Michael RedfordManejé por el condado hasta el restaurante donde Oliver me esperaba con Margaret, se habían desilusionado enterarse que no iría Mia, les había contado que había tenido desvelada y que no quería despertarla. Entonces recordé que no había traído los documentos que Oliver había pedido para lo de otra adquisición de uno de sus hoteles que había comprado, prendí las intermitentes para dar vuelta en U cuando me hice a un lado de la carretera, manejé de regreso a la casa de los viñedos, repasé mentalmente donde había dejado ese sobre, y algo llamó mi atención, era Alek manejando la camioneta blindada de sentido contrario, ¿A dónde es que iba? Estaba a punto de llamar cuando decidí seguirlo. Había dado una orden de no dejar sola a Mia y no la estaba cumpliendo.— ¿A dónde vas, Alek? —el auto se estacionó en una farmacia que estaba abierta las veinticuatro horas del día, pero para mi sorpresa, él no bajó, si no Mia. Alcé mis cejas con sorpresa, ¿Está enferma? ¿Por qué no me lo
Mia Davis Casa de los viñedos “Bella vita”— ¿Qué? —preguntó Redford, por un momento no entendí a su pregunta, pero recordé mis últimas palabras.—Que yo tomaré una abstinencia sexual dura por qué otro susto como este yo no quiero. —las arcadas comenzaron a hacer bulla.—Puedes tener actividad pero siempre y cuando nos cuidemos, —se corrigió de inmediato—te cuides. —estuve a punto de soltar una risa por su reacción, pero eran más fuertes mis ganas de volver a vomitar, así que regresé al váter, levanté la tapa y me puse de rodillas, lo único que vomité fue agua, ya lo demás lo había vaciado hace rato, sentí la mano de Redford en mi espalda dando pequeños golpecitos, cuando terminé, me ofreció una toalla húmeda, se lo agradecí, ya me dolían las costillas de la fuerza que hacía para vomitar.—Debe de ser un virus entonces, vamos a urgencias de inmediato. —levanté la mirada hacia a él.—Tranquilo, esperaré un poco a que se asienta mi estómago, no quiero arruinar el interior
Michael RedfordCasa de los viñedos "Bella vita"Por la mañana puse un par de cosas en mi maleta, lancé una mirada al reloj y marcaban las cinco cuarenta y cinco am. El avión esperaría en San Francisco para llevarme a New York, estaría casi la mitad del día volando hacia a mi destino. Pero había algo que me provocó insomnio: irme sin Mia.¿Tendría razón en que no debía dejarla sola con mi familia? Todos parecían adorarla, incluso, mi madre me había pedido que la dejara para que se adaptara más rápido a ellos y se pondrían con lo de la boda, que me marchara sin preocupación y que cuidarían bien de ella. Pero algo en mi pecho se oprimió cada vez que pensaba en marcharme solo. ¿Qué era esto? Nunca lo había sentido, -me senté en la orilla de la cama y me llevé mi mano a ese lugar que me oprimía por dentro- Nunca en mi vida había tenido remordimiento, ni preocupación por alguien aparte de mí mismo. Ni con mi primera y segunda novia sentí algo igual, -Bueno, no estaban en un contrato falso,
Mia DavisCasa de los viñedos de los RedfordLa abuela de Redford me había ayudado a elegir el tipo de mantel para las mesas redondas, Peggy los arreglos florales de centro, Amber una banda que había tocado en su boda y cuando me enseñó el vídeo de ellos tocando, me gustaron y los elegí. Leslie y Kristen se quedaron viendo las sillas de los invitados, así como las flores y las invitaciones. Todas eran expertas y sonreía mentalmente al comentario de Redford acerca del estrés, todos me lo estaban facilitando tan bien que estaba realmente emocionada –aunque fuese falso- pero lo más incómodo era que la abuela repetía que el matrimonio era sagrado para los Redford y que no se aceptaba los divorcios, que esperaba que nunca sucediera a nosotros, que le tuviese paciencia que Redford en el fondo era bueno, algo en mi interior me hizo incomodar.— ¿Qué te parece este vestido?—se sentó a mi lado la madre de Redford enseñando unos diseños hermosos, eran estilo veraniegos, tenía los hombros descub
Michael RedfordÁtico RedfordHabía regresado del casino en Atlantic city bastante tarde, habían surgido problemas con denuncias por parte de anónimos que se traficaban mujeres y las tenían como esclavas, tuve que ir para autorizar a que revisaran todo el lugar. –Estaba harto con todo esto y aun no dábamos con las personas responsables de hacerme perder mi tiempo- No cené, simplemente me fui a la cama después de lavarme los dientes. Miré el reloj de la mesa de noche y marcaban las dos de la madrugada. Tiré de la cobija y entré dejando finalmente la cabeza en mi almohada. Cerré los ojos y mi cuerpo aun lo sentía tenso, mi mente no dejaba de repasar todo lo que había pasado en el casino.—Tienes que dar con esa persona, Redford. —me dije a mi mismo, luego me volví para quedar de lado y solo me encontré con el espacio vacío, no estaba Mia, ni su voz y su aroma. Negué de inmediato, tenía que volver a poner mis pies en la tierra y dejar de soñar con cosas que nunca podría tener y en ese in
Mia DavisCasa de los viñedos de los RedfordPor la mañana había despertado algo descansada, pero aún tenía la tensión en mis hombros y parte de mi nuca, me había dado un baño y me había tomado el tiempo para maquillarme, me había notado en el rostro que las ojeras habían desaparecido por fin así que no era tan necesario poner plasta de maquillaje en esa parte. Ahora, estaba sentada en uno de los sillones de escuadra de la sala principal de la casa de los Redford, las cuatro cuñadas de él, estaban sentadas dos y dos a mi lado siendo yo la del medio, habían puesto un templete en una parte de la sala, la madre y la abuela de Redford traían las botellas de champagne mostrándolas en el aire y las demás aplaudieron y reían divertidas.— ¡Llegó el champagne! —exclamó divertida la madre de Redford, aparecieron dos mujeres del servicio y nos sirvieron champagne, estaba fría y burbujeaba, pasé saliva cuando sentí la garganta seca cuando se me antojó. Todas ya tenían sus copas y miraron en mi d
Michael RedfordÁtico RedfordEl plato de desayuno que puso Akira delante de mí hace unos minutos atrás, había quedado intacto, sabía que ella no aprobaría mi falta de apetito, pero realmente no tenía hambre, no había dormido lo suficiente desde que colgué la llamada con Mia en la madrugada. Repasé mentalmente el siguiente problema que había llegado sin previo aviso y tenía que cerciorarme que estaba lejos de nosotros. — ¿Qué es lo que pasa, señor Redford?—preguntó Akira haciendo que retirara la mirada de la pantalla de mi IPad, estaba revisando correos y enviando otros, dando órdenes de mis hombres de seguridad pero aun no tenía la información de la ubicación de Nora. Solté un suspiro.—No tengo hambre. —respondí regresando la mirada a la pantalla. —Usted mismo ha dicho que...—irritado la interrumpí.—Sé que es lo que he dicho, Akira. Pero realmente no tengo hambre. —ella torció su labio y negó haciendo un ruido con su boca. —Debe de extrañar a la señorita Davis, si estuviera ella
Mia Davis Casa de los viñedos "Bella vita" Después de elegir el vestido de novia con las mujeres Redford, finalmente pude llegar a casa, me dejé caer en la cama de Michael y así como caí, ahí mismo me estaba durmiendo. Estaba cansada mentalmente de no estropear el contrato con mi bocota y el alcohol, pero si sentí que la abuela quería sacar algo, pero fui segura de mi misma recordándome que tenía que tener cuidado y especialmente con ella como había dicho Redford. Alek me ayudó a subir al auto al salir, me dormí en el transcurso del camino, y al llegar, me tuvo que cargar, dejándome de pie frente a la puerta de mi habitación, pero como pude, caminé a la de Michael y me acababa de tirar sobre ella, el aroma de él estaba desapareciendo y eso me molestó. Mis parpados se volvieron más pesados, hasta que parpadeé un par de veces en la oscuridad de la habitación y después me dejé llevar. El ruido de un celular me hizo respingar en mi lugar, como pude, estiré mi mano en su búsqueda para c