Capítulo 34. Ya verás

Gerald alcanzó a Kevin y Baly le gruñó, ambos se transformaron en hombres.

—No puedes andar solo, toda la zona apesta a vampiros.

—Debiste quedarte a ayudar a las manadas.

—Allá está todo bajo control.

—Bueno, decidí buscar hacia acá, pensando que el vampiro por aquí escaparía por agua.

—Entiendo tu desesperación, no quisiera estar en tu lugar.

Gerald sorprendió a Kevin con la declaración.

—Apenas conociste a Rhian.

—Y ya es todo mi mundo, la diosa si que sabe jodernos —expresó Gerlad riendo.

—¿Cómo supiste tan rápido que Briana es mi mate, ni yo me había dado cuenta?

—Vi a Baly desesperado por llegar a ella y ella enfrentando a su madre, su ejército y su propio dolor por querer abrazarlo.

Baly le dio a Kevin el recuerdo.

—Para mí será muy duro si no logro encontrarla, porque aunque aún no sé como es el sentimiento mágico porque ella no tiene a su loba, el afecto es enorme, lo hace real, no puedo culpar a la magia, pero igual tendré que rechazarla y
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