*Isabella*
Los días transcurrieron sin mayores acontecimientos.
El taller de Teoría de la Comunicación resultó bastante tedioso porque muchos de mis compañeros se la pasaron haciendo de todo menos prestar atención. No obstante, y para mi suerte, eso no dificultó mi trabajo.
El cambio de hora llegó conjunto a la salida precipitada —como de costumbre— de los alumnos. Mientras veía como todos ellos iban saliendo, comencé a guardar los apuntes y libros. Quedé en encontrarme con Jacob y le mandé un rápido mensaje de texto. La relación con mi ex ha ido mejorando; no somos mejores amigos, pero habiendo aclarado ciertos puntos, es mucho más fácil llevarnos bien. Resulta imposible no tenerle cariño porque desde que comenzamos a tratarnos, de nuevo, él me ha respetado y, con el paso de las semanas, he sido sincera y terminé cont&
*Isabella*A medida que le contaba a Valentín mí día a día —desde que comencé la universidad—, sus reacciones pasaron por muchas etapas. Su rostro transmutaba a cada segundo con cada palabra que decía.Bajo presión infundada por la intensidad de sus ojos, narré todo lo que venía sucediéndome desde hace casi cuatro años. Escuchó sin interrumpirme, sin soltar palabra alguna, solo expresándose a través de sus gestos y reacciones. Por un instante no reconocí al chico frente a mí, sentí un profundo temor y ese mismo temor se esfumó cuando sus extremidades rodearon mi cuerpo en un abrazo tan protector que sentí mi alma doler.—Se acabó —susurró—. Todo lo que viviste hasta hoy, se terminó. No dejaré que nadie nunca más te haga daño. Nadie, Isabella.Mis brazos
*Isabella*Faltaban dos horas para que Valentín pasase por mí. No quiso darme detalles de dónde iríamos y los nervios no quisieron abandonarme. La habitación era un completo caos; ropa esparcida por toda la cama y un gran dilema pululando a mi alrededor. No tenía noción de cómo vestir. Mi guardarropa no era en lo absoluto algo ordinario. No usaba vestidos ni blusas escotadas. Desde siempre me han gustado los jeans y camisetas. Nada de tocones, prefería zapatillas, borcegos o unas buenas botas texanas.—¿Puedo pasar?Quise arreglar el pequeño y gran desastre sobre la cama, pero no logré hacerlo y la puerta se abrió lentamente…—Mamá, yo…—¡Jesús!, que desastre tienes aquí —Ella ingresó al cuarto—. Bella, pongamos un poco de orden.—Mamá —proferí, ella
*Isabella*En la intimidad que nos brindaba el coche, ajenos a las personas, al mundo completo, batallaba mentalmente con los pensamientos y los recuerdos-no recuerdos o como sea que se llamasen. Las imágenes emergían una tras otras, memorias funestas del accidente, del estado de coma y del sueño tan…—De acuerdo, ahora me estás preocupando —Su voz provocó que me sobresaltase y frenase mis reflexiones—. Hace más de cinco minutos que hemos ingresado al auto. Isabella, ¿estás bien?—Tuve un accidente —imperé.—¿Qué?—Por favor, solo pido que me escuches —pedí—. Y no me interrumpas.—De acuerdo, pero…—Por favor —supliqué y él asintió. Exhalé un ligero suspiro, desviando la mirada de la suya… —. Hace poco más de diez meses
*Valentín*Era la primera vez que no ordenaba la habitación y era la primera vez que me sentía tan miserable.Debajo de las mantas, como si fuese un refugio, alejado de todo el daño del mundo exterior, pasé la mayor parte de la mañana. Todo este tiempo había creído en hazañas que realmente no son más que una mediocre ilusión. Todo era un maldito juego sucio. ¿Era un falso amor o de verdad estaba enamorado? ¿De quién estaba enamorado? ¿De un sueño o de alguien real? Por más que lo había negado, por más que quise rechazarlo, siempre supe a quién pertenecía la voz dentro de mis extraños sueños. Y ayer me enteré de toda su historia, de todo su pasado. No es coherente, no logro asimilarlo del todo. Sin embargo, existe una parte, una gran parte de mi, que cree todo, que lo encuentra tan encantador, mági
*Valentín*Los días pasaban y la semana llegó a su fin. No vi a Isabella y ni siquiera tuve otro arranque impulsivo para ir a buscarla porque así lo decidí.Cuando Jacob me interceptaba por los pasillos, huía de él. Él dejó de insistir a los pocos días porque le dejé muy claro que no me molestase, que no me contase nada, que no deseaba saber nada de Isabella.Sabía que estaba actuando como un maldito cobarde, pero no sé por qué razón sentía que algo no estaba del todo bien. Solo me dejaba estar y que lo demás fluyese según el destino.(…)Una semana y otra más y no, nada cambiaba, pero mi corazón comenzó a doler y cada vez que en mi mente me gritaba el por qué de ese dolor, yo solo… reprimía todo y hacía caso omiso. Mamá, en más de una ocasión, me r
*Valentín*Un mes transcurrió desde que logré pelear con mis demonios y aceptar el hecho de que era mi destino. Un mes pasó desde que estoy con Isabella, pero ahora surgía otro inconveniente y eran los exámenes. Muchos de los estudiantes nos pasábamos estudiando en biblioteca después de clases y la cosa estaba en que el año estaba por concluir.Respecto a mi relación con Isabella, bueno, qué puedo decir… Iba viento en popa, pero nuestros encuentros se reducían cada vez más, sobre todo porque no estudiábamos la misma carrera. Sin embargo, siempre hallábamos un tiempo para nosotros y compartíamos algunos besos y palabras bonitas. Otra cosa a resaltar era el hecho de que no faltaban los mensajes de textos de buenos días o buenas noches, para el caso. Además, había algo más que reconocer y era que Isabella cada día progre
*Isabella*Estaba feliz, riéndome y charlando con mis amigos y con Valentín. Feliz porque por fin Jacob dio el gran paso y ahora es oficialmente novio de Crystal. Sí, todo se hallaba muy bien; además, Valentín no dejaba de susurrarme palabras bonitas causando que la vergüenza se adueñase de mi. Sin embargo, y como siempre, algo ocurrió y toda la felicidad y alegría se esfumaron cuando escuché pronunciar mi nombre.—¿Isabella?Tenía que ser una muy mala broma del destino porque no podía creer a quien veía después de tantos años. Las personas que se encontraban a mi lado, dejaron de importarme y solo me centré en…—¿Gina? —pregunté, con la obvia sorpresa.Los nervios nacieron y la tensión se precipitó sobre mí. Yo… no entendía nada, no lograba comprender absoluta
*Isabella*Antes había creído que mi vida siempre sería tan… ordinaria, solitaria y fría, pero, echando un vistazo hacia atrás, puedo decir con seguridad lo equivocada que estuve al pensar de ese modo.Ahora, mientras veía a Gina y Jacob intercambiar unas cuantas palabras, me daba cuenta de lo afortunada que fue la vida conmigo.Posterior de haberme despedido de Gina —porque ella tenía ya una cita con su novia— con Jacob comenzamos a caminar de regreso. Durante la caminata, le resumí todo lo que charlé con Gina y él estuvo de acuerdo con que la haya aceptado como amiga. Tampoco era como si pudiese estar en contra, sería irónico si lo hiciese.—Crystal y Valentín están en la biblioteca —informó Jacob.—Mhm, bueno, vamos para allá —refuté.*Esquivamos las mesas y en completo