Con la promesa de regresar se fueron Bradley y Zack del castillo de los Vlad. —¿Cómo es que logras entrar y salir sin problema? —le preguntó Bradley a Zack—; es obvio que el rey de los vampiros es desconfiado y tú ayudaste en la guerra contra su padre. —Con Dragos es diferente que con el antiguo rey, aunque es un ser despiadado, eso no lo dudes. —Eso no tienes que decirlo —comentó Bradley—. Pero de nada sirvió venir hasta aquí. —Es cierto, tenía esperanza que me permitiera hablar con sus hechiceros, son quienes tienen más idea de los efectos de la abominación hecha en la corte. —¿Crees que Rhian pueda también ser mate de Dragos? —Claro que no, eso no tiene el menor sentido, si ella tuviera un vampiro como mate o un híbrido era lógico que el deseo de sangre se presentara al ser marcada por esa especie, no al ser marcada por un lobo. —Entonces ¿por qué él lo cree? —Porque está obsesionado con la profecía, porque es rey y tiene complejo de dios y piensa que con solo desear
Kevin jugaba con el cabello de Briana que yacía acostada en su pecho, sintiendo los latidos de su corazón al mismo ritmo que él. —Estar sin hacer nada me desespera, tener que confiar en un hechicero va en contra de mí —exclamó Kevin preocupado. —Yo confiaba en Zulma, ella era como mi abuela; cuando era niña, ella me dejaba ayudarla, yo le buscaba hierbas y me quedaba maravillada cuando ella hacía magia, por supuesto yo lo intentaba, pero para mí era solo ligar hierbas y nada ocurría, le decía que quería ser hechicera —Briana sonrió con añoranza—, obviamente yo no puedo hacer hechizos, no tengo el gen. —Los hechiceros son del todo humanos, no tienen bestias internas; bueno ellos son las bestias, sin embargo, ellos desarrollan todas las ventajas de ser un sobrenatural con su magia. —Tienen limitantes —objetó Briana—, si atentan contra la naturaleza… —Se pasan al lado oscuro y listo. —Pero se les nota, Zulma decía que el alma es cristalina como el agua de un río, susceptible s
La relación de las parejas en aquella cabaña avanzaba con los días de distinta forma, Emma hacía gala de su experiencia culinaria en platos y pasteles exquisitos, todos estaban de acuerdo en lo espectacular del talento de la Beta; menos Arthur… Para él nunca sobraba pastel, su plato siempre estaba quemado, seco, o salado, Arthur lo soportaba con una sonrisa irónica, mientras el resto se burlaban mientras comían. —Arthy te doy mi trozo de pastel —murmuró Rhiannon—, voy a recostarme un rato. Gerald se levantó para ir con ella y ella negó con la cabeza. —¿Estás bien? —expresó Gerald preocupado. Ella sonrió y puso una mano en su mejilla. —Quiero descansar un rato; sola… Rhiannon caminó un poco tambaleante y Briana que estaba más cerca la sostuvo, Kevin estuvo de inmediato a su lado. —Te llevo. —No hermanito, estoy bien, quiero estar un rato sola, la meditación me ayuda —miró a Emma—, gracias Emma estaba delicioso. —Despreciaste mi pastel de chocolate, me sie
Ryan en Alaska comenzaba a ponerse nervioso, pues pasaban los días y no había respuestas. La ira en contra de los llamados traidores Kevin y Gerald entre las manadas se volvió más fuerte ya que no daban la cara. Citaron a Ryan para una reunión y él prefirió mandar a su familia a New York, con su Beta y Delta; se quedó con Aran como respaldo. Y que bueno que lo hizo, pues al llegar al lugar de encuentro lo esperaban los Alfas que toda la vida fueron amigos y una comisión del ejército de la corte. —Alfa Ryan, en consideración a que usted es uno de los libertadores de nuestra raza que tuve la contemplación de llamarlo a reunión —exclamó el joven Alfa de la Manada Lucero. —Cachorro ¿acaso llamas consideración quemar mi casa y la de Luna de Hielo? —preguntó Ryan con ironía. El resto de los lobos Alfas se miraron, muchos no sabían de ese detalle y Ryan lo sospechaba, así que continuó. —¿Me culpan de escapar?, muchos aquí son padres y esposos, no hay enfrentamient
En la cabaña de Rumanía planeaban la manera de poder contaminar los insumos que entran a la corte. —Yo conozco los lugares desde donde se exporta a la corte, el problema es que son varios lugares, necesitamos gente —objetó Gerald. —Envenenar insumos como licores, comida y textiles con cicuta, por más que un hechicero le quite el olor no es fácil —reflexionó Kevin, tendríamos que desviar la mercancía y sospecharían. —Yo podría organizar un detenimiento en aduana —dijo Emma. —No, la mercancía de la corte no sigue parámetros humanos —respondió Gerald—, recuerden que es una ciudad escondida, de hecho el transporte es de extrema confianza de mi padre, de envenenar la mercancía debemos hacerlo antes de que llegue a transporte. —¿Tampoco podemos infiltrarnos con la gente de transporte? —preguntó Briana. —No, cualquier cambio por mínimo que sea, mi padre lo sabrá, él es muy astuto. —Vampiros —acotó Arthur—, ellos pueden hipnotizar a los humanos que manipulan la mercancí
En la cabaña de Zack, escucharon una alarma ensordecedora, Gerald fue a la habitación a buscar a Rhian, el resto se transformaron en lobos y salieron a ver que pasaba, el domo de protección ahora era visible, estaba agrietado. Dragos Vlad entró y Baly y Anko lo atacaron, el vampiro se movió en una danza muy rápida evitando los golpes de los lobos. —Vengo en paz señores, puedo darles apoyo a sus problemas —emitió muy agitado el vampiro, pues notaba que no sería fácil para él enfrentarse al Alfa y su Delta. Kevin se materializó, Anko se mantenía a su lado con el lomo erizado y los dientes visibles. Detrás Briana tomó el mando de su cuerpo y Leah, la loba de Emma se mantuvo a su flanco. —¿Quién eres? —preguntó Kevin. —Mi nombre es Dragos Vlad, rey de los vampiros, el hechicero Zack y el que supongo es tu Beta me visitaron —exclamó Dragos con las palmas de sus manos en alto—. Vengo en paz, solo quiero ver a Gerald Volkova, al verlos aquí, imagino que él está presente.
Kevin se alejó con Briana de Dragos, quería conversar con ella respecto a lo que planteaba el vampiro. —No lo puedes considerar, es una locura, Rhiannon no querrá saber nada al respecto —acotó Briana al darse cuenta de la actitud de duda en Kevin. —Pero Gerald está seguro en probar lo que sea, y si Rhiannon deja de quitarle sangre se recuperará, podrá pelear, luego vemos qué hacemos con el vampiro, pero si tiene razón es la solución que esperábamos Briana. —No es una decisión que podamos tomar nosotros por ellos Kevin, imagina ver como toco un vampiro. Baly bramó en el pecho de Kevin y él cerró los ojos. —No es lo mismo Briana, yo no fui tan idiota e irresponsable como para marcarte. —No pudieron resistirse y nadie debería juzgarlos por ello —objetó Briana—, el hecho que tú puedas refrenarte porque estás acostumbrado a hacerlo estando enamorado no lo convierte en la regla. —¿Qué quieres decir? Briana le dio la espalda. —No es nada… Kevin puso los ojos
Gerald la hizo ponerse de pie y la besó, poco a poco la desnudó y entre beso y beso iba diciendo: —Lo que yo siento por ti, las ansias que siento, son abominables, un lobo nunca debería sentir nada parecido a lo que sentimos. —Que importa lo que sentimos, que importa lo que hagamos, marchémonos juntos de este mundo de ser necesario, solo quiero que te dejes llevar, sentir que te entregas sin miedo, no quiero sentir tu rechazo y repudio. Los besos se hicieron exigentes y Gereald que ya sentía su resistencia debilitada se entregó y se sorprendió cuando sintió más energía. Y a su vez le daba energía a ella… —Si me dejas beber de ti mientras me haces el amor, no nos debilitamos tanto —inquirió Rhiannon dudosa. —Es justo lo que pienso… Gerald chupó sus pechos redondos como una fruta jugosa, llevó su mano a su feminidad y con destreza acarició los pliegues de su sexo, sentía como el aroma de ella le despertaba una fuerza que tenía mucho que no sentía, metió sus dedos y