Isabella Di´Giotanno.Luego de nuestra increíble noche en donde aprendí, que es cierto, que una de las razones por la que los escogí como mis parejas, es porque me hacen sentir segura y esa seguridad, tiene que ver con los fuertes que son.El dominio lleva a la preservación de la especie y amé cada segundo en donde ellos me dominaron.Nos levantamos al amanecer y nos dirigimos al río. Antes de comenzar con nuestro entrenamiento, les digo, “tengo algo que decirles.”Todos se detienen y me observan con atención. “Ayer, cuando estábamos entrenando, Artemis vino a visitarme. Entre las cosas que hablamos, me dijo una que debemos tener en consideración.”Veo como Alec frunce el ceño, pero es Eric quien me pregunta, “¿Qué fue lo que te dijo?”“Me dijo que tenía cuatro días para aprender todo lo que pudiera aprender del aquelarre, pero antes de que se cumpla ese plazo, debo estar dentro de la manada real. Es de suma importancia para el futuro de todos, ya que Francesco hará su próxima jugada.
Isabella Di´Giotanno.“Su nariz sangra, mi reina,” dice Sonya, alarmada por lo que está viendo. Me quedo en blanco, pensando el porqué de mi sangrado, cuando siento que Alec está casi encima de mí con un pañuelo limpiándome la nariz.“Debemos detener el entrenamiento, Sonya. Se está esforzando demasiado. Si continúa así, puede perderse cognitivamente. Eso es algo que no estoy dispuesto a averiguar.”“Yo tampoco.”Luego Eric dirige su atención hacia mí diciendo, “Nena, debes descansar. Ha sido mucho por hoy. Acabas de aprender a manejar dos elementos el mismo día. La mayoría de los mortales demoran años en aprender y perfeccionar.”Ambos me hablan, absolutamente preocupados por mí. Percibo muchos sentimientos a la vez a través del vínculo.Les sonrío tenuemente para poder mitigar su preocupación, pero es en vano. Estoy igual de preocupada que ellos. Asiento en silencio y ellos me llevan a nuestra habitación para poder descansar.“Llamaré al médico de la manada real para que te haga alg
Alec Tassara.Una vez que recibí la llamada de Boyle, mi pecho ya no podía más de la emoción. Eric, que es más consciente de mis cambios de ánimo que Isabella, me habla por enlace mental, “¿Qué te dijo el doctor?”Yo le sonrío y le digo, “Yo tenía razón, Eric. Está embarazada.”Veo como sonríe y se cubre la cara de la emoción. “Vamos a decirle.”Dejamos de practicar y ambos nos dirigimos hacia nuestra poderosa y temperamental pareja. Escucho que Sonya alaga lo ágil que es, a lo que no puedo evitar señalar que siempre se lo he dicho.Respiro profundo, sin ocultar mi sonrisa y mi enorme felicidad, le tomo las manos y le digo, “Boyle llamó. Estás embarazada, cariño.”Observo como se queda en silencio. Siento, a través del vínculo, como un torbellino de emociones, la inundan y de forma inconsciente, coloca una mano en su vientre.Me sonríe mientras una lágrima cae por su mejilla y en un susurro me dice, “¿Estoy embarazada? ¿Es cierto?”Eric la abraza por detrás, colocando sus manos en su
Isabella Di´Giotanno.Luego de que mis parejas destruyeran por completo el escudo energético, nos subimos al auto y Alec condujo a toda velocidad. Que Francesco haya adelantado su movida, solo significa una cosa: Tiene espías en cada sitio a donde vamos.“¿Cómo Francesco supo que debía adelantar su movida?” Le pregunto a mis parejas.“No lo sé, cariño. Pero lo más probable es que no solo tenga espías, sino que también, tenga intervenidos algunos lugares.”Abro mucho los ojos y digo, “¿con micrófonos?”Eric me toma la mano y la acaricia mientras me dice, “es muy probable. Todo esto solo nos confirma que no debemos confiar en nadie.” Todos asentimos en silencio.Al cabo de unos minutos, en donde Alec condujo sin parar, llegamos a las afueras de la manada real. Aika, grita en mi cabeza, “¡paren, paren!”Yo sin pensarlo grito junto con ella, “¡PARA!” Alec me mira por el retrovisor y se detiene en seco.Jadeo afirmándome de los asientos delanteros, cuando Aika me habla. La escucho atentame
Eric Lafallete.Estuvimos con el cachorro hasta que le hicieron todos los exámenes. Una vez ya tranquilo, dejó que lo laváramos y le colocáramos ropa limpia.Solo se dejaba tocar si uno de los tres estaba en la habitación. Me quedé complacido, cuando se quedó dormido en mi pecho, escuchando mi ronroneo. Anouk lo observaba detenidamente, como si quisiera memorizar cada rasgo de él.“Debemos colocar la alerta en la red para poder saber si tiene familia.” Alec me saca de mis pensamientos, abruptamente.Sé que lo que dice, es lo que debemos hacer, pero por alguna razón, el solo hecho de pensar en separarme de él, no me gusta. Observo a Isabella, y su cara muestra lo que yo estoy sintiendo.“¿Es necesario? Míralo Alec. No tengo corazón para separarme de él. En verdad, ¡no quiero que me separen de él!” Le dice Isabella, colocando una mano en su pecho.Suspiro y veo la cara conflictuada de Alec. A pesar de que intente ocultarlo, él tampoco quiere que se vaya. “Alec tiene razón, nena. Él es m
Alec Tassara.Mi mente no podía pensar. Solo sentía miedo. Aún no puedo creer que hayamos encontrado al pequeño hace un par de horas y ya lo sintamos como nuestro. “Pero es nuestro, Alec. Yo no tengo dudas de que nos pertenece y ¿te digo otra cosa? El pequeño es especial.”“¿A qué te refieres, Akil?”“Cuando hablé con Aika, ambos coincidimos que el aura de este pequeño iguala a la nuestra. Ese pequeño nació para ser alfa.”“Quizás es por eso por lo que lo sentimos tan nuestro. ¿Qué crees que le hizo Francesco?”“No tengo idea, pero lo que le hayan hecho a ese pequeño, tiene que ver con poderes. Intuyo que Francesco quiso despertar a su lobo.”Miro atemorizado por lo que Akil me dice, lo cual solo confirma mis más grandes temores.”Corro por todo el hospital siguiendo el olor del pequeño, el cual se distingue porque huele como un pícaro, lo cual hace que me enfade desesperado por recuperarlo, abrazarlo y que huela a nosotros.Eric me sigue de cerca, junto con Isabella. Ninguno quiso se
Eric Lafallete.Luego de la interrogación a la mujer que descubrimos que su nombre es Irina, nos dirigimos con Alec al cuartel general de defensa en donde el General Dubois nos estaba esperando, acompañado del resto de los generales y coroneles.Ingresamos y observamos como el lugar se queda en silencio de forma inmediata. Todos nos miran atentamente, hasta que es uno, quien rompe el silencio.“Rey Alec, Rey Eric. Es un gusto tenerlos aquí. Tenemos muchas cosas que discutir.” Nos dice, con una mirada seria, el general Dubois.Alec le dice, “Sí, general. Venimos del interrogatorio de una de las médicas de Francesco, Irina Petrovsky. Es una mujer rusa, de treinta y siete años, que trabaja con él hace diecisiete años.”“¿Es la prisionera que intentó secuestrar al cachorro encontrado?”“Correcto, general Harris,” le respondo.“¿Qué fue lo que la prisionera dijo?” Pregunta el coronel Moore.Con Alec intercambiamos miradas y es él el que se apresura a contestar diciendo, “Habló bastante des
Alec Tassara.Luego de la conversación con los generales, ya estábamos todos listos para marcharnos hacia el pueblo humano, después de un par de horas. Nos detenemos afuera de la casa de la manada y vemos Isabella, corre hacia nosotros, con Aryan en sus brazos. Ambos nos abrazan fuerte.Eric toma a nuestro cachorro en sus brazos mientras no deja de besarle su cabeza. Isabella coloca sus manos en mi cuello, mientras me dice, “Regresen a salvo, amores. No se atrevan a dejarme. Iré hasta el infierno si es necesario para recuperarlos. Vuelvan a nosotros. Los estaremos esperando.”Sonrío a sus palabras, porque sé que son cien por ciento, verdad. Isabella moriría y viajaría al infierno para pelear por nosotros. Sin pensarlo dos veces, le tomo la nuca y la aprieto contra mí, estrellando mis labios con los de ella. Nuestro beso es hambriento y apasionado, dejándonos sin aliento. Me separo de ella y termino besándole la frente.Juntamos nuestras cabezas mientras le digo, “Sé qué harías eso po