29. Balas y regaños.

Esperaron con el cuerpo tembloroso a que el muchacho se alejara, y un minuto después de que saliera por la ventana Luis salió estrepitosamente del armario con Elisa agarrada por la muñeca. Salieron y corrieron con todas las fuerzas hacia el auto, pero Elisa aún se sentía agotada y débil, le dolía la herida y le costaba respirar.

—Ve tú —le dijo a Luis y se detuvo a recuperar el aliento, pero él la tomó de nuevo por la muñeca y la jaló con fuerza.

—No voy a dejarte aquí, no seas ridícula, así que corre —cuando vieron el auto a lo lejos distinguieron una figura alta de hombros anchos de píe junto al vehículo y Elisa lo reconoció de inmediato, era Andrés.

—Es el hermano de Felipe —le dijo a Luis y en cuanto lo alcanzaron el hombre tomó al muchacho por el cuello de la camisa y lo empujó

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo