—Yo no me parezco en nada a ti —espetó Kevin con dientes apretados. August chasqueó la lengua, negando con la cabeza. —¿Crees que no te he vigilado?, ¿por qué crees que te dejé en paz? Me habría gustado que Gerald fuera como tú, estás dispuesto a hacer lo necesario para salir adelante, te riges por lo que es mejor para ti, no por convencionalismos, ética o normas. —Si soy un monstruo es porque tú me creaste así. —Y tú decidiste seguir siéndolo. Yo te abrí la puerta, pero tú luchaste por hacer lo mejor para ti. Aunque no te mueve la avaricia, como a mi hijo. —¿Acaso tú no hiciste lo que hiciste por la avaricia de poder? —No Kevin, te equivocas, tengo más dinero del que puedo gastar y todo el poder que necesito, pero debo hacer lo necesario, en toda evolución prevalece el más fuerte y cuando todo el pueblo licántropo solo tenga un único Alfa, es decir, yo…, serán más felices, todos serán mis hijos, sin disputas, sin reglas de una diosa que nos abandonó a la suerte a
Baly le dio paso a Kevin para que sus compañeros se calmaran, en forma de lobos la ira fluía más libremente. —¡Anko atrás! —gritó Kevin con voz de Alfa al lobo de Arthur. El lobo moteado se echó atrás con la cabeza gacha y los pelos del lomo erizados. El lobo color plata de Bradley se puso en pie con el cuello lleno de sangre, estaba furioso, con las fauces abiertas y con ganas de pelear. —Regresen a su forma humana. Arthur lo hizo, Bradley no. —Fue mi culpa mi Alfa —expresó Arthur en voz baja. —Valta, esto es sublevación —advirtió Kevin en voz baja y no había utilizado la voz de Alfa, él nunca la necesitó con Bradley antes, pero el lobo está furioso. El lobo bufó y dio paso a su humano. Bradley se puso de pie y vio a Arthur con resentimiento. —Hablas de hipocresía y me atacaste a traición. —Perdóname, no sé qué me pasó —se excusó Arthur. —¿Qué demonios pasa con ustedes dos? Los necesito fuertes y a mi lado ahora más que nunca. —No volverá a pasar
—Está bien Ryan, le tengo cariño a mis huesitos. —Cuento con ello… —Necesito varias cosas, debo ir a mi casa, ya regreso... Ryan lo pegó más una vez más al árbol y sonó como se partió un hueso de Zack. —¡AHHH!, está bien, vengan conmigo. Kevin se acercó a su padre. —Quedate, papá, Briana y yo iremos con Gerald y Rhian. —No pueden contar con Gerald para defenderse y Rhian está inestable. —Necesitaremos acceso al dinero Ryan, eso mueve el mundo más rápido que la magia —dijo Zack con voz entrecortada por el dolor. —Yo tengo dinero —dijo Kevin. —¿Irrastreable? —preguntó Zack—, no quiero gente del rey detrás de nosotros, puedo ocultar nuestro aroma, pero no siempre podremos pagar en efectivo. —Yo voy —exclamó Emma—, no me gusta pelear, pero me sé defender y puedo mover dinero por cuentas irrastreables. —Hola linda ¿tienes novio? —le preguntó Zack a Emma. —Soy demasiado para ti, hechicero —respondió Emma y Zack lo reconoció afirmando con la cabeza.
Emma miró a Arthur, él estaba fingiendo interés en una escultura que adornaba un rincón de la enorme cabaña que ligaba de manera armoniosa lo rústico y lo ostentoso. —¿No volverás a hablarme? —preguntó Emma siendo directa como es su costumbre. —Nunca me dijiste que sentiste cuando la madre de la Alfa Briana buscó a Kevin para ser el protector de tu manada. Emma respiró profundo y apretó los puños. No quería que Arthur supiera que ella propuso ese acuerdo. —Soy Beta de Briana, no tenía nada que opinar —murmuró Emma. Arthur continuó mirando la escultura, y tocó el contorno de madera pulida con la punta del dedo. Fingía estar absorto. —Tú lo sabía Emma, no soy idiota, yo me sorprendí al verte, pero tú no — Arthur volteó y la enfrentó—. No me disculpé contigo por lo que ocurrió al conocernos, ahora a ti no parecía importarte demasiado, de hecho volvimos a tener sexo, pero ahora todo cambió. Emma se concentraba en no delatar sus emociones, pero no pudo frenar su
Con la promesa de regresar se fueron Bradley y Zack del castillo de los Vlad. —¿Cómo es que logras entrar y salir sin problema? —le preguntó Bradley a Zack—; es obvio que el rey de los vampiros es desconfiado y tú ayudaste en la guerra contra su padre. —Con Dragos es diferente que con el antiguo rey, aunque es un ser despiadado, eso no lo dudes. —Eso no tienes que decirlo —comentó Bradley—. Pero de nada sirvió venir hasta aquí. —Es cierto, tenía esperanza que me permitiera hablar con sus hechiceros, son quienes tienen más idea de los efectos de la abominación hecha en la corte. —¿Crees que Rhian pueda también ser mate de Dragos? —Claro que no, eso no tiene el menor sentido, si ella tuviera un vampiro como mate o un híbrido era lógico que el deseo de sangre se presentara al ser marcada por esa especie, no al ser marcada por un lobo. —Entonces ¿por qué él lo cree? —Porque está obsesionado con la profecía, porque es rey y tiene complejo de dios y piensa que con solo desear
Kevin jugaba con el cabello de Briana que yacía acostada en su pecho, sintiendo los latidos de su corazón al mismo ritmo que él. —Estar sin hacer nada me desespera, tener que confiar en un hechicero va en contra de mí —exclamó Kevin preocupado. —Yo confiaba en Zulma, ella era como mi abuela; cuando era niña, ella me dejaba ayudarla, yo le buscaba hierbas y me quedaba maravillada cuando ella hacía magia, por supuesto yo lo intentaba, pero para mí era solo ligar hierbas y nada ocurría, le decía que quería ser hechicera —Briana sonrió con añoranza—, obviamente yo no puedo hacer hechizos, no tengo el gen. —Los hechiceros son del todo humanos, no tienen bestias internas; bueno ellos son las bestias, sin embargo, ellos desarrollan todas las ventajas de ser un sobrenatural con su magia. —Tienen limitantes —objetó Briana—, si atentan contra la naturaleza… —Se pasan al lado oscuro y listo. —Pero se les nota, Zulma decía que el alma es cristalina como el agua de un río, susceptible s
La relación de las parejas en aquella cabaña avanzaba con los días de distinta forma, Emma hacía gala de su experiencia culinaria en platos y pasteles exquisitos, todos estaban de acuerdo en lo espectacular del talento de la Beta; menos Arthur… Para él nunca sobraba pastel, su plato siempre estaba quemado, seco, o salado, Arthur lo soportaba con una sonrisa irónica, mientras el resto se burlaban mientras comían. —Arthy te doy mi trozo de pastel —murmuró Rhiannon—, voy a recostarme un rato. Gerald se levantó para ir con ella y ella negó con la cabeza. —¿Estás bien? —expresó Gerald preocupado. Ella sonrió y puso una mano en su mejilla. —Quiero descansar un rato; sola… Rhiannon caminó un poco tambaleante y Briana que estaba más cerca la sostuvo, Kevin estuvo de inmediato a su lado. —Te llevo. —No hermanito, estoy bien, quiero estar un rato sola, la meditación me ayuda —miró a Emma—, gracias Emma estaba delicioso. —Despreciaste mi pastel de chocolate, me sie
Ryan en Alaska comenzaba a ponerse nervioso, pues pasaban los días y no había respuestas. La ira en contra de los llamados traidores Kevin y Gerald entre las manadas se volvió más fuerte ya que no daban la cara. Citaron a Ryan para una reunión y él prefirió mandar a su familia a New York, con su Beta y Delta; se quedó con Aran como respaldo. Y que bueno que lo hizo, pues al llegar al lugar de encuentro lo esperaban los Alfas que toda la vida fueron amigos y una comisión del ejército de la corte. —Alfa Ryan, en consideración a que usted es uno de los libertadores de nuestra raza que tuve la contemplación de llamarlo a reunión —exclamó el joven Alfa de la Manada Lucero. —Cachorro ¿acaso llamas consideración quemar mi casa y la de Luna de Hielo? —preguntó Ryan con ironía. El resto de los lobos Alfas se miraron, muchos no sabían de ese detalle y Ryan lo sospechaba, así que continuó. —¿Me culpan de escapar?, muchos aquí son padres y esposos, no hay enfrentamient