estaba en que era demasiado joven para tomar ciertas decisiones e incluso para asumir una responsabilidad mayor.Mercedes quería montar otra óptica. Pero para eso necesitaba alguien que se quedará encargado de una y fuese la secretaria mientras ella se encargaba de la otra. Teniendo un solo optometrista, lo que le triplicará las ganancias. Definitivamente Mercedes era muy buena con los números y para la administración. Tocó lo que tocaba hacía que funcionará. Y contaba con muy buenos aliados. Pero no se sabe que tan bien le resultaría este plan.Carlos estaba ya bien preparado como para quedarse a cargo de hacer los exámenes. Por lo que conllevó a Mercedes a alquilar un segundo local a escasos metros de d
Capítulo LVILlegado el día siguiente ya Mercedes se había levantado temprano antes de que su madrina los encontrará, llamo a Carlos, pero él no podía ni escucharla. Así que lo arropó y lo dejo durmiendo en el sofá, luego recogió todas las botellas, vasos y platos. Era todo un reguero que se había hecho. Pero ella se encargó de dejar todo en perfecto orden, luego se mete a bañar y se viste, se peina casi sin dejar ninguna evidencia. Pero era más que obvio lo que había sucedido. Aunque ya asado los efectos del licor, ya comenzó Mercedes a pensar un poco más en frío, con calma las cosas y comenzó a sentir miedo por ella hasta inseguridad.Pues en esa situación era Mercedes quien lo estaba arriesgando todo, mientras que Carlos disfrutaba de todos los beneficios que Mercedes le estaba brindando. Era algo así como si después de haber pasado una noche ardiente con él, hubiese comprendido que tal vez no fue la decisión más sabía. Pero ya no había vuelta atrás. Ya lo hecho, hecho está.Has
Capítulo LVII– Bueno, mamá, de cualquier manera te vas a enterar. Por ahora serás la única en saber.–¿Saber que Mercedes? Habla ya y deja el misterio– Tengo un mes de embarazo. No me ha bajado el periodo y a mí nunca me falla. Justo hace un mes estuve con Carlos.–pero aún no le he querido decir a nadie. Ni siquiera Carlos sabe.– por Dios mujer, imagínate tú en el problema que te has metido.– ¿Cuál probemos mamá? Se supone que deberías alegrarte.– hija, un hijo siempre es una bendición. Y me alegra mucho saber que tendré otro nieto. Pero tú tienes que estar consciente de que no son las condiciones más óptimas–¿Por qué no mamá? –Mercedes... tú tienes un hijo de 5 años, vives con Carlota, relativamente adoptaste a ese muchacho y ahora estás embarazada de él que vive de ti. ¿Tú crees que esas son las mejores condiciones?– si mamá, ya yo tengo suficiente edad, además tengo varios años conociendo a Carlos, él no vive de mí, él trabaja para mí y por eso gana un salario, el cual lo