Kate no podía parar de reír por las ocurrencias de Julian. Ella siempre había encontrado al muchacho como alguien excepcional. Tenia carisma, encanto, y bajo los ojos de Kate una personalidad viva y latente.
-A ver, ahora dime ¿En que esta pensando la señora de allá?
Julian la mira, y frunce el ceño tratando de concentrarse, Kate encuentra en particular aquel gesto bastante divertido
-Esta preocupada por si su esposo tiene una aventura
-Te lo estas inventando.- dice
-No.- afirma el -te digo que no. ¿Cuándo será el día que me creas cuando te digo que tengo la sorprendente habilidad de leer la mente de las personas?
-A ver, lee la mía.- lo retaba ella siempre. Pero a pesar de las insistencias, siempre que Julian trataba de hacerlo fallaba en el intento.
-Ugh.- se queja el chico – ya te he dicho que contigo eso no funciona. No sé porque
-Así que… justo conmigo no funciona eh.- se burla ella
-Me crees ¿no?
Kate no le creía, pero ella quería mucho a Julián. Y lastimar sus sentimientos solo por la satisfacción de tener la razón no era una alternativa muy atractiva para ella. – Te creo, Julian Smith.
Las facciones del muchacho se relajaron.
-Ahora ¿Qué me dices de ese sujeto de la bicicleta?
Julian mira al muchacho y trata. -Es confuso.
-¿Por qué?
-El tipo esta pensando demasiadas cosas al mismo tiempo. La gran mayoría de la gente no piensa una sola cosa en particular. Piensan demasiadas. Y en el caso de que pensaran solo en una, esta pronto cambia a otra idea. Honestamente a las personas así las evito. Me dan jaqueca.
Kate no pudo evitar reír de la simpleza de su amigo, era tan honesto y frontal con lo que decía que a veces se preguntaba si el seria capaz de ocultar un secreto.
Muchos amigos en común de ellos consideraban a Julian raro, e inusual. Normalmente era porque Julian era un sabelotodo. Según decía, su conocimiento no provenía exactamente del estudio, más bien, decía que siempre sabia la respuesta de todo, porque las leía en sus mentes. A perspectiva de él, este era su secreto mejor guardado. El único que solo compartía con ella.
-Ahora el muchacho de allá.- pidió la chica señalando a un hombre que vestía de traje.
Julian trato de hacerlo de nuevo, al igual que las ultimas veces, pero esta vez no lo logro. -Que raro.- murmuro.- no puedo hacerlo.
Kate le sonrió amablemente – está bien, Julian. No te tienes que presionar.
Ella quiso dejar pasar por alto aquel acontecimiento, pero era algo tan inusual para Julian, que simplemente no lo dejo pasar, dejo grabado aquel acontecimiento en sus recuerdos, que años más tarde lo recordaría como si hubiera sucedido ayer.
-¿Quieres ir a saltar la rayuela conmigo?- dijo la niña llamando su atención.
El volteo a verla y le sonrió -claro, es tu juego favorito después de todo.
Algo en el corazón de Julian se sentía cálido cada vez que estaba con Kate. No sabía explicar lo que era. Pero era inevitable para el notar pequeños detalles en ella, que la mayoría de la gente no se fijaba a primera vista. El como Kate tenia la manía de contar hasta 10 cuando algo le aterraba, o eso hacia antes de cualquier momento que significara hablar en público. El lunar que tenia cerca de su hombro derecho. O la manía que tenia de acomodarse el pelo para atrás cada 10 minutos.
En su último cumpleaños, Kate le había regalado un pequeño llavero hecho por sus propias manos, era un regalo que Julian valoraba mucho, y lo hacía tanto que por alguna extraña razón, lo llevaba a todos lados consigo. Kate había dicho «porque mientras lo conserves, siempre estaremos juntos. »
-Esta vez no pises las rayas.-le pidió ella mientras arrojaba la piedra
-No lo hare, -dijo -mandona.-murmura el chico, pero lo suficientemente audible para que ella lo escuchara.
-¡eh! Que te he oído.
-Ese era el punto, genia.
-No seas un sabelotodo Julian
-No es mi culpa. -el ríe -Es un talento natural
Kate jugo todo el día con aquel muchacho. No es que ella no tuviera mas amigos, los tenia, y a montón, pero ellos no eran Julian.
La vida de ellos era rutinaria y cómoda, se contaban absolutamente todo. Hasta aquel inesperado día. Aquel día que marcaria un adiós.
Julian jamás se despidió.
Ella nunca supo porque se fue sin avisarle. Porque su familia decidió mudarse y el jamás se lo dijo. Y por primera vez en su vida ella se pregunto si de verdad consideraba a Julian su amigo
La vida de Kate Wood no era nada fácil, a decir verdad, era bastante complicada.-Tenemos que despedirte-¿Qué?- ella no podía dar crédito a las palabras que estaba escuchando.- ¡Pero necesito este empleo! No lo entiendo ¿He hecho algo mal?-No es eso.- se excusa Amanda – solo que ya no tenemos presupuesto para cubrir tu salario-¿Pero es que… así no más? ¿Sin explicaciones? ¿Sin aviso previo? He trabajado en esta floristería dos años.-Lo siento, Kate.- le dijo la chica mientras le estiraba un girasolCon que eso era todo lo que le daban a uno luego de dos años fieles de trabajo.-pensó Kate- ¿Un girasol?-Espero puedas encontrar otro trabajo pronto- sonó apenada.Kate estaba furiosa, de hecho, ella sabia exactamente por donde Amanda se podía meter ese girasol.Dio media vuelta con la cabeza en alto como si así pudiera rescatar un poco de dignidad, y salió por la puerta sin mirar atrás.En medio de la ajetreada ciudad, ella tuvo que pestañar varias veces para disipar las lágrimas que
En ese momento a ella le paso por la cabeza la idea de salir huyendo de ese lugar, las probabilidades de escape eran altas considerando que ahora tenía la oportunidad de la distracción de aquella presentación. Sin embargo, una sensación nueva de intriga la unía al suelo.Kate..El la había llamado Kate... Pero, ¿Cómo? Ella jamás se lo dijo. Jamás le dijo su nombre. Eso quería decir que desde el primer momento que se le acerco, el sabia quien era ella. Entonces aquella invitación no había sido un error. El la conocía, pero lo que aún no sabía era… ¿de dónde?Cuando volvió a reunirse con aquel muchacho, la expresión de Kate era diferente.- Mentiste. -lo acuso. – lo hiciste para que entrara. Habías dicho que no necesitabas invitación para entrar.-Permíteme disculparme, si te has sentido engañada en algún momento Kate.-¿Cómo sabes mi nombre? ¿Quién eres tú?-En primer lugar, jamás mentí. Me preguntaste si yo tenia una invitación, a lo cual dije que no. Porque es cierto. No requiero de
-Kate.Una molesta voz se filtraba en su cabeza-Kate.Ella en su adormilamiento estaba totalmente dispuesta a ignorarlo-¡Kate despierta!- y entonces sintió un leve golpe en su cabeza-¡Auch!- sus manos viajan instintivamente hacia su frente.- ¿Me has dado un zape?-¿Por qué sigues durmiendo?- los ojos castaños de Gabriel la reciben con curiosidad-¿Sabes?-dice sentándose- tu no eres lo primero que uno quiere ver apenas se levanta.-¡Ja!- se burla el.-Ya quisieras. En realidad, tengo un rostro que parece haber sido esculpidos por los ángeles-Si, por ángeles caídos-¿Acaso eso no lo haría más hermoso aun? Una belleza rebelde.-No sabía que habías venido hasta aquí para hablar de tu cara.Nota como un peso nuevo se asienta en su cama -No realmente, venia a preguntar qué tal te había ido ayerAyer…Los sucesos del día anterior empezaron a llenar sus pensamientos, ella hubiera deseado que no fueran tantos.-¿Me estas escondiendo algo?- el tono acusador de Gabriel, y su mirada apacible l
-¿Qué estas haciendo que?- la voz de Gabriel iba cargada de desconcierto puro.-Ya te lo dije, empaco.La mano del chico se posa sobra la suya impidiendo que esta siga guardando otra prenda-Kate.- le habla serio-no puedes mudarte así de rápido.-¿Acaso no eras tu quien insistía que pensara aquella propuesta?-dijo, aunque para ser honesta consigo misma, no espera una respuesta. ¡Era una pregunta retórica!-¡Si!-soltó incrédulo.-Lo que no sabia era que parte del trato involucraba mudarte con él. Es decir, ¿Cómo puedas estar segura de que no sea un psicópata?-Lo conozco desde la infancia.- soltó ella con simpleza-Las personas cambian, -le aseguro.- ¿y que pasaría si… -el chico duda -si intentara algo en contra de tu voluntad?-¿Julian?- aquel pensamiento inundo la mente de Kate, para ella, la idea no podía parecerle de lo más absurda y ridícula. Julian, o al menos su Julian, aquel muchacho que había conocido en su infancia, jamás sería capaz de siquiera ponerle una sola mano encima a K
A la mañana siguiente, cuando Kate abrió los ojos, lo primero que noto fue al chico parado a su lado.Pego un brinco fuera de la cama casi como si le llevara la vida en ello. -¿Q-qué haces aquí?- pregunto más sobresaltada que otra cosa-Pensé que había quedado claro la idea de que yo vivo aquí-Julian.-el tono de Kate era severo-Venia a levantarte.- contesto el chico con simpleza, mientras una de sus manos viajaban a sus muñecas donde se ajustaba un reloj que seguramente valía mas que el antiguo departamento de Kate.-llegaras tarde a tu primer día de trabajoAquella mención hizo eco en Kate.« No puede ser – pensó Kate - ¿Acaso se había quedado dormida? »Su mirada viaja al reloj que reposaba en el velador a lado de su cama. 7:40 am-Tu trabajo inicia a las 8am.-informo este cuando dio media vuelta – Y ya que ni siquiera has desayunado, quizás prefieras empezar desde mañana-¡No!- se apresuro a decir la chica – por favor… quiero hacer esto bien. Disculpa por quedarme dormida, Te aseg
-¡¿Qué quieres que haga que?!- Ethan no podía creer lo que Julian le estaba sugiriendo-Dijiste que ayer mantuviste una conversación amigable con Kate-¡Si!- dijo casi exasperado – y te lo dije, para que tu estuvieras tranquilo, ya que te veías bastante preocupado porque ella se sintiera incomoda, y no se adaptase a la mansión.-Lo sé, pero… solo necesito el sábado.-Julian.- lo corta Ethan– soy tu amigo, pero no te harás pasar por mi para poder hablar con ella-¿Por qué no?- pregunta este sin comprender -Lo haría muy bien, de hecho. Ya casi te tengo imitado, mira- le pide. Julian hizo una pose extraña fingiendo estar despreocupado.-Parece que quieres ir al baño-¿Quién quiere unas pizzas?- dijo Julian tratando de imitarlo, ignorando por completo el comentario anterior.-En definitivo.- dijo Ethan mirándolo perturbado – tu ya enloqueciste.La mirada del rostro de Julian, pasa del fingido relajamiento, a una de impaciencia – ¡Pero es la única forma!-Debes gustarle por ser tu. – lo
El viernes por la mañana, Kate, Ethan y Julian se encontraban desayunando en una gran mesa que se encontraba en el centro de un gran salón.-El domingo habrá una reunión importante, donde se juntaran muchos CEOs de la industria.-informo Ethan mirando hacia Kate – a estas alturas, las fotos del día de ayer, ya se han de haber regado por todos los periódicos, la televisión estará hablando de ello ahora mismo.-¿Es una fiesta?-Un evento para hablar de negocios, y de paso, presentarte en sociedad.- hablo Julian sin siquiera mirarla. Él le había dado un sorbo a su café. Kate odiaba el café. Lo consideraba una cosa demasiado amarga para poder ingerirla, la gente normalmente le decía que tan solo le metiera azúcar, ¡Métele azúcar Kate! pero ella sentía que por más azúcar que le agregara, no podía sentir que eso cambiara de sabor.A diferencia del día de ayer, hoy la mesa estaba repleta de comida. Visualizar el contenido de la mesa, era lo mas parecido a pasar por una panadería en las mañana
La mañana había llegado, y consigo nuevas esperanzas para Julian.Cuando se apresuro hasta su habitación, esta vez decidió tocar.Espero pacientemente, pero nadie contestaba. Lo volvió a intentar, pero el resultado fue el mismo. Una duda paso por su mente unos instantes, pero luego esta se disipo dejando paso a una audacia antes desconocida.Giro el pomo de la puerta adentrándose en la habitación. Pero no había rastro de Kate por ninguno lado. « ¿Acaso ya habría bajado y él no lo había notado? »Estaba por irse cuando un ruido lo sobresalta.« ¡Madre mía! ¡Era Kate! ¡Saliendo del cuarto de baño! »Sus ojos se sorprendieron al verlo. Ambos casi congelados en ese instante. Pero fue allí, cuando Julian, desvío su vista de sus ojos, y fue a fijarse a algo más abajo.¡Estaba en vuelta en una toalla de baño! Claramente, no había nada de ropa allí debajo.-Y-yo…-¡¿Pero que rayos?! ¡¿Acaso ninguno de ustedes sabe tocar?!Julian se da la vuelta avergonzado al instante. -K-kate… perdona…. Creí