Alec Tassara.Después de acordar con Eric nuestros próximos pasos, él se marcha a la pequeña oficina que tiene la cabaña, y yo me voy a la habitación.Luego de haber tenido la experiencia más extraordinaria de toda mi vida, en donde pude sentir y disfrutar lo que significa tener un vínculo de pareja, o, mejor dicho, dos, mis sensaciones y pensamientos fueron totalmente aplastados, dado a los acontecimientos que se desenvolvieron después.Hay demasiadas cuestiones en juego y muchas de ellas que se deben discutir con mi padre. Eso es otra cosa que me preocupa.Desconozco qué le parecerá que yo tenga dos parejas. Entiendo que el hecho de que Isabella sea mía lo dejará contento.Por otra parte, también sé que admira a Eric. Pero de ahí a aceptar que él también es mío, hay mucha diferencia.La alteración de la prueba de Isabella y el intento de homicidio también son situaciones complejas que se deben investigar.Aunque no quería aceptarlo, tendré que volver a la manada real para poder solu
Eric Lafallete.Los tres salimos a toda prisa de la cabaña. Viajamos en el Bentley, por ser un auto más seguro y rápido. Arribamos en la mitad del tiempo a la casa de la manada. Afuera, nos estaban esperando Claire y Peter, con una mirada solemne e indescifrable.Nos bajamos del auto y Claire nos saluda con un apretón de manos diciendo, “Príncipes.”Se detiene a examinar a Isabella sin saber cómo dirigirse a su propia hija, ya que ahora, sobrepasa en rango a toda persona existente. Isabella la observa divertida mientras le dice, “mamá, ¡déjate de tonterías y ven a abrazarme!”Claire la mira nerviosa sin saber que decir ni hacer, pero cuando Isabella decide abrazarla, ella suspira en alivio devolviéndole su abrazo.Peter nos mira a los tres, asiente y luego añade, “Príncipes, Reina Rubí, espero que hayan tenido un viaje tranquilo.”Isabella lo mira extrañada y replica, “¿Reina Rubí?, ¿es en serio?” Luego levanta una ceja, con las manos en la cintura y reclama, “¿acaso todos ahora se di
Isabella Di´Giotanno.Acordamos con mis parejas de que intentaría utilizar el don de poder alterar las emociones. Sin embargo, honestamente no tengo ni la más mínima idea de cómo hacerlo.Mientras nos sentamos en el sofá, le pregunto a Aika, “¿alguna vez has utilizado ese don?”Aika me mira confundida mientras replica, “No lo recuerdo. Hécate me borró la memoria. Perdón por no ser de gran ayuda.”Yo le brindo una sonrisa cálida mientras le respondo, “No te preocupes. Ya pensaremos en algo.”Ambas nos sumergimos en nuestros pensamientos, totalmente absortas en ello, cuando dentro de mi mente escucho, “Isabella, piensa en las emociones como si fueran un color. Canaliza esa idea cuando observes a quien quieras alterar su emoción.”Frunzo el ceño, confundida, mientras replico, “¿Artemis eres tú?” Artemis sonríe mientras me dice, “Te dije que estaría presente cuando desbloquearas tus dones.”Suspiro, aliviada de que alguien tenga una idea de cómo desbloquear este don, el cual es necesario
Isabella Di’Giotanno.Luego de la interrogación con la Dra. Matsuo, es tiempo de llamar al coronel Liam Williams. El hombre es especialista en inteligencia competitiva internacional, así que presumo que será un hueso duro de corromper.Planeo dejar que los chicos hagan la interrogación y ver hasta dónde está dispuesto a compartir libremente, y si no coopera, pues tendré que utilizar mi nuevo don.“En realidad, es una buena idea, chica.” Comenta pensativa Aika.“Lo sé. Ahora solo espero que el coronel nos diga la verdad, porque utilizar mi don para alterar las emociones me deja muy cansada.” Le digo bostezando. Luego miro a mi alrededor y veo que mis parejas me están mirando con una ceja levantada.Alec replica, “Aika, debes dejar que Isabella se concentre.”Ella le contesta, “¡rayos! Había olvidado de que puedes oírme. Está bien, guapo, solo espero que esto termine pronto, ¡para que seas mío! Y poder marcarte tranquilamente.”Yo me sonrojo de inmediato y lo único que se me ocurre es c
Isabella Di’Giotanno.Luego de que la conexión se cortara con el coronel, me quedo mirándolo totalmente conmocionada.Cuando me dijo “gracias mi reina,” sentí como si me hubieran derramado un balde de agua fría. El coronel cae al suelo.Rápidamente, Eric se lanza sobre él. Lo coloca sobre su espalda en el suelo y verifica si tiene pulso. Eric me mira negando con la cabeza.“¡Mierda!” Un cabreado Alec replica, absolutamente frustrado por toda la situación que estamos viviendo. Se toma la cabeza con ambas manos, aún sentado a mi lado.“¿Qué carajos pasó? ¡El lucía bien!" —dice Peter, igual de extrañado que todos nosotros.Todos los que estamos en la oficina nos miramos en silencio. Nadie sabe que decir.Luego de unos minutos que parecieron horas, mamá rompe el incómodo silencio diciendo, “No podemos dejarlo ahí en el suelo. Debemos llamar a Scott. Una autopsia es necesaria para que nos diga la causa de la muerte.”Alec añade, “Tienes razón, Claire. Hazlo ahora.”Mamá responde, “en segui
Claire Di’Giotanno.Luego de las preguntas inquisidoras de Eric y la sonrisa tranquilizadora de Isabella, creo que no me queda más remedio que hablar.Me aclaro la garganta y digo, "está bien. Creo que ha llegado la hora de que sepas la verdad, cariño. Es hora de que te enteres, quién realmente es Francesco Di’Giotanno. Para ello, quiero que todos estén en silencio y no me interrumpan."Veo como todos asienten a mi petición y comienzo con mi relato."Desde el momento en que conocí a Francesco, sabía que mi vida cambiaría en ciento ochenta grados. Aún recuerdo a ese hermoso hombre, de un metro noventa, rubio oscuro, ojos azules, nariz perfilada y mandíbula fuerte con su barba incipiente.""Si bien era un hombre guapísimo, su interior no podía ser más opuesto. Lo conocí cuando cumplí diecinueve años, él tenía veintiocho.”“Él había visitado la manada de la cual mi familia es originaria: “eclipse lunar.” Provengo de una larga lista de lobos beta, por lo tanto, para todos fue una sorpresa
Isabella Di’Giotanno.Luego de que mamá se sincerara con respecto a todo lo que sabía del hombre a quien me rehúso llamar “papá”, decidimos idear un plan de contingencia.Escucho decir a mamá que Sophia podría ayudarnos haciéndose pasar por mí. Me muerdo el labio, indecisa de si poner a mi mejor amiga en riesgo. La llamo por enlace mental y solo requiere de unos segundos para que me conteste.“¡Amiga! ¿Qué pasa? ¿Estás bien? ¿Dónde estás?”“Estoy bien, tranquila. Estoy de vuelta en la casa de la manada. Eric, Alec, mamá y Peter están conmigo.”“Okay, pero eso no responde a mi pregunta inicial. ¿Qué pasa?”“Sophia, ¿puedes venir a la casa de la manada? Es urgente. Y cuando digo urgente, es URGENTE. Me refiero a que la vida de personas está en riesgo.”Ella parece pensar por un momento y luego dice, “dame diez minutos. Voy para allá.”“¡Gracias, amiga!” Ambas cortamos la conexión.Luego, Eric pregunta, “¿Pudiste hablar con Sophia?”“Sí, estará acá en diez minutos. Debemos pensar qué har
Alec Tassara. Una vez que planificamos lo que haremos, comenzamos su ejecución. Isabella y Sophia se fueron a su habitación para conversar, mientras con Eric, Claire y Peter, acordamos en escoger a los guerreros más veloces e inteligentes para poder participar en la operación. Con excepción de los llamados y los que estuvimos en esa oficina, nadie más sabe de esto. Y así es como queremos que se quede, porque entre más personas conozcan del plan, mayores son las probabilidades de que falle. Por lo tanto, el mayor hermetismo posible está puesto en todo. Luego de acordar los nombres, Claire y Peter se marchan a terminar con los preparativos de la operación. No quería que Adair viniera, porque no quiero perder a nadie de mi familia. Con Akil estamos al filo con la incertidumbre de que no le pase nada a nuestras parejas y ahora a mi hermano. Solo espero que la diablilla de Azahara no venga, de lo contrario estaré continuamente preocupado. ¿Así será cuando tenga mis hijos? ¡Que las dios