Queridos lectores. Muchas gracias por apoyar mi trabajo, significa mucho para mí. Sí les gusta mi historia, recuerden agregarla a su librería y pueden recomendarla a sus amigos/as. Espero sus comentarios en la portada del libro. ¡Amor a todos! ♥
Eric Lafallete.Luego de que atrapáramos a Matthias con sus secuaces, volvimos a la casa de la manada. El operativo solo tomó unos cuantos minutos, dado que estaban notoriamente confiados en que podrían secuestrar a Isabella.Claramente, su arrogancia se debió al conocimiento del territorio y de nuestras costumbres. Lo que ellos desconocen es que se están enfrentando a la manada real y, como tal, Alec es despiadado.Llegamos e Isabella nos está esperando afuera. Apenas ve que Matthias es traído, esposado, acompañado por dos de mis guerreros, se pone delante de él y le lanza un puñetazo tan fuerte, que fue capaz de derribar a los tres hombres parados delante de ella. Todos caen al suelo.Matthias la mira, completamente confundido. Ella ríe sarcásticamente mientras le dice, “¡Sorpresa!” Luego se agacha, le tira el pelo de modo que la mire a la cara y le habla de forma fría y lenta, totalmente carente de emocionalidad.“Puedo romper tu cuello sin siquiera tocarte, maldito. ¿Acaso creíste
Alec Tassara.Luego de la interrogación de Mathias, con Eric, quedamos totalmente intrigados por lo que sucedió. Ambos nos miramos sin saber absolutamente nada.En seguida, escuchamos gritos provenientes de las celdas continuas. Salimos a verificar a los prisioneros, cuando lo que vimos nos dejó totalmente con la boca abierta. Todos están muertos, de la misma forma que murió Mathias.Eric ingresa a dos de las celdas y yo a la tercera y vemos que ninguno de los hombres tiene pulso. “¡Mierda!” Solo es lo que alcanzo a gritar, completamente frustrado.Salgo de la celda y mi vista se encuentra con la de Eric. Suspira y dice, “¿Qué mierda está pasando, Alec? No puede ser que cuatro personas mueran de forma simultánea, con convulsiones. Esto huele mal.”Yo lo observo atentamente, y estoy de acuerdo con su pensamiento. Es imposible que cuatro hombres, notoriamente gozando de buena salud, caigan al suelo muerto simultáneamente.Asiento y le digo. “Tienes razón. Esto es premeditado. Es imposib
Isabella Di’Giotanno.Luego de que por fin pude marcar a mis parejas, sus marcas cambiaron igualándose a la mía. Es increíble como puedo sentir cada emoción, puedo escuchar cada pensamiento de ellos y de sus lobos.Debo confesar que al comienzo me provocó una gran jaqueca. Luego entendí como poder bloquear el incesante parloteo de todos.Después de eso, decidimos que queríamos seguir disfrutando de por fin tenernos, y volvimos a hacer el amor. Esta vez, ambos penetraron mi coño.Ahora que por fin todos quedamos satisfechos, nos acostamos a dormir. Despierto un par de horas después, quejándome del calor que hay en esa cama. Me encuentro recostada en el centro, Eric a derecha y Alec a mi izquierda.Eric me tiene abrazada de la cintura mientras me encuentro de lado en dirección a Alec.Pateo las sábanas, a lo que un Eric dormido reclama, murmurando algo que no se le entiende. Alec, semidormido, me dice, “Querida, deja de moverte, por favor. De verdad necesito dormir.”“Es que tengo mucho
Alec Tassara.Los tres nos quedamos mirando, a lo que reacciono rápidamente, colocándome de pie, mientras le digo. “Espera un momento, Adair. Isabella está desnuda.”“¡Alec!” Isabella me grita colocándose las manos sobre la cara. Con Eric nos reímos al mismo tiempo.Luego escucho decir. “Ah, está bien. Esperaré abajo. Por favor, no se tarden.” Y así lo escucho irse.“¿Por qué le dijiste eso a tu hermano?”“Porque lo conozco. Se incomoda muchísimo con todo lo que conlleva estar con una pareja. Sabía que, al decirle eso, saldría corriendo de aquí.”Eric sonríe y le dice: “tranquila, nena. Adair es inofensivo. Creo que se le saldrá el palo que lleva metido en el trasero, una vez que encuentre a su pareja. Pero mientras tanto, tendremos que aguantarnos su excentricidad.”Yo sonrío a sus palabras, porque básicamente es así.Luego añado: “vamos a ducharnos y a vestirnos. Creo que tendremos que mandar hacer una cama más grande.”Eric dice. “¡Sí! Nena, ¡me pateaste toda la noche! Por la diosa
Isabella Di’Giotanno.Luego de que acordáramos la forma de proseguir con las investigaciones, y dado que mi celo está a la vuelta de la esquina, debemos ser rápidos.Me acomodo en mi sillón, esperando a que mamá traiga a Scott y los tres doctores expertos en la valoración.Observo cómo los demás siguen conversando sobre posibles culpables tras los ataques, pero honestamente no estoy prestando atención. Me siento inquieta.“Aika, ¿estás bien? Estás muy silenciosa esta mañana.”“Chica, algo no anda bien. Me estoy sintiendo de la misma forma que cuando fue el atentado en la valoración.”“Eso no es bueno, Aika.”“Sí, lo sé. Debemos decirles a los chicos.” Me aclaro la garganta, esperando captar la atención de los demás. Todos me miran al mismo tiempo, mientras Alec me dice: “¿Qué sucede, querida?”Voy a hablar, pero Eric me interrumpe diciendo, “¿Nena, por qué has bloqueado tus pensamientos de nosotros?”Alec abre los ojos como recién notando lo que Eric ha mencionado. Miro a ambos con ca
Isabella Di’Giotanno.Luego de la conversación con los doctores y con Scott, mamá y Peter han ido a buscar al general.Con todo lo hablado, nos ha quedado claro de que papá, nuevamente, está involucrado en todo.Yo no sé por qué me odia tanto, a tal punto de verme muerta. Cada día que lo pienso, menos sentido puedo darle a todo. Si no quería ser mi padre, ¿para qué me tuvo? O quizás lo que odia es el hecho de que yo haya sido una mujer.Mamá cree que él tiene envidia de mis poderes, y quiere tenerlos para él. Pero si ese fuera el caso, ¿para qué matarme? ¿Acaso creerá que podrá quitarme los poderes estando muerta? Simplemente, no lo entiendo. Hay demasiadas contradicciones en toda esta historia.Veo como los doctores salen de la oficina, mientras me quedo sentada, incómoda con mis pensamientos y al lugar oscuro que me llevan.Chispas, recorren mi mano, trayéndome devuelta a la realidad. Abro mis ojos y veo que Eric sostiene mi mano, acariciándola tiernamente.Me sonríe dulce, mientras
Alec Tassara. “El rey siempre ha sabido todo, mi príncipe. Él dio la orden.” Aún resuena esa frase en mi mente, como un eco incesante de súplicas por querer ser escuchadas. ¿Mi padre ha sabido todo y no nos dijo nada? ¿Puso en riesgo a mis parejas y él lo sabía? ¡Quiero matarlo! ¡Por la tríada que lo mataré! Mi cuerpo tiembla y siento como Akil está intentando salir. Quiere destrozar todo a su paso y yo también. Isabella, al sentir mi estado explosivo, se acerca, toma mi mano y me dice. “Amor, calma, respira. Akil no puede salir. Si lo hace, todos estaremos en riesgo. Mírame, cariño, por favor. Mira mis ojos.” Siento como las chispas recorren mi cuerpo a través de su tacto. Le hago caso, porque sé que intentará cambiar mis emociones. Yo no puedo hacerlo y como confío ciegamente en mi pareja, acepto que interfiera en mí. Me adentro en sus ojos y es como si mirara un mar vasto de emociones tranquilas que me atraen y me llevan hacia la orilla. Me dejo guiar por Isabella. Al cabo d
Eric Lafallete. Sabíamos que este día llegaría, pero ninguno espero que fuera tan pronto. Cuando Alec se dio cuenta de que Isabella estaba con fiebre, sentí que mi sangre se helaba. Entendí de inmediato que su celo había llegado. Nos subimos al auto y mientras Alec se dedicaba a atenderla, colocándole compresas frías sobre su cuerpo, yo manejaba a toda velocidad. Por primera vez, soy capaz de percibir todo de ella, ya que, en este estado, no nos puede bloquear. Afortunadamente, su olor se mantuvo a raya casi todo el viaje a la manada real. “Alec, su olor… estoy muy desconcentrado. No sé si pueda llegar a la manada real y por si no fuera poco, no nos bloquea. Estoy sintiendo todo de ella y no sé si es mi excitación o la de Isabella.” Un gemido proveniente de los labios de Isabella nos deja perplejos. “Ay, m****a. Tengo una erección tan dolorosa, Eric.” Yo lo miro por el retrovisor y puedo ver la lucha interna que Alec lleva. Yo también llevo mi lucha, intentando que Anouk siga baj