Revelaciones

Agnes:

Había entrado furioso a su despacho, así que había ido corriendo detrás de él, podía oír cómo gritaba, maldecía y tiraba cosas, Cleo y Martin estaban fuera de la puerta preocupados más que asustados, y los entendía, él podía hacerse daño sin querer.

Tras suspirar unas cuantas veces y sin pedir permiso, me decido a entrar, lo primero que veo es a él de rodillas cerca de la chimenea, había libros, documentos y figuras tiradas por todos lados.

Estaba muy quieto sujetando su cabello, parecía tan indefenso que sólo quería abrazarlo, aunque mi toque no le resultara reconfortante.

- Ya no puedo más –dice con voz baja, apagada o más bien dicho, derrotada, podía ver que ese cansancio no era sólo físico, también mental, algo que podría explicar porque solía tomar mucho desde que llegue aquí.

- No tienes por qué soportar todo Sebastien, nunca has tenido que hacerlo –me hinco a su lado, froto suave su espalda.

- No sé cómo puedes tratarme así después de toda la mierda que te he tirado enci
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