Capitulo 2

En ese momento a ella le paso por la cabeza la idea de salir huyendo de ese lugar, las probabilidades de escape eran altas considerando que ahora tenía la oportunidad de la distracción de aquella presentación. Sin embargo, una sensación nueva de intriga la unía al suelo.

Kate..

El la había llamado Kate... Pero, ¿Cómo?

Ella jamás se lo dijo. Jamás le dijo su nombre. Eso quería decir que desde el primer momento que se le acerco, el sabia quien era ella. Entonces aquella invitación no había sido un error. El la conocía, pero lo que aún no sabía era… ¿de dónde?

Cuando volvió a reunirse con aquel muchacho, la expresión de Kate era diferente.- Mentiste. -lo acuso. – lo hiciste para que entrara. Habías dicho que no necesitabas invitación para entrar.

-Permíteme disculparme, si te has sentido engañada en algún momento Kate.

-¿Cómo sabes mi nombre? ¿Quién eres tú?

-En primer lugar, jamás mentí. Me preguntaste si yo tenia una invitación, a lo cual dije que no. Porque es cierto. No requiero de una, esta es mi casa. Y también me preguntaste si las demás personas de la fiesta tenían invitación, a lo cual dije que no. Porque jamás envíe otra a parte de la tuya. La única persona a la que quería ver hoy era a ti.

-¿A mí?

-Te necesito Katie Wood. –sus ojos son fijos en ella, y por primera vez ella cree notar en ellos un atisbo de desesperación y anhelo ¿Anhelo de que?– Y necesitamos hablar.

***

Cuando atravesaron los pasillos, entraron en lo que parecía ser un estudio. Kate se encontraba a la defensiva, y a decir verdad se sentía un poco estúpida por haber aceptado venir con un completo desconocido en una habitación dentro de su mansión completamente sola.

-Por favor, toma asiento.

Kate lo hizo a regañadientes. -Si esto es por lo que dije de las pinturas, la música, o las luces, me disculpo.

-Nadie va a castigarte solo por haber insultado tales banalidades.

-¿Entonces? ¿Me dirás ahora como sabes mi nombre?

-¿Y me dirás cual es tu justificativo para olvidarme tan rápido, pequeña Kate?

-¿Olvidarte?- la incredulidad en sus palabras le parecen casi desconcertante. -No creo haber conocido nunca a un millonario, creo que me acordaría de algo como eso.- dijo sonando un poco arisca

-Quizás cuando me conociste no lo era.

Kate se toma la molestia de examinarlo. Aquella postura elegante recostado en el espaldar de aquel asiento aterciopelado, aquella mirada apagada, su porte, su altura. Cada detalle en el parecía haber sido sacada de un cuento de hadas, su rostro, sus manos, sus ojos, sus pestañas, aquella nariz y pómulos perfectamente delineados, incluso hasta sus labios eran perfectos. Todo en el era ridículamente perfecto. Y aquella actitud reservada y cautelosa, despertaba un misterio indescifrable. 

-Quizás nos conocimos solo en tus sueños.-le dijo ella bruscamente

-Eres un poco grosera ¿Te lo han dicho?

-¿Y a ti te han dicho que andas con muchos rodeos?

-¿Enserio? -dice el pensativo -Supongo que eso se debe a que siempre me ha gustado causar impacto.

-Me iré de aquí si no te apresuras con eso que tienes que decirme

La cabeza del muchacho se inclina levemente hacia atrás, y parte de aquel cabello negro cae en su rostro por leves segundos.-Antes.- dice mirándola, tan profundamente que Kate cree conectar con sus ojos, de alguna forma empieza a sentir algo en su corazón, porque aquel color le traen recuerdos del pasado.- siempre que tenías un problema, te gustada distraerte jugando a la rayuela.

Ella se para del asiento bruscamente hacia atrás, y esta al hacerlo, logra tumbar el asiento al suelo.

Pero no puede creerlo… no puede ser…

Aquel muchacho arrogante frente a ella. Aquella persona tan formal, que se encuentra viéndola despreocupado es… - ¿Julian?

-Te has tardado eh…- dice el y en todo este tiempo no ha dejado de mirarla.- No hay que ser un genio para acordarse, Kate.- en definitivo se trataba de él.

-¿Cómo? ¿Por qué? ¿Pero qué…? - tenía tantas preguntas que no podía formular ninguna. Había tanto que necesitaba saber. Tanto que no pudo decir la ultima vez. Y sin embargo aquel recuerdo amargo la invadió por dentro. -Te marchaste… un día solo… despareciste.

-Esa es una historia que no me gusta recordar. No estoy aquí para hablarte de eso. Te he traído hasta aquí porque debo presentarte una propuesta beneficiosa para ambos.

-¿Propuesta?

-Te he traído aquí con la finalidad de hablar de negocios.

-¿Negocios?- por alguna razón esas palabras lastimaron un poco a Kate, es decir… ¿Cómo podía hablar de negocios ahora? ¡Esto era un reencuentro! No sabría decir si se trataba de uno feliz, o uno triste, ya que después de todo aun resentía a Julian, pero él lo había llamado “solo negocios”, él lo estaba minimizando solo a eso.

-Cambiaste tu apellido. - se lo hace notar.- ¿Qué le paso a Smith?

-Tuve que hacerlo para empezar de nuevo. Fue mucho más rápido de esa manera.

-No logro entender por completo.

-Siempre tan ingenua como siempre, tal y como te recordaba – aquel tono era frio y falto de algo, de sentimiento, de vida.

-¿Qué te ha pasado?- una parte de ella estaba horrorizada. No reconocía al Julian que estaba sentado frente a ella.

-¿A lo largo de estos años? Mucho. Me ha pasado mucho.- dice él. -Kate, me conoces desde que éramos pequeños.

-Creía hacerlo

-Lo haces.- le contradijo el – eres una de las pocas personas que sabe mi secreto.

-¿Tu secreto?

-Sabes de que hablo- dice el seriamente

-Ah… no me digas. ¿Aun sigues con eso?- ella suelta un bufido cansado -Julian, éramos niños, se que no puedes leer mentes.

-Lo hago.- le refuta él. -Y he descubierto lo que tú eres

-¿Lo que yo soy?

-Todo este tiempo ha existido una razón por la cual jamás pude leer la tuya.

-¿Mi mente?

-Exacto.

-¿Y porque?- pregunto ella más divertida que seria

-Porque eres una bloqueadora

-¿Una qué?

-Ya me has oído. Mis poderes no pueden atravesar tu barrera. Eres parte de mi mundo, al igual yo soy del tuyo. Y te necesito a mi lado. – la mira -Necesito que te cases conmigo.- aquella última petición dejo completamente descolocada a Kate. Una cosa era que Julian inventara historias extrañas, y otra muy diferente es que le propusiera matrimonio

-¿Te has vuelto loco?

-No.

-¿Por qué yo Julian?

-…

-¿Por qué me quieres a mí?-indaga ella desconcertada

-Porque eres la única persona que me conoce de verdad- sus ojos azules conectan los suyos- Así que Kate, cásate conmigo.

Ella se da la vuelta dispuesta a marcharse .- Por favor no te vayas.- Julian le ha tomado de la mano, y es casi como haber regresado a una época de su infancia donde todo era más fácil.-No me dejes Kate…

Ella lo mira -Creo que has perdido la cabeza.

-Me creías cuando éramos niños. Tienes que hacerlo ahora. Tu unión y la mía traería ventajas a los dos. Un matrimonio por contrato con vencimiento de un año. Solo te pido un año.

-Explícate

-Puedo darte todo lo que desees. Cualquier cosa.

-Si.- dice ella burlándose – todo lo que el dinero pueda comprar- suena sarcástica.

-Puedo darte trabajo también si lo deseas

Aquella propuesta hace que lo mire -¿Trabajo?

-Lo haría sin problema.

La necesidad de las carencias de Kate sube a flote tratando de colarse en su buen juicio. -¿Qué ganarías tu con todo esto?

-Antes pensaba que yo era un ser excepcional y mi don me ayudo a escalar hasta ser lo que soy ahora. 

-¿Un millonario?- dice la palabra como si ya no significara nada

-Si, pero pronto… más pronto de lo que hubiera deseado descubrí, que mucha gente exitosa como yo, ha compartido el mismo talento.

-¿Insinúas que hay mas como tú? ¿con tu “don”?

-No insinuó. Te lo confirmo. Y se quienes son.

-¿En qué puedo ayudarte yo? ¿Cómo encajo en tu supuesto plan de vida?

-Yo puedo leer la mente de estas personas, y ellos la mía. Pero, pequeña Kate, cuando tu estas cerca, nos bloqueas a ambos. Ellos no pueden leer la mía, ni yo la de ellos. ¿Recuerdas aquel incidente de niños? ¿Cuándo me pediste que leyera la mente de aquel hombre de traje y corbata? Te dije que no podía. Esa había sido la razón. Aquel hombre era como yo. Pero al estar tu presente ambos nos bloqueamos.

-No creo seguirte el rollo este de los poderes

-No es ninguna ciencia. Son mi competencia. Contigo presente represento una desventaja táctica para mis enemigos. Imagínalo, miles de mis negocios alzándose, esta vez sin enemigos que puedan destruirme adelantándose a mis planes.

-Leyendo tus pensamientos.

-Porque ya no podrán hacerlo

-Si te sirvo solo así… ¿Por qué casarnos?

En ese momento el se levanta y se acerca hasta uno de los anaqueles, y Kate nota como saca algo de ellos. Al depositarlos sobre la mesa, Kate logra apreciar lo hermosos que son.

-Anillos de conexión. -dice – la ventaja de estar casados, será que en cuanto tu aceptes ser mía, tu bloqueo solo será mío. Solo en ese caso especial, yo podre leer la mente de mis rivales, y repito, tu poder al ser mío, permitirá que ellos no puedan hacerlo conmigo.

La cabeza de Kate daba vueltas aun confundida. -¿En ese caso porque no solo usar los anillos?

-¿Quieres que la prensa me coma vivo? Soy una persona del medio. ¿Esperas que la gente me vea con un anillo de compromiso puesto y que no presente a una esposa? Dame un año, es todo lo que necesito.-le pide.

Ella recorre los ojos azules de Julian, y por un instante ella desearía poder recuperar aquel pequeño niño. Aquel niño que era honesto, y no un astuto y vivaz genio malvado, tan interesado como manipulador.

-¿Y lo soy? Yo soy la única… ¿Cómo lo has llamado…? ¿Bloqueadora? ¿La única que existe? ¿La única que puede ayudarte?

-Si.

El silencio llena la sala durante unos minutos.

 -¿Cuál es tu respuesta?- la apremia Julian

Ella lo mira triste -Pienso que ya estamos grandes para estos juegos.- Kate no espero más, dio media vuelta y salió por completo de la habitación. Creyó haber escuchado a Julian llamándola, pero ella lo ignoro hasta perderse con la multitud de gente. Aunque no conociera aquella mansión, no fue difícil llegar de vuelta al salón principal, después de todo, solo tuvo que seguir la música. Lo único que deseaba era tomar un taxi y regresar a casa.

« Pero que tontería. Sabía que no debía haberle hecho caso a Gabriel. »

Pensó que todas estas cosas las había dejado ya en el pasado, y por un momento deseo hacerlo, dejarlo todo atrás, junto con Julian. 

****

-¿Así que ella acepto?- la voz de Ethan hizo que levantara la vista de su escritorio para fijarse en el.

-Aun no.-dejo la pluma en su tintero

-Así que te ha rechazado- razona él.

-Aun no ha aceptado. Pero lo hará. -la mirada de Julian era calmada, una calma inquietante, como si estuviera completamente seguro de sus palabras.- siempre obtengo lo que quiero

Ethan suelta un bufido.- y lo que quieres en estos precisos momentos es a ella.

-Es a ella a quien necesito. Es a ella a quien quiero.

-Le mentiste.- dice

Los ojos de Julian lo recorren con cautela

-Existen otras bloqueadoras. Tu no querías otras bloqueadoras. La querías a ella.

Las manos de Julian aprietan un pequeño llavero dentro de su bolsillo -Nunca ha habido nadie más para mí. 

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