Capítulo LV El negocio de la óptica se hacía cada vez más próspero. Mercedes necesitaba avanzar, pero para eso necesitaba alguien que fuese su aliado, su mano derecha, alguien en quien confiar plenamente.Para eso había pensado en Carlos. Como su primordial aliado, pero el detalle estaba en que era demasiado joven para tomar ciertas decisiones e incluso para asumir una responsabilidad mayor.Mercedes quería montar otra óptica. Pero para eso necesitaba alguien que se quedará encargado de una y fuese la secretaria mientras ella se encargaba de la otra. Teniendo un solo optometrista, lo que le triplicará las ganancias. Definitivamente Mercedes era muy buena con los números y para la administración. Tocó lo que tocaba hacía que funcionará. Y contaba con muy buenos aliados. Pero no se sabe que tan bien le resultaría este plan.Carlos estaba ya bien preparado como para quedarse a cargo de hacer los exámenes. Por lo que conllevó a Mercedes a alquilar un segundo local a escasos metros de d
Capítulo LVILlegado el día siguiente ya Mercedes se había levantado temprano antes de que su madrina los encontrará, llamo a Carlos, pero él no podía ni escucharla. Así que lo arropó y lo dejo durmiendo en el sofá, luego recogió todas las botellas, vasos y platos. Era todo un reguero que se había hecho. Pero ella se encargó de dejar todo en perfecto orden, luego se mete a bañar y se viste, se peina casi sin dejar ninguna evidencia. Pero era más que obvio lo que había sucedido. Aunque ya asado los efectos del licor, ya comenzó Mercedes a pensar un poco más en frío, con calma las cosas y comenzó a sentir miedo por ella hasta inseguridad.Pues en esa situación era Mercedes quien lo estaba arriesgando todo, mientras que Carlos disfrutaba de todos los beneficios que Mercedes le estaba brindando. Era algo así como si después de haber pasado una noche ardiente con él, hubiese comprendido que tal vez no fue la decisión más sabía. Pero ya no había vuelta atrás. Ya lo hecho, hecho está.Has
Capítulo LVII– Bueno, mamá, de cualquier manera te vas a enterar. Por ahora serás la única en saber.–¿Saber que Mercedes? Habla ya y deja el misterio– Tengo un mes de embarazo. No me ha bajado el periodo y a mí nunca me falla. Justo hace un mes estuve con Carlos.–pero aún no le he querido decir a nadie. Ni siquiera Carlos sabe.– por Dios mujer, imagínate tú en el problema que te has metido.– ¿Cuál probemos mamá? Se supone que deberías alegrarte.– hija, un hijo siempre es una bendición. Y me alegra mucho saber que tendré otro nieto. Pero tú tienes que estar consciente de que no son las condiciones más óptimas–¿Por qué no mamá? –Mercedes... tú tienes un hijo de 5 años, vives con Carlota, relativamente adoptaste a ese muchacho y ahora estás embarazada de él que vive de ti. ¿Tú crees que esas son las mejores condiciones?– si mamá, ya yo tengo suficiente edad, además tengo varios años conociendo a Carlos, él no vive de mí, él trabaja para mí y por eso gana un salario, el cual lo
Capítulo LVIIIMercedes no comprendía el por qué se le hacía tan difícil encontrar la felicidad, si ella no era una persona mala, pero definitivamente hay cosas que se escapan de las manos, e incluso llámese karma, casualidad o como quiera que sea, pero a Mercedes le perseguían las dificultades. O simplemente la sumatoria de malas decisiones que al final con llevan malos resultados.No pasó mucho tiempo cuando ya Mercedes comenzaba con las náuseas, a subir de peso y a notarsele la barriga. Y una buena noche decide llegar a su casa luego de su jornada de trabajo y decide conversar seriamente con Carlos.–Carlos, necesitamos conversar un asunto muy importante.–si claro, señora Mercedes dígame, la escucho con atención,. ¿Pasa algo?– si Carlos, pasa algo. Y no sé como lo vayas a tomar. Espero que no te asustes y que no salgas corriendo. –ay sea Mercedes ahora me preocupa más, ¿dígame qué ha sucedido? ¿Me va a despedir o ya no quiere seguir conmigo?–no Carlos por Dios... Dice Merc
Capítulo LIXMercedes sentía gran tranquilidad al obtener el compromiso por parte de Carlos. Se sentía dichosa y plena. Nuevamente su vida agarraba un nuevo rumbo. Todo aparentemente parecía restablecer. Ya tenía su propio negocio y además estaba embaraza de quién era su actual pareja y así lo asumió. A pesar de no tener la experiencia ni la capacidad de respuesta que a ella o a su familia le hubiese gustado, por lo menos no salió corriendo al conocer la noticia y eso ya significaba mucho para ella. Era una tarea un poco agotadora para ella, ya que venía siendo algo así como una guía para Carlos, pies casi siempre tenía que decirle que hacer y cómo. Esto por una parte estaba bien, ya que tenía casi su dominio total, pero por otra parte en muchas ocasiones la aburría, ya que ella esperaba muy en el fondo aunque no se lo dijera que él fuese quien tomase las decisiones y la ayudará a ella sin tener que orientarlo todo el tiempo. Era una situación un poco confusa, pero que a la larga
Capítulo LXLuego de dar a luz a Soledad, ingresan a Mercedes a la habitación junto a su acompañante Carlos. Aún no había llegado nadie más. Parecía algo irónico que al fin logró conseguir lo que tanto soño.Era el cuadro perfecto, ella recién dada a luz, acostada en la clínica y con su actual pareja Carlos con su hija en brazos, eso le daba una sensación de estabilidad y de paz insuperable. Aunque no podía negar que le hacía falta la presencia de su madrina y de sus padres. Y por su puesto el anhelo de que la familia paterna mantuviese una buena relación con ella... pero el hecho de que no se tomaron la delicadeza de ir a conocer su nieta y su sobrina o por lo menos para saber cómo había salido todo, ya eso dejaba todo bien claro. Luego de ya instalada en la habitación, cambiada y con Soledad en los brazos. Llega la madrina Carlota con una bolsa de frutas, pan dulces y un pote de avena y otro de papelón, pues dicen que es bueno darles a las recién paridas para que les baje la lech
Capítulo LXIPara Mercedes toda esta situación era un tanto engorrosa, y quisiera evitarla, sobre todo para ahorrarle malos momentos a sus hijos… Pero está consciente de que su mamá cómo siempre tenía la razón. Ella tenía el deber de ayudar a Carlos a solventar esa situación.Pero ya llegaría el momento indicado para eso. Luego de algunos días, la dan de alta a Mercedes y a Soledad y de allí se van hasta la casa, ya ella le había preparado la habitación a Mercedes con su cuna, mosquitero, un Moisés, y todo lo necesario para que a Soledad no le faltara nada.Carlos parecía estar feliz adaptándose a todos los cambios. Por lo menos era colaborador y servicial. La parte preocupante es que tenían que mantener cerrada una de las ópticas, ya que Mercedes estaba de reposo. Y Carlos se haría responsable de la otra.Para poder así cubrir los gastos de la casa y todo lo que la niña necesitara.Era como un giro que la vida le había dado. Todos estaban muy contentos pues de cualquier manera un
Capítulo LXIIEs así como un mal día llegan del trabajo Mercedes, junto a Carlos y los dos niños José Antonio y Soledad, y al entrar a casa, Mercedes se siente muy extrañada de no ver a su madrina Carlota. Era algo a lo que ella estaba acostumbrada, encontrarla en la sala esperándolo regresar de su trabajo, o en la cocina preparando algo para cuando llegaran ya tuvieran algo a la mano listo. Mercedes coloca la cartera en la mesa e ingresan todos a la casa, luego Mercedes se dirige al cuarto y es allí donde encuentra a su madrina acostada en la cama, se acerca hacía ella, la llama con tono de angustia–madrina... Madrina...Pero no recibe respuesta alguna, y lo peor es que no se mueve, en ese momento cuando Mercedes la abraza se da cuenta de que está fría y sin signos vitales...Era el momento más desesperante para Mercedes. Ella entra en desesperación y comienza a gritar.–CARLOS ... CARLOS, VEN RÁPIDO, MI MADRINA... NO POR DIOS NO, MI MADRINA NO, ELLA ES TODO LO QUE TENGO... NO.Lue