Capítulo LXIPara Mercedes toda esta situación era un tanto engorrosa, y quisiera evitarla, sobre todo para ahorrarle malos momentos a sus hijos… Pero está consciente de que su mamá cómo siempre tenía la razón. Ella tenía el deber de ayudar a Carlos a solventar esa situación.Pero ya llegaría el momento indicado para eso. Luego de algunos días, la dan de alta a Mercedes y a Soledad y de allí se van hasta la casa, ya ella le había preparado la habitación a Mercedes con su cuna, mosquitero, un Moisés, y todo lo necesario para que a Soledad no le faltara nada.Carlos parecía estar feliz adaptándose a todos los cambios. Por lo menos era colaborador y servicial. La parte preocupante es que tenían que mantener cerrada una de las ópticas, ya que Mercedes estaba de reposo. Y Carlos se haría responsable de la otra.Para poder así cubrir los gastos de la casa y todo lo que la niña necesitara.Era como un giro que la vida le había dado. Todos estaban muy contentos pues de cualquier manera un
Capítulo LXIIEs así como un mal día llegan del trabajo Mercedes, junto a Carlos y los dos niños José Antonio y Soledad, y al entrar a casa, Mercedes se siente muy extrañada de no ver a su madrina Carlota. Era algo a lo que ella estaba acostumbrada, encontrarla en la sala esperándolo regresar de su trabajo, o en la cocina preparando algo para cuando llegaran ya tuvieran algo a la mano listo. Mercedes coloca la cartera en la mesa e ingresan todos a la casa, luego Mercedes se dirige al cuarto y es allí donde encuentra a su madrina acostada en la cama, se acerca hacía ella, la llama con tono de angustia–madrina... Madrina...Pero no recibe respuesta alguna, y lo peor es que no se mueve, en ese momento cuando Mercedes la abraza se da cuenta de que está fría y sin signos vitales...Era el momento más desesperante para Mercedes. Ella entra en desesperación y comienza a gritar.–CARLOS ... CARLOS, VEN RÁPIDO, MI MADRINA... NO POR DIOS NO, MI MADRINA NO, ELLA ES TODO LO QUE TENGO... NO.Lue
Capítulo LXIIAl entrar a la casa, Carlos los acompaña hasta la habitación donde se encuentra Mercedes.Don Elías entra a la habitación y corre hasta la cama donde reposa el cuerpo de su hermana Mercedes, la abraza profundamente y sin pronunciar palabra comienza a llorar, pasando su mano por la cabeza mientras le soba el cabello, soba sus manos suavemente mientras llora inconsolablemente en un absoluto silencio.Era un momento tan tenso, donde las palabras sobran. Mercedes se arrodilla ante su papá y apoya su cabeza sobre sus piernas, se le termina de romper el corazón al ver a su padre desconsolado.Carlota era su única hermana, había sido para él, cómo su madre. Quien siempre lo acompañó y vio por él.Justo allí Carlos llama al hospital para que vengan por el cuerpo. Al cabo de un rato, llega la ambulancia y se trasladan hasta el hospital para esperar el informe del médico forense. Pasaron algunas horas y efectivamente le entregan el informe del médico forense a los familiares, d
Capítulo LXIIIDesde ese día nada volvió a ser como antes. Cada día transcurría en una extraña soledad, Mercedes tenía una tristeza por dentro y un vacío en su interior que nada la podía llenar. Ella amaba a sus hijos y ellos eran los causantes de todas sus alegrías y su mayor inspiración para seguir adelante. Carlos era ese hombre que se había convertido en su mejor aliado, su compañero de vida, el padre de su hija y quién estaba ocupando el lugar del padre de José Antonio. Ya había madurado y se había convertido en todo un hombre. Así fue pasando el tiempo, pero ella cada día más pendiente de su papá. Ahora más que nunca, ya que sabía lo que significaba la pérdida de su única hermana. Procuraba a pesar de sus múltiples ocupaciones de hacer la costumbre de visitarlos por lo menos cada dos semanas y llamaba a diario a casa para saber de sus padres. Todos continuaron con sus actividades, tristemente la vida debe continuar sin importar lo que suceda.Con el transcurrir del tiempo,
Capítulo LXIEra una situación un tanto incómoda, por la actitud grotesca y los comentarios desatinados de Eloína. Ya era como irritante la situación y Mercedes controlaba su carácter, pero ella era de esas mujeres que no tolera irrespetos, solo lo hacía por Carlos y los niños, pero era un hecho de que ya estaba saturada y no estaba segura de que tanto podría aguantar así que llama un momento a olas a Carlos y le advierte–yo no tengo necesidad de venir para acá, para aguantar las insolvencias de tu mamá, así que en un rato nos vamos antes de que se acabe la reunión por yo contestarle cómo se lo merece, al fin y al cabo esta es su casa y es su familia, así que la que aquí está sobrando soy yo. –pero Mercedes por favor, ya relájate.–¿Qué me relajé? Si desde que llegamos no pierde la oportunidad en tirar indirectas y hacerse la víctima porque yo te hice el enorme favor de sacarte de este infierno. Con razón ...– pero Mercedes por favor... Ya cálmate sí, vamos a dejar que fluyan las c
Capítulo LXVAsí amanecen entrelazados, cada día se aviva más la pasión entre ellos, pero Mercedes se le olvida que el licor le corta el efecto a las pastillas. Por lo tanto esa noche había quedado nuevamente embarazada de su tercer hijo, pero ella sin siquiera sospechar.Parecía una luna de miel, salían, paseaban, comían afuera en familia, iban al cine, al parque… Todo era felicidad, hasta que algunas semanas más tarde, nuevamente comienza Mercedes con las náuseas y el periodo se ausentó.Al hacerse la prueba se da cuenta de que está embarazada y le da la noticia a Carlos.– Carlos, mi amor, estoy embarazada nuevamente. –¿Otra vez Mercedes? ¿Y tú no te estabas cuidando?–si Carlos, pero debió ser en algún momento que se me pasaron y pues...–Oye Mercedes, que buena noticia aunque totalmente inesperada. – En estos momentos donde estamos disfrutando más de nuestra relación ahora quedas embarazada.– si mía amor, pero eso no es impedimento.
Capítulo LXVIMercedes está totalmente iracunda, sus manos sudan de la ira contenida. El hecho de no saber dónde paso la noche Carlos ni con quién, y de paso ella se tuvo que ir a trabajar sola con los dos niños y no pudo abrir la otra óptica por la irresponsabilidad de Carlos, eso la tenía mal, pero bien sabe que no vale la pena discutir con él si estaba ebrio, seguramente no siquiera la escucharía. Así que hizo lo oportuno, espero que amaneciera para conversar con él.Entre tanto los niños estaban totalmente conmocionados, sobre todo José Antonio, quien nunca había visto a Carlos así, y le pregunta a su mamá– mamá... ¿Qué tiene Carlos? ¿Por qué fuiste a trabajar sola y él no te acompaño cómo siempre? ¿Dónde estaba?Jose Antonio era un niño muy astuto, y sabía que algo estaba pasando y que las cosas no estaban marchando bien. Aunque su mamá nunca discutía delante de ellos, la expresión en el rostro de ella, decía mucho.José quería ayudar, y muy en el fondo estaba enojado por ver c
Capítulo LXVIIILuego de arreglar todas las cosas en casa, hacer la comida y atender a Soledad y a José Antonio, Mercedes va y se ducha, estaba extenuada, había sido uno de esos días , ya casi a punto de caer la noche, cuando en eso se levanta Carlos queja dose por una fuerte migraña.Ella se encontraba en la sala y él se acerca y le plide:–Mercedes por favor, una pastilla para el dolor de cabeza, siento que se me va a explotar...– A eso en mi pueblo le llaman resaca y da después de irse de farra. Si te fuistes desde ayer a beber y Dios sabrá cuantas cosas más,–me podrías explicar ¿donde estabas tú? y ¿donde pásate la noche?– ay Mercedes por favor, no vayas a comenzar, te acabo de decir que me duele la cabeza.– ah, osea que eso quiere decir que el señor se va a beber, se desaparece hasta el día siguiente pero luego no se le.puede decir nada porque se siente mal. Pero que maravilla...–Mercedes, te estoy preguntando nada más si tienes alguna pastilla para el malestar y mira todo