Chicos, el siguiente es el epílogo, o sea, es el último capítulo, chan, chan...
Miraba la tumba dónde descansaba, traía sus flores favoritas, al final Alexander St. Vincent había sido acusado por crímenes como e****a, lavado de dinero, abuso de confianza, prostitución infantil y manejo de lugares ilícitos, así mismo, de planear a cabo el asesinato del matrimonio Grayson, y el asesinato de Elaine St. Vincent y violencia doméstica contra su única hija, Agnes Edevane-Gray.- Al fin tienen una tumba –dice ella suave mientras coloco las flores, asiento.- Seguro les da gusto estar juntos, tu madre era una buena persona –dice él acomodando las flores, les había costado un mundo encontrar los cuerpos de sus respectivos padres, pero al final había valido la pena–. ¿No estás muy cansada? –pregunta volviéndose hacia ella, iba en silla de ruedas para evitar cansarse, su rehabilitación iba muy bien, pero aún así se cansaba con facilidad, el daño en sus pulmones había sido mucho, pero poco a poco se recuperaba, fue hasta varias semanas que le confeso lo del bebé, ella había ll
Habían sido meses de recuperación, pero todo había valido la pena cuando fui capaz de caminar hacia el altar sin problema alguno, esta vez la ceremonia había sido pequeña, con algunos socios de Sebastien y con personas a las que de verdad estimaba.Era extraño pasar de Agnes Edevane-Gray a Agnes Grayson, y no es que me quejara, para nada, porque amaba a Sebastien pero supongo que sólo me costaría trabajo adaptarme.Habían pasado unos meses más tras la boda, Sebastien me había llevado a todas partes, habíamos comido y bebido de todo, bueno, salvo algunas cosas por orden del médico, pero fuera de eso, la luna de miel había sido perfecta, triste había sido volver.- Te vaya bien –digo como cada mañana que debe ir a la empresa, habíamos decidido mudarnos a Londres, era un cambio agradable.- Nos vemos a la hora de la comida –me pega a él y me besa con intensidad, eso lograba dejarme descolocada por algunos segundos, me sonríe travieso antes de salir, suspiro enamorada.- Agnes, llegó un pa
Mi vida era perfecta, tenía un padre exitoso y amoroso, era hermosa, joven y con un futuro prometedor, era elegante y distinguida, obediente y amable.Pero eso era mentira, eso es lo que todos veían en mí, la realidad que había empeñado en mostrar, dejando de lado la cara oculta del gran Alexander St. Vincent.Muchos deseaban mi vida, y con gusto se las daba, daría todo por dejar este infierno, sin dudarlo vendería mi alma para hacerlo. Quizás se preguntarán que porque no me voy, la respuesta es simple, ese hombre me encontraría debajo de la más pequeña piedra, cada paso está calculado, siempre vigilada, no hay opciones de escape.Siempre que me castiga por alguna falta, culpa a mi madre.- Te pareces tanto a esa sucia zorra, que te dejó a la primera oportunidad que tuvo, sólo recuerda que ella te abandonó por irse con otro, tienes suerte de que
- Saliendo de su clase, debe ir con su padre a una comida de negocios, ahí estará el hijo de su socio mayoritario, después de eso irán a visitar algunas de las fundaciones en las que ayuda su padre –dice la asistente mientras tomo mi desayuno, suspiro con pesar, estaba harta de todo, pero no podía decir o hacer nada–, después de eso tiene una entrevista para la revista de personajes sobresalientes, hablarán de sus progresos en el mundo de los negocios y de su corta pero brillante carrera, antes de llegar le daré su discurso –dice haciendo anotaciones en la tableta–, por último, deberán asistir a una cena benéfica del grupo Van Allen, ¿alguna duda? –pregunta la mujer, ella niega, de todos modos no había posibilidades de cancelar algo en esa lista, mi padre me castigaría y era lo último que quería.Termino de desayunar, cojo la mochila y
Agnes:Esa noche había terminado bastante bien, no habíamos conocido al joven empresario, durante toda la noche no dejaron de comentar la razón de su falta de presencia, unos aseguraban que no deseaba reunirse con nadie esa noche, otros aseguraban que había preferido irse de fiesta, incluso había quienes aseguraban que estaba en los brazos de una hermosa modelo, por mi parte, pensaba que quizás estaba cansado y que deseaba un poco de calma antes de que todos estos buitres comenzaran a rondarlo. Uno de ellos era mi padre, que como el buen actor que es, había enmascarado muy bien su furia por la ausencia del joven Edevane-Gray, en tono bajo y lejos de la gente, me había dicho que tarde o temprano lo atraparíamos, aunque estaba segura que se refería a él y su empresa, porque yo era una inútil que sólo servía para hacerlo ver bien, esas palabras me las hab&i
Agnes:Había creído que tras mi bochornoso encuentro con el señor Edevane-Gray, mi padre estaría furioso, pero gracias al cielo, no había sido así.- Quién diría que esa torpeza tuya me ayudaría a cerrar un gran e importante trato, ¿sabes el prestigió que esto nos traerá? –pregunta emocionado, sabía que era más para él que para mí, sus palabras siempre rondaban en mi cabeza, más en estos casos, sobre cómo no era capaz de entender, como jamás sería como él para los negocios, así que sólo me limitaba a escuchar y asentir, después de todo, era como un mueble más de decoración–, esos idiotas deben saber que no pueden conmigo –sonríe con júbilo, si algo hacia feliz a mi padre más que un buen contrato, era restregarles sus logros&nd
Agnes:Decir que él me dejaba atontada, era quedarse corta, a decir verdad no entendía como no podía ser esa mujer tranquila, serena y segura de su imagen ante todos, me daba pavor hacer algo mal y que mi padre se desquitara conmigo, o incluso peor, que él creyera que era una falsa, que creyera que sólo fingía para poder estar con él o algo por el estilo, que si bien era así, al menos quería creer que con él era diferente, que era más natural.- He visto que muestra interés en ti, no sé qué te ve pero para mí es beneficioso, así que haz lo que tengas que hacer para que salga contigo, estoy seguro que no te dirá que no –dice él como si nada dentro de mi oficina–, trátalo bien o atente a las consecuencias –sentencia lo último con tono amenazador antes de salir, trago saliva y muerdo mi labi
Agnes: A partir de esa noche maravillosa, había habido más, cada vez que salíamos íbamos a un lugar diferente, a veces íbamos a cenar, otras al cine, incluso a dar pequeños paseos por los puntos más emblemáticos y porque no, románticos. No me había atrevido a entrelazar nuestras manos, pero si solía entrelazar mi brazo con el suyo, estaba segura que parecíamos una pareja de esas antiguas, no podía evitar suspirar y sonreír como tonta al pensar en la palabra pareja. Sebastien y yo teníamos muchas cosas en común, le gustaban los lugares tranquilos más que los bulliciosos, le gustaba leer hasta tarde, su género favorito era el terror y el suspenso, aunque me confesó haberse emocionado leyendo orgullo y prejuicio, algo que me causo mucha ternura, y no tanto porque lo haya leído, seguro muchos hombres más lo habían hecho; más bien había sido por la forma en que lo dijo, como si fuese algo malo o alguien fuese a pensar qu