Capitulo 3

-Kate.

Una molesta voz se filtraba en su cabeza

-Kate.

Ella en su adormilamiento estaba totalmente dispuesta a ignorarlo

-¡Kate despierta!- y entonces sintió un leve golpe en su cabeza

-¡Auch!- sus manos viajan instintivamente hacia su frente.- ¿Me has dado un zape?

-¿Por qué sigues durmiendo?- los ojos castaños de Gabriel la reciben con curiosidad

-¿Sabes?-dice sentándose- tu no eres lo primero que uno quiere ver apenas se levanta.

-¡Ja!- se burla el.-Ya quisieras. En realidad, tengo un rostro que parece haber sido esculpidos por los ángeles

-Si, por ángeles caídos

-¿Acaso eso no lo haría más hermoso aun? Una belleza rebelde.

-No sabía que habías venido hasta aquí para hablar de tu cara.

Nota como un peso nuevo se asienta en su cama -No realmente, venia a preguntar qué tal te había ido ayer

Ayer…

Los sucesos del día anterior empezaron a llenar sus pensamientos, ella hubiera deseado que no fueran tantos.

-¿Me estas escondiendo algo?- el tono acusador de Gabriel, y su mirada apacible la hacen ceder fácilmente.

Se lo dijo todo. Pero, exceptuando el detalle de que al parecer Julian, seguía teniendo desordenes de personalidad.

-¿Qué te propuso que?-el sonaba desconcertado

-Hablando de locos…-murmura Kate por lo bajo

-Entiendo que quizás la idea de que no te haya visto en tanto tiempo, y ahora simplemente verte puede considerarse… ¿excitante? ¿emocionada? pero… ¿de ahí a que te pida matrimonio?

-Es algo muy loco

-Mas loco es pensar que tu amigo de la infancia ahora sea un millonario, es decir… ¿No tiene la misma edad que tú?

-Que nosotros.- le corrige la chica

-Vaya…-dice mirando alrededor, las tablas viejas de aquel departamento, y el tapiz desgastado.- eso si que baja el autoestima

-Da igual.- dijo la chica tratando de darse ánimos.- no volveré a verlo

-¿Pero acaso no te ofreció trabajo también? Es decir… lo necesitas.

-No me venderé a cambio de un trabajo

-¿Pero acaso no acabas de decirme que el matrimonio seria fingido? Si es así, seria pura pantalla, no tienes que realmente hacer nada que no quieras.

Kate no recordaba que Julian le haya dicho específicamente eso, pero era lo que ella había supuesto, después de todo, él no la quería porque estuviera enamorado de ella, bajo la perspectiva de Julian, ella solo representaba un beneficio, una especie de activo que traería consigo ganancias.

-Y seria solo un año.-la apremia su amigo

-¿Por qué mejor no te casas tu con el?- le dijo Kate en un tono molesto

El soltó una leve carcajada – Si el fuera una chica, yo me apunto. ¿El esposo de una millonaria? Honestamente no sé porque siquiera te lo estás pensando.

-¿Por qué tengo decencia?

-Y si te casas con él, serias decentemente millonaria.

Kate rueda los ojos, y aquella expresión, Gabriel siempre la encuentra divertida.

-Compre algo para desayunar.- dice cambiando de tema.- esta todo en la cocina.

Estaban por levantarse, cuando escuchan unos leves golpees llamando a la puerta.

-¿Ordenaste algo?- le pregunta la chica

-No, ¿y tú?

-No.

Los golpes vuelven reafirmando la existencia de alguien en la puerta

Kate hace un ademan de levantarse, pero se detiene cuando ve a Gabriel caminando hacia la puerta.

-¿Diga?- pregunta este sin abrir

-Paquete para ¿Kate Wood?- suena una voz del otro lado

-Creo que es un repartidor. -le susurra Gabriel

-No me digas.- Kate camina hacia la puerta, y toma el pomo abriéndola.- Soy yo. Yo soy Kate.

-Son para usted.- ella no pudo verle el rostro, ya que cubriéndole toda la cara se encontraba un arreglo de flores rojas más grande que su cabeza

-¿Qué?

-¿Puedo dejarlo en algún lado?

Algo perdidos en aquella conversación, de algún modo, Gabriel logra señalar la mesa de la sala.

El repartidor con uniforme celeste se adentra en el departamento con dificultad depositando el paquete – necesito su firma aquí.-su voz suena casi de alivio luego de desprenderse de aquel peso que llevaba.

Kate toma la pluma casi por instinto, y firma el lugar señalado.

-¿Quién envía esto?

-Supongo que lo dirá en la nota. Yo solo hago las entregas.-hace un ademan de disculparse, y se retira- que pasen buen día.

Aun descolocada, Kate va a espaldas del muchacho para cerrar la puerta

-Oh vaya, -dice Gabriel mientras sostiene la nota a la altura de sus ojos.- no me vas a creer de parte de quien viene esto

-¿Qué?

Kate va hacia el en un rápido movimiento y le arrebata la nota. Impresas en una caligrafía perfecta, y con letras doradas se podía apreciar las iniciales A.J Evans

-¿Estas segura que esa propuesta de matrimonio era por algo falso? -pregunta Gabriel observando el inmenso arreglo de flores – esto casi parece un gesto romántico.

-Dudo mucho que toda acción de Julian ahora no venga con un montón de intenciones por detrás

-¿A qué te refieres?

Kate ignora la pregunta y regresa su vista a la nota. -Dice que vaya a una de sus oficinas. Que me esperara para hablar de negocios. Que su propuesta sigue en pie.

-Quizás tengas que ir y…

-No termines esa frase.- lo corto Kate.

-Estas desesperada por saber cómo pagaras el siguiente arriendo. - la mira serio.- Siempre estaré dispuesto a ayudarte, sabes que lo hare, pero no me queda tanto dinero luego de comprar las cosas que necesita el bebe de mi hermana, y luego de eso, sabes que lo poco que me queda no alcanza para ayudarte. Estoy dispuesto a darte todo el dinero que me quede después de eso, pero no será suficiente.

Gabriel tenia razón. No era que el no quisiera ayudarla, pero todo el dinero que ganaba iba destinado a aquella nueva vida, después de que el novio de su hermana desapareciera dejándola sola con un bebe en camino, es el quien se ha hecho cargo de todo. Apenas y podía con aquellas dos personas, peor con una tercera. Y al hacer eso, se esta olvidando de una cuarta; el mismo.

-No aceptes si no quieres, pero al menos anda y averigua si puedes hacer un mejor trato.

Kate lo piensa.

-No deseo que te vendas, y si tu respuesta es no, y aquel tipo te sigue acosando, seré yo quien personalmente vaya a dejarle las cosas claras, y que te deje en paz. Pero, por el momento, deberías ir y averiguar que desea de verdad.

Sus palabras hacen eco en Kate. 

El problema era precisamente ese, porque la cosa que Julian mas deseaba de verdad, era precisamente a ella.

Quizás no hiciera daño darse una vuelta por las empresas Evans…

***

El corazón de Julian no había dejado de estar inquieto toda la mañana, se encontraba todo el tiempo preguntándose si ella iba a venir, pero… ¿Qué iba hacer si no lo hacía? Había una gran posibilidad de que ella no quisiera saber nada de él, o de todo este asunto mágico en el cual el la estaba arrastrando. Pero ¿Cómo renunciar a ella ahora? ¿Cómo podía hacerlo luego de por fin ayer haber recuperado aquellos ojos en su vida? ¿Podía ella ser tan cruel como para ignorarlo?

-¿Me estas escuchando?

Julian alza la mirada un poco perdido por la intensidad de sus sentimientos -¿Que decías?

-¡Ves!- le reprocho Ethan.-No estas escuchando nada.

-Quizás es porque tu estás hablando demasiado.-los ojos azules de Julian, parecen apagados, siempre fríos y distantes.-Cuando haces eso es como si te pusiera en mute.

-La próxima reunión, será con los West. Se supone que, para ese día, ya tenias que tener a una bloqueadora.

-La tendré.- suelta casi con suficiencia

-¿A Kate?- el parece sentirse frustrado- No quiero ser yo quien rompa tus ilusiones, pero no creo que ella quiera hacer esto. Y si no es ella, debe ser alguien más-insistió de nuevo el muchacho

-No hay nadie más.-lo corta bruscamente, casi sin el darse cuenta que ha usado ese tono. El parece relajarse y volver a su constante habla pausada.- deberías retirarte ahora.

Ethan obedece. No porque estuviera de acuerdo, pero a lo largo de estos años, siempre ha sabido que no es buena idea presionar a Julian.

Cuando el se hubo retirado, Julian sintió la libertad de desplomarse sobre su escritorio. Sus manos viajaron hasta su rostro casi frustrado. El no actuaba así, el tenia que tener un plan b, solo por si las cosas no funcionaban, aquellos sentimientos renacidos estaban tratando de nublarle su buen juicio. El actuaba con lógica, no con arrebatos.

Estaba por irse de la oficina cuando llaman a la puerta.

-¡¿Acaso no te dije que te fueras?!-la puerta se abre al mismo tiempo que el dice estas palabras.

Sin embargo, es una chica quien se asoma, -oh d-discúlpeme, señor Evans… n-no sabía que… si no quiere ver a nadie le diré a la chica que se retire.-la mujer parecía alterada, casi como si no supiera que hacer.

¿Chica?

Antes de que siquiera aquella mujer terminara lo que estaba diciendo, el ya sabia de quien se trataba.- ¡No! No.- Julian pronto hace un esfuerzo por disimular su desesperación.- Esta bien. hágala pasar, señorita Harrison.

La señora le asiente, y se retira. Y solo en cuestión de segundos asoma por la puerta la nueva persona ante él.

Allí estaba ella, Kate, su Kate. 

Vestida con un jean, y una camiseta negra que decía “Abrazos gratis.” Julian la mira suspicaz al tiempo que levanta una ceja casi divertido. No era un atuendo adecuado para visitar una empresa valorada en millones de dólares. ¿Pero que mas podía esperar de Kate? Kate no se ajustaba al sistema, siempre hacia que el sistema se ajustara a ella. Ella no dejaba de ser quien era.

-¿Tu secretaria esta bien? Parecía alterada cuando salió

-Creyó que estaba molesto con ella

-¿Estabas molesto con ella?

-No es el caso.- dijo mientras le hacia una señal con la mano, en una insinuación a que tomara asiento.

-Ella dijo que habías dejado instrucciones para recibirme, y que cuando viniera me hiciera pasar. -se excuso ella rápidamente

-Esta bien, Kate. No estoy molesto con nadie.- el rostro de la chica parece relajarse. Y Julian puede notar como el brillo de la luz del día cae en sus pestañas creando sombras sobre estos. Por unos leves segundos sintió que le faltaba la respiración.

Carraspea tratando de aclararse la garganta- ¿Has pensado en nuestro trato?- dice mientras finge quitarle importancia al tiempo que revuelve unos papeles

-Algo así.- se encoje de hombros.- En realidad, me gustaría aceptar la oferta del trabajo, para serte honesta, estoy en una muy mala situación económica.- y luego de decirlo, casi parece arrepentida de haberlo hecho, después de todo, seguro Julian no podía comprender algo así, piensa Kate, mirando alrededor- así que quizás pueda… aceptar tu extraña petición

-¿Enserio?- la voz de Julian sale asombrada, y pronunciada demasiado rápido como para no notar la alegría en ella.-No te arrepentirás Kate, te lo prometo.

-Pero, quiero saber acerca de algunas clausulas.

-¿Clausulas?

-Dijiste que seria un año, y quiero aclarar que no es mi obligación actuar como si fuéramos una pareja real.

La expresión en el rostro de Julián es inmutable, pero es imposible para el sentir un leve estrujo en su corazón.- No, no tenemos que hacerlo.- le confirma.- siempre y cuando no estemos en público, o con una cámara presente.

-Entiendo eso.- le confirma ella.-cuando haya gente a nuestro alrededor, seremos dos enamorados.

-¿Eso es todo?

-Si… creo que lo es.

-Bien, -dice el muchacho-porque yo tengo una última condición más.

-¿Cuál?

-vivirás en la mansión conmigo

Por alguna razón eso logra sorprenderla, eso no era parte de su plan-¿Por qué?

-Sería ilógico que mi esposa no viva conmigo ¿No crees?

Ella guarda silencio, casi sopesando esa idea.-mientras estés en ella no debes preocuparte por suplir algún gasto, me hare cargo de todo. Gastos básicos, alimentación, incluso de tus necesidades básicas.

-¿Cómo cuál?

-Ropa, maquillaje, utensilios de limpieza. Cosas así.

-Creo ser bastante capaz de suplirme eso. Después de todo, yo estaría trabajando, mi objetivo no es específicamente que tu me mantengas

-¿Estas consciente que esto durara un año no?- esas palabras son como cuchillas para Kate, después de todo… cuando Julian cumpla su objetivo, ella no será más que una molesta, y un nuevo adiós. No creía que luego de eso Julian quisiera conservarla para algo mas en su vida, ni siquiera para una amistad.- deberías ahorrar todo lo que puedas. Es un trato justo considerando que te forzaras a fingir que podrías llegar a enamorarte de alguien como yo.- dice fingiendo un amago de sonrisa

¿Por qué hablaba así de su propia persona? Kate no lo comprendía.

El Julian que conocía era bueno, siempre amable y sonriente, siempre honesto. O al menos siempre con ella.

-Esta bien.- accede.-¿Y cuándo firmaría esos papeles, contratos? ¿Cuándo sería el cambio? ¿Y cuando seria la supuesta boda?

-Lo mas pronto posible. Podemos iniciar mañana mismo.

-Mañana…-murmura ella

-Ve a casa, recoge tus cosas, enviare a alguien contigo. Y mañana temprano te recogerán para llevarte a mi casa.

-¿Y la boda?

-Pasado mañana. No tiene que ser un evento público. Mas bien diremos que fue algo privado, y filtraremos a la prensa unas fotos de forma anónima para que toda la ciudad hable de esto.

-De acuerdo.-dice ella

-¿Estas bien con esto?

-¿Lo estas tu?- sus palabras casi suenan como una acusación

El muchacho no dice nada – Ve a casa Kate.

Es una despedida fría, pero Kate se limita a obedecer, y simplemente se retira.

Antes de salir, la puerta vuelve a abrirse, y ante ella se cierne un chico, casi de la estatura de Julian, y el parecido es casi escalofriante. En un instinto de protección la chica retrocede.

-¿pero quién…?

-Ah…-el chico abre los ojos de par en par.-No lo creo. Eres ella.- dijo casi con jubilo .- ¡Tu debes ser Kate!

La chica esta asombrada de que sepa su nombre

-¿Julian?

El rostro de Ethan se vuelve rojo – No. Yo soy Ethan.- suena apenado el chico – Soy un compañero de trabajo de Julian.

-¿Enserio?- ella no puede creerse lo que ven sus ojos.-pero luces tan parecido a el…-su mirada viaja hacia el Julian que se encuentra sentado cerca de su escritorio, y ante este nuevo sujeto.- parecen casi gemelos.

-Esa es una historia divertida.- dice el sonriendo.-¿Has escuchado que en el mundo tenemos a nuestro otro yo?

-Ahora no, Ethan.- suene este cansado.- ¿No te dije que te fueras a casa?

-Ja. No.- suena defensivo.- me pediste que me retirara, y lo hice. Pero ya volví.- luego miro a la chica interesado. – con que ella es la bloqueadora de la que tanto hablabas...

La chica iba a hablar pero… -¡No! ¡No me hables! -dice rápido el chico.-¡No me digas nada! déjame intentarlo.- le pide mientras sus ojos se concentran en ella, y su rostro parece contraerse casi al instante.- ¡Es cierto!- dice entusiasmado.- De verdad eres una bloqueadora.

Nota como Julian suelta un sonido gutural.- ¿Ya terminaste?

-No. Aun no.-luego se concentra en su amigo. Pero fracasa también.- no puedo leer tampoco tu mente, Julian.

-Ya te lo dije,- suena cansado-mientras ella esté presente, nos anula a los dos.

« Genial, otro loco »pensó kate

-¿Así que debo suponer que también tienes poderes?

-Me gusta llamarlos, los dones de Ethan.- dice mientras hace una presentación de si mismo, con cierto grado de dramatismo.

«Estoy rodeada de aficionados » volvió a pensar ella. De hecho, la actitud de aquel muchacho le recordaba un poco a Gabriel.

-Ella ya estaba por irse.- suelta un Julian cortante, casi echándola. ¿Acaso no fue el quien la invito y envió flores a su casa?

-podrías intentar ser mas amable.- dice Kate sin poder contenerse, su tono casi es un reproche.

-Y tu podrías intentar no ser tan infantil.-dice lanzándole una mirada sugerente.

Ella no entiende lo que dice, hasta que sigue la dirección de sus ojos. ¿Su camisa? ¿Qué tiene de malo su camisa? -¿Eso es una desaprobación?

-Eso es…-dice Ethan tratando de apaciguar los nervios que están a flote en el aire. Y luego se fija también en la camisa de Kate.- bastante peculiar.- dice sin saber que más añadir.

«¿Pero que le pasaba? El Julian que conocía jamás había cuestionado sus gustos, o su forma de ser.»

-Si te molesta todo de mí, ¿Por qué consideras buena idea el casamiento?

-Puedo tolerar todo eso.- pero no. Eso no era lo que el realmente quería decir Julian, las verdaderas palabras que no estaba pronunciando eran « estoy dispuesto a tolerarte a ti.» 

Pero que descaro.

Kate se levanto, y su mirada casi parecía dolida, y luego se fue.

-¡¿Por qué hiciste eso?!- le reclamo Ethan de inmediato

-No era mi…

-Ya se.- lo corta – tu m*****a intención.

Al ver que esta se alejaba, Julian casi por instinto, se levanto de su silla. Y antes de darle tiempo a Ethan para que dijera algo mas, fue corriendo tras Kate.

***

La gente de la oficina se sorprendió cuando vieron al presidente de la misma correr con tanta desesperación por los pasillos de su compañía, y con la vista recorriéndola por todos lados. Una mirada casi perdida, y desesperada.

-¿Presidente? ¿Está buscando algo?

Pero el ignoro a todo aquel que se topo con intenciones de querer ayudarlo. Solo guio sus pasos hacia la salida, y por algún milagro del destino. Alcanzo a Kate.

-¡Kate!

Ella al darse cuenta de su presencia giro sorprendida.- ¿Julian?

-Kate- repite el dándole alcance

-¿Qué es lo que quieres, ahora?

-No debí haberte dicho eso.

-No. No debiste.- dice ella cortante

-Lo se.- reconoce el a su pesar.- no era mi intención ofenderte

-Pues eso es lo que ha sucedido.

-No quería que esto acabara así.

-Se exactamente cómo quieres que esto acabe, Julian. No tienes que repetírmelo

-¿Entonces? ¿Sigues dispuesta?

-No tengo mas alternativas.- y lo mira.-y al parecer tu tampoco.

Julian no dice nada, pero la mirada tan fija puesta sobre ella, logra poner a Kate nerviosa.

-¿Recuerdas algo de cuando éramos niños?- se atreve a preguntarle. De alguna forma ella prefería creer que no todo estaba perdido, que en alguna parte de ese nuevo ser, se encontraba Julian., el verdadero Julian. 

-Te recuerdo a ti.- no era algo que él se molestara en ocultar realmente -Tu eres mi recuerdo mas claro de esa época.

-…

Ella no sabía que responder, así que no lo hace.

- Te veré mañana.- es la voz de Julian quien corta el aire, y aquel ambiente creado termina por deshacerse. Y ella solo asiente, de alguna forma, permitiendo que sus palabras se hagan realidad.

***

Al caer la noche, aquellos dos muchachos se encuentran en el salón de aquella gran mansión.

-Su corazón es frágil.- le dice Julian

-¿Qué tan frágil?

-De cristal

-así que… ¿Un corazón de cristal?

-Si, eso precisamente es lo que es. -se lo piensa. - Un corazón de cristal- la mirada de Julian recorre el jardín, alumbrado solo con las luces en medio de la oscuridad-¿Cómo pensaba yo llegar hasta ese lugar? ¿Cómo se supone que seré capaz de tocarlo sin quebrarlo?

-Lo lograras Julian.- la voz de Ethan sonaba a consuelo.-Pero para lograr eso, lo primero que deberás hacer, es permitirte sentir más, mas de lo que estas sintiendo ahora. Por amor a todo lo que es sagrado para ti en este mundo Julian, permítete sentir de nuevo.

-Yo siento.-objeta el muchacho

-Tu sientes.- le confirma el.- pero te retienes. Reprimes cada emoción fuerte que te pasa por los nervios. Por esa razón es que la resientes a ella.

-¿Yo la resiento?

-Si. He visto como la vez, como la tratas.

-…

-El mejor consejo que te puedo dar, es que ames libremente.

-…-la mirada del muchacho vacila. Y sin embargo no dice nada, y vuelve a concentrarse en el jardín.

-Cuida de Kate, y si de verdad te importa, no dejes que nadie logre romper aquel corazón de cristal, y por sobre todo, asegúrate de que esa persona no seas tu. 

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