4- Su recuerdo me sostiene

El corazón de Selene palpitaba de la emoción, estaba tan cerca de volver a estar con Frédéric.

De pronto un grito se dejó oír:

—¡Un momento!, ustedes dos salgan de la fila.

 Los dos agentes policiales  sorprendieron a Selene y a su madre en el aeropuerto ya casi a punto de irse.

Era sabido en la región que la mafia tenía comprada a media delegación.

Cuando ellas fueron abordadas por los agentes se dieron cuenta de que hasta allí llegaban sus sueños de libertad.

Madre e hija decidieron cooperar antes que morir a mano de los secuaces de la mafia.

—Parece que las damas pensaban irse a escondidas del patrón—. Se burló de uno de los funcionarios.

El otro policía les pidió con amabilidad que los acompañaran al auto.

—¡No me toque!,yo puedo caminar sola,ustedes son la vergüenza de los cuerpos policiales.

Selene lloró de rabia e impotencia pensando en la falta de escrúpulos de los agentes. 

—Deberían de estar atrapando delincuentes en vez de estar detrás de nosotras,mi madre y yo somos libres de ir a donde se nos antoje.

Temiendo una represalia Lauren intervino:

—¡Ya basta señores!,está visto que a ustedes lo que les importa es quedar bien con mi marido.

— Nosotros solo cumplimos las órdenes de Don Ares,si las dejamos ir,el patrón nos hará desaparecer sin pestañear.

Las mujeres subieron al automóvil a regañadientes, Lauren temblaba de miedo mientras que Selene lo hacía de rabia.

De la nada su vida feliz y descomplicada se volvía oscura,jamás pensó que pagaría caro asistir al cumpleaños de su padre.

Maldijo la hora en que regresó a Italia,de saber el destino que le aguardaba jamás se hubiese movido de Francia.

El auto se estacionó y las mujeres se negaban a bajar.

Ares salió al encuentro de los policías y les dio un maletín con mucho dinero. 

—Al que bien me sirve le pago en forma generosa—Añadió viendo a los hombres.

Ares se inclinó para darle la mano a Selene pero ésta lo rechazó. 

Don Apolo estaba furioso y juntó a todos los sirvientes de la casa para ordenar el encierro de las dos mujeres en sus habitaciones.

 —No quiero que les pasen comida,agua y de broma para que no mueran.

Los sirvientes lo miraron y asintieron temerosos de ser despedidos o castigados.

—¡Un momento!,Selene es asunto mío,querido suegro. -Recalcó Ares al mirarlo fijamente.

El viejo bajó la guardia,no le convenía entrar en conflicto con el nuevo jefe.

—No es mi intención desautorizar una orden tuya,me retiro con mi esposa,tú verás lo que haces.

Una vez que los padres de Selene cruzaron la escalera,los jóvenes se miraron a los ojos.

—No esperes que te agradezca.

—No hace falta,solo te quiero mostrar un video muy interesante.

Ella tomó el celular que él le ofreció y vio imágenes de su novio entrando a su domicilio.

—Lo tengo bien ubicado,si te niegas a casarte conmigo yo doy la orden de que lo liquiden.

—Tú no eres un asesino,solo eres un payaso jugando a ser cómo mi padre.

Ares la levantó y se la puso en el hombro como una bolsa de patatas y subió a los aposentos.

Lanzó a la joven en la cama y la besó con toda la pasión retenida por los años de ausencia.

Selene le mordió los labios y le gritó con furia:

—¡Suéltame!,¡Eres salvaje!,¿acaso me harás tuya a la fuerza?

— Hoy no,pero hazte a la idea de que serás mi mujer hasta que yo lo desee, después de la boda no quiero excusas.

Los labios de Selene temblaron y cerró los puños con fuerza,sabía que tendría que cumplir con su deber de esposa luego de la boda.

No alcanzaba  a imaginar en qué momento ese joven dulce que la hizo mujer se convirtió en ese canalla que ahora tenía enfrente.

—Para la boda faltan unos días,dame la paz de no ver tu rostro.

—Entonces tendrás que permanecer encerrada aquí,tu padre tenía razón,hace falta ser más duro contigo.

Ella se le encimó y le dijo con sorna:

—¿Quién me va a meter en cintura?,¿acaso tú?

El joven se acercó a ella y lamió sus labios,ese sabor a frambuesa lo volvía loco.

La tomó por el pelo obligándole a verle a los ojos y se burló con desdén para no dejar ver ante ella la frustración que sentía:

—¡Rayos!,no sé que voy hacer contigo,pero de que me amarás de nuevo,¡Eso te lo juro!

Con una expresión indiferente en su rostro Selene pronunció:

—Deja de hablar estupideces,puedo casarme contigo,tal vez tengas mi cuerpo,pero mi alma,esa nunca la tendrás.

Ares se rió de forma sarcástica :

—Por algo se empieza,yo sé que dónde hubo fuego, cenizas quedan.

Selene se frotó la frente con agitación:

—No voy a discutir contigo,ese romance que hubo entre nosotros es cosa del pasado.

Selene guardaba el resentimiento de que en su momento le propuso huir juntos y Ares prefirió la mafia.

El rostro de Ares se tornó rojo y salió en silencio de la habitación.

Selene abrió el cajón de su cómoda y sacó un cofre,tomó una pulsera que le había regalado Ares cuando eran novios.

—¿Cómo te hago entender que nuestro destino nos llevó por caminos distintos?

Secó sus lágrimas y masculló –Tú eres la noche y yo soy el día por más que insistas no puede ser,yo no puedo repetir el destino de mi madre.

El silencio llenó la habitación,ya casi se quedaba dormida cuando el toque de la puerta le despertó.

Era la mujer de servicio con la charola de la cena.

Tenía un nudo en la garganta y apenas tomó dos sorbos de chocolate y mordió una galleta.

—No, puedo pasar un bocado,llévese eso de aquí.

Selene se encontraba abatida,ya no había más nada que hacer.

Tal vez luego su obstinado prometido se diera cuenta de que era mejor dejarla ir.

La esperanza de volver a ver a Frédéric le sostuvo.

“Puedo hacerlo,por nosotros dos”.

En ese momento y de forma inexplicable sintió la fortaleza y la tranquilidad que le impregnaba el recuerdo de Frédéric.

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