Capítulo LVIIIMercedes no comprendía el por qué se le hacía tan difícil encontrar la felicidad, si ella no era una persona mala, pero definitivamente hay cosas que se escapan de las manos, e incluso llámese karma, casualidad o como quiera que sea, pero a Mercedes le perseguían las dificultades. O simplemente la sumatoria de malas decisiones que al final con llevan malos resultados.No pasó mucho tiempo cuando ya Mercedes comenzaba con las náuseas, a subir de peso y a notarsele la barriga. Y una buena noche decide llegar a su casa luego de su jornada de trabajo y decide conversar seriamente con Carlos.–Carlos, necesitamos conversar un asunto muy importante.–si claro, señora Mercedes dígame, la escucho con atención,. ¿Pasa algo?– si Carlos, pasa algo. Y no sé como lo vayas a tomar. Espero que no te asustes y que no salgas corriendo. –ay sea Mercedes ahora me preocupa más, ¿dígame qué ha sucedido? ¿Me va a despedir o ya no quiere seguir conmigo?–no Carlos por Dios... Dice Merc
Capítulo LIXMercedes sentía gran tranquilidad al obtener el compromiso por parte de Carlos. Se sentía dichosa y plena. Nuevamente su vida agarraba un nuevo rumbo. Todo aparentemente parecía restablecer. Ya tenía su propio negocio y además estaba embaraza de quién era su actual pareja y así lo asumió. A pesar de no tener la experiencia ni la capacidad de respuesta que a ella o a su familia le hubiese gustado, por lo menos no salió corriendo al conocer la noticia y eso ya significaba mucho para ella. Era una tarea un poco agotadora para ella, ya que venía siendo algo así como una guía para Carlos, pies casi siempre tenía que decirle que hacer y cómo. Esto por una parte estaba bien, ya que tenía casi su dominio total, pero por otra parte en muchas ocasiones la aburría, ya que ella esperaba muy en el fondo aunque no se lo dijera que él fuese quien tomase las decisiones y la ayudará a ella sin tener que orientarlo todo el tiempo. Era una situación un poco confusa, pero que a la larga
Capítulo LXLuego de dar a luz a Soledad, ingresan a Mercedes a la habitación junto a su acompañante Carlos. Aún no había llegado nadie más. Parecía algo irónico que al fin logró conseguir lo que tanto soño.Era el cuadro perfecto, ella recién dada a luz, acostada en la clínica y con su actual pareja Carlos con su hija en brazos, eso le daba una sensación de estabilidad y de paz insuperable. Aunque no podía negar que le hacía falta la presencia de su madrina y de sus padres. Y por su puesto el anhelo de que la familia paterna mantuviese una buena relación con ella... pero el hecho de que no se tomaron la delicadeza de ir a conocer su nieta y su sobrina o por lo menos para saber cómo había salido todo, ya eso dejaba todo bien claro. Luego de ya instalada en la habitación, cambiada y con Soledad en los brazos. Llega la madrina Carlota con una bolsa de frutas, pan dulces y un pote de avena y otro de papelón, pues dicen que es bueno darles a las recién paridas para que les baje la lech
Capítulo LXIPara Mercedes toda esta situación era un tanto engorrosa, y quisiera evitarla, sobre todo para ahorrarle malos momentos a sus hijos… Pero está consciente de que su mamá cómo siempre tenía la razón. Ella tenía el deber de ayudar a Carlos a solventar esa situación.Pero ya llegaría el momento indicado para eso. Luego de algunos días, la dan de alta a Mercedes y a Soledad y de allí se van hasta la casa, ya ella le había preparado la habitación a Mercedes con su cuna, mosquitero, un Moisés, y todo lo necesario para que a Soledad no le faltara nada.Carlos parecía estar feliz adaptándose a todos los cambios. Por lo menos era colaborador y servicial. La parte preocupante es que tenían que mantener cerrada una de las ópticas, ya que Mercedes estaba de reposo. Y Carlos se haría responsable de la otra.Para poder así cubrir los gastos de la casa y todo lo que la niña necesitara.Era como un giro que la vida le había dado. Todos estaban muy contentos pues de cualquier manera un
Capítulo LXIIEs así como un mal día llegan del trabajo Mercedes, junto a Carlos y los dos niños José Antonio y Soledad, y al entrar a casa, Mercedes se siente muy extrañada de no ver a su madrina Carlota. Era algo a lo que ella estaba acostumbrada, encontrarla en la sala esperándolo regresar de su trabajo, o en la cocina preparando algo para cuando llegaran ya tuvieran algo a la mano listo. Mercedes coloca la cartera en la mesa e ingresan todos a la casa, luego Mercedes se dirige al cuarto y es allí donde encuentra a su madrina acostada en la cama, se acerca hacía ella, la llama con tono de angustia–madrina... Madrina...Pero no recibe respuesta alguna, y lo peor es que no se mueve, en ese momento cuando Mercedes la abraza se da cuenta de que está fría y sin signos vitales...Era el momento más desesperante para Mercedes. Ella entra en desesperación y comienza a gritar.–CARLOS ... CARLOS, VEN RÁPIDO, MI MADRINA... NO POR DIOS NO, MI MADRINA NO, ELLA ES TODO LO QUE TENGO... NO.Lue
Capítulo LXIIAl entrar a la casa, Carlos los acompaña hasta la habitación donde se encuentra Mercedes.Don Elías entra a la habitación y corre hasta la cama donde reposa el cuerpo de su hermana Mercedes, la abraza profundamente y sin pronunciar palabra comienza a llorar, pasando su mano por la cabeza mientras le soba el cabello, soba sus manos suavemente mientras llora inconsolablemente en un absoluto silencio.Era un momento tan tenso, donde las palabras sobran. Mercedes se arrodilla ante su papá y apoya su cabeza sobre sus piernas, se le termina de romper el corazón al ver a su padre desconsolado.Carlota era su única hermana, había sido para él, cómo su madre. Quien siempre lo acompañó y vio por él.Justo allí Carlos llama al hospital para que vengan por el cuerpo. Al cabo de un rato, llega la ambulancia y se trasladan hasta el hospital para esperar el informe del médico forense. Pasaron algunas horas y efectivamente le entregan el informe del médico forense a los familiares, d
Capítulo LXIIIDesde ese día nada volvió a ser como antes. Cada día transcurría en una extraña soledad, Mercedes tenía una tristeza por dentro y un vacío en su interior que nada la podía llenar. Ella amaba a sus hijos y ellos eran los causantes de todas sus alegrías y su mayor inspiración para seguir adelante. Carlos era ese hombre que se había convertido en su mejor aliado, su compañero de vida, el padre de su hija y quién estaba ocupando el lugar del padre de José Antonio. Ya había madurado y se había convertido en todo un hombre. Así fue pasando el tiempo, pero ella cada día más pendiente de su papá. Ahora más que nunca, ya que sabía lo que significaba la pérdida de su única hermana. Procuraba a pesar de sus múltiples ocupaciones de hacer la costumbre de visitarlos por lo menos cada dos semanas y llamaba a diario a casa para saber de sus padres. Todos continuaron con sus actividades, tristemente la vida debe continuar sin importar lo que suceda.Con el transcurrir del tiempo,
Capítulo LXIEra una situación un tanto incómoda, por la actitud grotesca y los comentarios desatinados de Eloína. Ya era como irritante la situación y Mercedes controlaba su carácter, pero ella era de esas mujeres que no tolera irrespetos, solo lo hacía por Carlos y los niños, pero era un hecho de que ya estaba saturada y no estaba segura de que tanto podría aguantar así que llama un momento a olas a Carlos y le advierte–yo no tengo necesidad de venir para acá, para aguantar las insolvencias de tu mamá, así que en un rato nos vamos antes de que se acabe la reunión por yo contestarle cómo se lo merece, al fin y al cabo esta es su casa y es su familia, así que la que aquí está sobrando soy yo. –pero Mercedes por favor, ya relájate.–¿Qué me relajé? Si desde que llegamos no pierde la oportunidad en tirar indirectas y hacerse la víctima porque yo te hice el enorme favor de sacarte de este infierno. Con razón ...– pero Mercedes por favor... Ya cálmate sí, vamos a dejar que fluyan las c