Mia DavisCasa de los viñedos de los Redford...Estaba mareada por el barullo de la familia de Redford, después de darle el “Sí” delante de su familia, estos habían enloquecido, al regresar a la casa, habían puesto su mejor vino y la mejor champagne de su cava especial, habían inundado las copas de cristal con ese alcohol y hecho un brindis a todo pulmón, Redford se notó a simple vista la tensión, al parecer no le gustaba para nada ser el centro de atención entre ellos, mientras que el grupo de las esposas de los cuatro hermanos, me rodeaban, me ofrecían revistas de novia y recomendaciones de diseñadores, unas recordaron lo que era el primer día de su pedida de mano, la forma de su vestido, y la última que lo describió, fue Amber, la esposa de Paul, -con dos grupos de trillizos y un niño- se notó la nostalgia en su mirada.—Me gustaría regresar el tiempo cuando estaba vuelta loca con los preparativos. —confesó limpiando la orilla de uno de sus ojos. Peggy se acercó a ella y la rodeó c
Michael RedfordCasa de los viñedos de los RedfordMis manos formaron dos puños que juré en ese momento mis venas debieron resaltar junto con las de mi antebrazos, mis dientes apretaron con fuerza provocando el dolor que solía tener al hacerlo, los ojos azules desafiantes de Mia me volvieron loco, “¿Está muy ansiosa en terminar esto para largarse con ese don nadie?”— ¿Quieres terminar esto antes?—dije en un tono cargado de ira y frialdad, pero sin retirar la mirada de la de ella.— ¿Creíste que esto es un "contrato de farsa para siempre"? Es obvio que quiero terminar esto para poder hacer mi vida, Redford, ¿Qué pensabas? ¿Quedarnos juntos al terminar el tiempo? Yo haré mi vida, así como tú la tuya. Reaccionas como si esto fuese algo nuevo, tú mismo hiciste ese contrato y creo que debes de saber de memoria hasta la última maldita cláusula. —di un paso cruzando su espacio personal, pero ella no se inmutó por mi cercanía, al contrario, arqueó una ceja desafiándome.—No pensé que cuando
Mia DavisCasa de los viñedos "Bella vita"Tonta. Así era como me sentí cuando dije esas últimas palabras a Redford, pero él se enderezó y salió de la habitación. Me senté y me quedé mirando la puerta cerrada. Me levanté, llené la bañera y puse las sales, puse música en mi celular y cerré los ojos cuando dejé mi cabeza hundirse en el agua un poco para mojarme, al salir, miré la habitación.Las notas de Keane con “Somewhere only we now” llenó el lugar, y solo me dediqué a escucharla, no a cantarla como solía hacerlo. Mis lágrimas aparecieron recordando el verdadero motivo por el que estaba aquí, las imágenes de Andy y de todo lo que pasamos en nuestra relación desfilaron haciéndome romper en llanto ahí mismo. Las sospechas que había tenido con la mesera, eran ciertas. Pero no dolía como pensé que lo haría, me dolió más el rechazo de Redford y era lo más preocupante. No teníamos la semana juntos en esta farsa y ya estaba mezclando lo real con la mentira, ¿Qué era real? Recargué mi mejil
Michael RedfordManejé por el condado hasta el restaurante donde Oliver me esperaba con Margaret, se habían desilusionado enterarse que no iría Mia, les había contado que había tenido desvelada y que no quería despertarla. Entonces recordé que no había traído los documentos que Oliver había pedido para lo de otra adquisición de uno de sus hoteles que había comprado, prendí las intermitentes para dar vuelta en U cuando me hice a un lado de la carretera, manejé de regreso a la casa de los viñedos, repasé mentalmente donde había dejado ese sobre, y algo llamó mi atención, era Alek manejando la camioneta blindada de sentido contrario, ¿A dónde es que iba? Estaba a punto de llamar cuando decidí seguirlo. Había dado una orden de no dejar sola a Mia y no la estaba cumpliendo.— ¿A dónde vas, Alek? —el auto se estacionó en una farmacia que estaba abierta las veinticuatro horas del día, pero para mi sorpresa, él no bajó, si no Mia. Alcé mis cejas con sorpresa, ¿Está enferma? ¿Por qué no me lo
Mia Davis Casa de los viñedos “Bella vita”— ¿Qué? —preguntó Redford, por un momento no entendí a su pregunta, pero recordé mis últimas palabras.—Que yo tomaré una abstinencia sexual dura por qué otro susto como este yo no quiero. —las arcadas comenzaron a hacer bulla.—Puedes tener actividad pero siempre y cuando nos cuidemos, —se corrigió de inmediato—te cuides. —estuve a punto de soltar una risa por su reacción, pero eran más fuertes mis ganas de volver a vomitar, así que regresé al váter, levanté la tapa y me puse de rodillas, lo único que vomité fue agua, ya lo demás lo había vaciado hace rato, sentí la mano de Redford en mi espalda dando pequeños golpecitos, cuando terminé, me ofreció una toalla húmeda, se lo agradecí, ya me dolían las costillas de la fuerza que hacía para vomitar.—Debe de ser un virus entonces, vamos a urgencias de inmediato. —levanté la mirada hacia a él.—Tranquilo, esperaré un poco a que se asienta mi estómago, no quiero arruinar el interior
Michael RedfordCasa de los viñedos "Bella vita"Por la mañana puse un par de cosas en mi maleta, lancé una mirada al reloj y marcaban las cinco cuarenta y cinco am. El avión esperaría en San Francisco para llevarme a New York, estaría casi la mitad del día volando hacia a mi destino. Pero había algo que me provocó insomnio: irme sin Mia.¿Tendría razón en que no debía dejarla sola con mi familia? Todos parecían adorarla, incluso, mi madre me había pedido que la dejara para que se adaptara más rápido a ellos y se pondrían con lo de la boda, que me marchara sin preocupación y que cuidarían bien de ella. Pero algo en mi pecho se oprimió cada vez que pensaba en marcharme solo. ¿Qué era esto? Nunca lo había sentido, -me senté en la orilla de la cama y me llevé mi mano a ese lugar que me oprimía por dentro- Nunca en mi vida había tenido remordimiento, ni preocupación por alguien aparte de mí mismo. Ni con mi primera y segunda novia sentí algo igual, -Bueno, no estaban en un contrato falso,
Mia DavisCasa de los viñedos de los RedfordLa abuela de Redford me había ayudado a elegir el tipo de mantel para las mesas redondas, Peggy los arreglos florales de centro, Amber una banda que había tocado en su boda y cuando me enseñó el vídeo de ellos tocando, me gustaron y los elegí. Leslie y Kristen se quedaron viendo las sillas de los invitados, así como las flores y las invitaciones. Todas eran expertas y sonreía mentalmente al comentario de Redford acerca del estrés, todos me lo estaban facilitando tan bien que estaba realmente emocionada –aunque fuese falso- pero lo más incómodo era que la abuela repetía que el matrimonio era sagrado para los Redford y que no se aceptaba los divorcios, que esperaba que nunca sucediera a nosotros, que le tuviese paciencia que Redford en el fondo era bueno, algo en mi interior me hizo incomodar.— ¿Qué te parece este vestido?—se sentó a mi lado la madre de Redford enseñando unos diseños hermosos, eran estilo veraniegos, tenía los hombros descub
Michael RedfordÁtico RedfordHabía regresado del casino en Atlantic city bastante tarde, habían surgido problemas con denuncias por parte de anónimos que se traficaban mujeres y las tenían como esclavas, tuve que ir para autorizar a que revisaran todo el lugar. –Estaba harto con todo esto y aun no dábamos con las personas responsables de hacerme perder mi tiempo- No cené, simplemente me fui a la cama después de lavarme los dientes. Miré el reloj de la mesa de noche y marcaban las dos de la madrugada. Tiré de la cobija y entré dejando finalmente la cabeza en mi almohada. Cerré los ojos y mi cuerpo aun lo sentía tenso, mi mente no dejaba de repasar todo lo que había pasado en el casino.—Tienes que dar con esa persona, Redford. —me dije a mi mismo, luego me volví para quedar de lado y solo me encontré con el espacio vacío, no estaba Mia, ni su voz y su aroma. Negué de inmediato, tenía que volver a poner mis pies en la tierra y dejar de soñar con cosas que nunca podría tener y en ese in