Eric Lafallete. Sabíamos que este día llegaría, pero ninguno espero que fuera tan pronto. Cuando Alec se dio cuenta de que Isabella estaba con fiebre, sentí que mi sangre se helaba. Entendí de inmediato que su celo había llegado. Nos subimos al auto y mientras Alec se dedicaba a atenderla, colocándole compresas frías sobre su cuerpo, yo manejaba a toda velocidad. Por primera vez, soy capaz de percibir todo de ella, ya que, en este estado, no nos puede bloquear. Afortunadamente, su olor se mantuvo a raya casi todo el viaje a la manada real. “Alec, su olor… estoy muy desconcentrado. No sé si pueda llegar a la manada real y por si no fuera poco, no nos bloquea. Estoy sintiendo todo de ella y no sé si es mi excitación o la de Isabella.” Un gemido proveniente de los labios de Isabella nos deja perplejos. “Ay, m****a. Tengo una erección tan dolorosa, Eric.” Yo lo miro por el retrovisor y puedo ver la lucha interna que Alec lleva. Yo también llevo mi lucha, intentando que Anouk siga baj
Isabella Di’Giotanno.Despierto con un fuerte dolor de cabeza. No sé dónde estoy. Solo sé que no hay parte de mi cuerpo que no duela.Miro el techo y solo una tenue luz se escapa por las cortinas. Miro a mi derecha y veo a Eric durmiendo boca abajo con su brazo rodeando mi cintura.Veo hacia la izquierda y veo a Alec durmiendo de espaldas con la cabeza hacia mi lado, tomando mi pierna que se encuentra descansando sobre él.Me desenredo de sus agarres y me siento en la cama. Me rasco los ojos y huelo el ambiente. La habitación huele a burdel; sangre, sexo y fluidos. ¿Qué mierda pasó? Me pregunto.Alec me contesta. “Tu celo. Eso es lo que pasó.”Se sienta en la cama, mira su alrededor y dice. “Mierda. Hemos destruido todo.”Luego me mira y me dice. “Pero en nuestra defensa, tú lo pediste.”Frunzo el ceño y le pregunto. “¿Qué fue lo que pedí exactamente?”Él me ofrece su sonrisa perfecta mientras me dice. “Mira tu cuerpo y mira el nuestro.”Comienzo a mirar mis brazos y puedo ver que tie
Isabella Di’GiotannoLuego de desayunar y descansar por un par de horas, ya me encuentro mejor. Por lo menos, ya puedo utilizar mis piernas nuevamente.Jamás volveré a burlarme de ese dicho, ya que mis parejas sí son capaces de dejarme sin poder caminar. Alec me saca de mis pensamientos diciendo. “¿Estás lista, querida?”“Si lo estoy. Dime de nuevo, ¿Dónde queda el aquelarre?”Alec me toma de la mano mientras caminamos por el largo pasillo en donde se encuentra el dormitorio.Mientras lo hacemos, observo como los sirvientes y guardias de palacio hacen reverencias diciéndonos “sus altezas”.Vuelvo mi atención hacia Alec. “El aquelarre queda a unos treinta minutos desde la frontera sur de la manada. Es un lugar tranquilo y muy bien custodiado. Las brujas de ese aquelarre son elementales y clarividentes.”“Por lo tanto, no es nada de sabio entrar en una pelea con ellas. Usualmente, permanecen neutras ante cualquier conflicto internacional. Y si lo pienso, me parece sumamente extraño que
Isabella Di’Giotanno.Confundida por las declaraciones de Sonya, le pregunto, “¿a quién engañó?”Ella suspira melancólica, mientras dice, “su alteza, hay verdades que son muy terribles para ser contadas. Solo le diré que nos une un enemigo en común, y ese es su padre. Francesco le hizo mucho daño a este aquelarre y no nos hemos detenido hasta dar con su paradero.”Asiento a sus palabras y le digo, “¿estás consciente de que todos creen que él está acá? A la inteligencia militar de la manada real, se les hizo creer eso.”Ella parece pensar por un momento y luego responde, “no me sorprende, su alteza.”Se rasca el puente de la nariz, suspira y dice, “Francesco robó los poderes de una de nosotras. Lo hizo utilizando una reliquia de nuestra madre.”“Eso le ha permitido meternos en problemas, ya que todo delito que comete hace parecer que nosotras lo cometimos. El aquelarre completo ha estado en encierro debido a eso. Sabemos que es nuestra única coartada.”Alec me dice por enlace mental, “
Isabella Di’Giotanno.Me quedé absolutamente furiosa. No puedo concebir de que mis parejas estén practicando con otras mujeres. Son míos, ¡solo míos! Respiro pesadamente.Aika ruge en mi cabeza, totalmente cabreada de que ambos estén con ellas. Sonya me observa y una sonrisa se asoma por la comisura de sus labios.Se acerca y me dice, “en serio mi reina, es una criatura curiosa.”Frunzo el ceño, molesta, mientras le digo, “¿Por qué lo dices?”Ella levanta una ceja y dice, “porque literalmente usted es la criatura más poderosa de este mundo, con la capacidad de poder escoger cualquier pareja que desee y aquí está. Muriendo de celos por sus dos hombres.”Luego añade, “pierda cuidado mi reina. Le aseguro, que ninguna de mis hermanas mirara con otros ojos a sus altezas. Aunque a usted, no estoy segura.”Eso capta mi atención. “¿A qué te defieres?”Su sonrisa se vuelve amplia mientras dice, “el poder llama al poder, mi reina y usted es la mujer más poderosa de nuestra existencia. No se sor
Isabella Di´Giotanno.Luego de nuestra increíble noche en donde aprendí, que es cierto, que una de las razones por la que los escogí como mis parejas, es porque me hacen sentir segura y esa seguridad, tiene que ver con los fuertes que son.El dominio lleva a la preservación de la especie y amé cada segundo en donde ellos me dominaron.Nos levantamos al amanecer y nos dirigimos al río. Antes de comenzar con nuestro entrenamiento, les digo, “tengo algo que decirles.”Todos se detienen y me observan con atención. “Ayer, cuando estábamos entrenando, Artemis vino a visitarme. Entre las cosas que hablamos, me dijo una que debemos tener en consideración.”Veo como Alec frunce el ceño, pero es Eric quien me pregunta, “¿Qué fue lo que te dijo?”“Me dijo que tenía cuatro días para aprender todo lo que pudiera aprender del aquelarre, pero antes de que se cumpla ese plazo, debo estar dentro de la manada real. Es de suma importancia para el futuro de todos, ya que Francesco hará su próxima jugada.
Isabella Di´Giotanno.“Su nariz sangra, mi reina,” dice Sonya, alarmada por lo que está viendo. Me quedo en blanco, pensando el porqué de mi sangrado, cuando siento que Alec está casi encima de mí con un pañuelo limpiándome la nariz.“Debemos detener el entrenamiento, Sonya. Se está esforzando demasiado. Si continúa así, puede perderse cognitivamente. Eso es algo que no estoy dispuesto a averiguar.”“Yo tampoco.”Luego Eric dirige su atención hacia mí diciendo, “Nena, debes descansar. Ha sido mucho por hoy. Acabas de aprender a manejar dos elementos el mismo día. La mayoría de los mortales demoran años en aprender y perfeccionar.”Ambos me hablan, absolutamente preocupados por mí. Percibo muchos sentimientos a la vez a través del vínculo.Les sonrío tenuemente para poder mitigar su preocupación, pero es en vano. Estoy igual de preocupada que ellos. Asiento en silencio y ellos me llevan a nuestra habitación para poder descansar.“Llamaré al médico de la manada real para que te haga alg
Alec Tassara.Una vez que recibí la llamada de Boyle, mi pecho ya no podía más de la emoción. Eric, que es más consciente de mis cambios de ánimo que Isabella, me habla por enlace mental, “¿Qué te dijo el doctor?”Yo le sonrío y le digo, “Yo tenía razón, Eric. Está embarazada.”Veo como sonríe y se cubre la cara de la emoción. “Vamos a decirle.”Dejamos de practicar y ambos nos dirigimos hacia nuestra poderosa y temperamental pareja. Escucho que Sonya alaga lo ágil que es, a lo que no puedo evitar señalar que siempre se lo he dicho.Respiro profundo, sin ocultar mi sonrisa y mi enorme felicidad, le tomo las manos y le digo, “Boyle llamó. Estás embarazada, cariño.”Observo como se queda en silencio. Siento, a través del vínculo, como un torbellino de emociones, la inundan y de forma inconsciente, coloca una mano en su vientre.Me sonríe mientras una lágrima cae por su mejilla y en un susurro me dice, “¿Estoy embarazada? ¿Es cierto?”Eric la abraza por detrás, colocando sus manos en su