Dios, estoy sudando tanto que parece que estoy en un horno, además de que tengo la garganta seca y mis manos están temblando, ¿Cómo es que me había metido en semejante lío? ¿En qué momento se nos había ocurrido semejante idea?, ¡¿Y qué demonios decía el juez?! Ella realmente no sabía en lo que se estaba metiendo, conocía muy poco de la mujer que tenía enfrente suyo. Sin embargo, fue ella misma quien tomó la decisión de meterse en todo este lío por su familia. Todo formaba parte de un plan de ambas para que cada una pudiera conseguir lo que realmente deseaba. Con la ansiedad a tope en uno de los salones más importantes de la ciudad estaba ella, a punto de tomar una de las decisiones más importantes de su vida. Su determinación y cobardía no compaginaban, a punto de salir corriendo y dejar todo tirado. -¿Señorita Collings? ¿Qué responde? -preguntó el juez, un hombre de a finales de los 50 años, con una melena un poco oscura ocultando muy poco los rasgos de su edad. Su mandíbula era
Inspiré entonces profunda y cansadamente, era consciente de lo que estaba haciendo. Jamás dejaría que mi familia y amigos interfirieran en este negocio, nunca los habría expuesto a situaciones que pudieran arruinar mi relación con ellos. - Ayúdame a levantar, antes de que alguien entre y vea la penosa escena que estoy haciendo – con una media sonrisa Tony se levantó y me ayudó a recomponerme. - Solo límpiate un poco la cara y te tomas tres Whiskys así el demonio de tu mujer no siente el fétido olor de tú vomitó- con una carcajada Tony salió del baño y me esperó afuera. - ¡Oh mi querida! ¿En dónde has estado? Llevo un rato buscándote como dejas a tu esposa sola atendiendo a todos los invitados, acaso así te eduque- me regaña mi madre sin levantar un octavo su dulce voz- venga que ya hay que ir a la recepción, rápido que tu esposa ya te espera- me tomó del brazo. -Mamá suelta que ya no soy una cría puedo caminar yo solita- trato de zafarme, pero no luchó mucho ¿Por qué? Así no me cr
*Morgan* El viaje al aeropuerto fue demasiado silencioso, a pesar de mi cansancio no podía dormir, Elizabeth era otra cosa, tenía la cabeza apoyada en la ventanilla del carro con los ojos cerrados desde hace un rato de solo verla con esos tacones de aguja ya me imagino lo cansada que se ha de sentir. Dejé de verla y empecé a sentir un poco de nostalgia por todo lo acontecido, dos semanas atrás no pensaba en estar casada con la persona que menos esperaba “Si solo hubiese mantenido la boca cerrada, no estaría metida en este dilema”. *Flashback* Dos semanas y media antes. Se supone que Dev tenía que apoyarme y mostrarse comprensiva con mi actual situación, en cambio, la muy desgraciada se reía de mí sin remordimiento. - ¡Por Dios Morg como te pones a solicitar un trabajo en el que no tienes experiencia! - dice ahogada de risa- ¡Qué locura! -Sabes muchas gracias por hundirme- le gruño- Dime cómo esperan que tenga experiencia si no me dan la oportunidad de trabajar, sé que pudo ser
**Elizabeth**Me encontraba realmente cansada, durante todo el día estuve de un lado a otro con los últimos preparativos antes de mi boda, dejar una empresa multimillonaria y multinacional, en plena expansión no era exactamente sencillo, a pesar de mis nupcias los negocios no se detuvieron para nada después de lo que ya había sido un día largo de trabajo se sumó la boda, no fue hasta la recepción que descansé un poco, ahora en la limusina era la primera vez en dieciocho horas que cerraba los ojos. El sonido de tela moviéndose era irritante, abrí los ojos lista para discutir con Morgan sobre el molesto ruido.Morgan parecía estar teniendo un conflicto interno, su cabeza colgaba de sus hombros con clara frustración su cuerpo tenso sobre el asiento y el temblor en su pierna derecha, estaba ansiosa, Morgan parecía un poco miserable en esa posición, aunque, ¿Qué tenía de malo la situación? Ella había accedido a casarse bajo un contrato donde se benefició abundantemente, consiguió lo que qu
**Morgan** Odiaba volar era una de las actividades menos favoritas en mi lista de actividades indeseables. El vuelo se había convertido en algo agobiante, el eterno silencio solo hacía que todo fuera más incómodo, Elizabeth se dedicaba a sus cosas de negocios apenas y me pone atención, ella estaba sentada al otro lado del avión, sonrió al verla, “parece un pulpo” con su laptop en la mesilla, un celular en su mano mientras escribe y un audífono en su oído por el que habla ladrando órdenes en otro idioma que no entiendo, soy consciente de que era posible que esté enfadada conmigo por mi pequeño berrinche, pero no era mi culpa, cuando escuché que alguien más había tocado mis cosas sin permiso me irrite, ella coronó todo actuando como la bruja reina, menospreciando mis sentimientos como siempre, me hacía sentir tonta e infantil. Un suave golpe me saca de mis pensamientos, Elizabeth por fin ha cerrado la portátil dejándola a un lado, también el celular lo deja en la mesilla, coge el bolso
- ¡Mongi, Mongi mírame, mira! - gritaba Mike mientras saltaba sobre la cama de sus padres- ¡Mira Mongi mira como salto! - saltaba como un canguro por todos lados mientras Linda trataba de atraparlo con pánico en el rostro- ¡Vienes a jugar conmigo Mongi! - pregunta el mocoso cayendo sentado en la cama.-No, lo siento canguro, hoy no puedo ir tengo que hacer otras cosas- le dije Mike e hizo un puchero- No llores cangurito, pronto estaré allí para jugar contigo todo lo que quieras.- ¡Pero yo quiero que juegues conmigo ahora! - sollozo el mocoso- ¡Es que ya no me quieres Mongi, Ya no quieres jugar conmigo! - Mike lloraba triste por mi ausencia, el chiquillo era muy apegado a mí, verlo así me parte el corazón pero que podía hacer yo estaba en un yate, en el mar de Grecia a punto de pasar dos semanas en una isla- Mongi, mon…gi- tartamudeaba el pequeño entre el llanto.- ¡Carl ven cariño! - Linda llamó a su hermano para que consolara al pequeño.Su hermano apareció en un instante y tomó a M
**Morgan**A diferencia de lo que muchos piensan sobre mí, no soy una persona extrovertida, tampoco era alguien con un sueño tranquilo, se sorprenderían al saber que la mayoría de mis noches eran asediadas por horribles pesadillas, para mi desgracia la mayoría eran recuerdos que se entrelazan a los malos sueños, esta noche no sería la excepción. No suelo dormir con compañía, aunque mi cama tenga unas quince almohadas que me acompañan por las noches, es gracioso que alguien tan feliz y despreocupado como yo, de hecho, es una persona rota y solitaria, las pocas conquistas que he tenido en mi vida son tan pobres que no cuentan como una interacción real con otra persona, tan superficiales y triviales eran casi un chiste, ¿eran placenteros? Más o menos, sí, pero poco gratificantes.Estoy sola, he estado sola mucho tiempo, amo a mi familia, pero a veces también me alejo de ellos, estoy rota, maltrecha… Elizabeth casi me da pena tomando algo roto como yo.Las pesadillas siempre empiezan reco
**Elizabeth** Madeleine, Madeleine ¿Quién era Madeleine?...Morgan Collings está resultando ser un total misterio para mí, no sé cómo describirlo, pero parece que no conozco nada de ella, como si la Morgan que he conocido estos últimos tres años realmente no existiera, la Morgan que conozco es desvergonzada, extrovertida y siempre está sonriendo, le gusta bromear con todo no se toma nada en serio, tan despreocupada y coqueta que es molesto. Ahora la Morgan con la que estado las últimas 48 horas es muy diferente, se muestra ansiosa, triste y muy distante de casi todo, no sonríe tanto como pensé, y parece que tiene demonios que acechan sus sueños.Las pesadillas de Morgan empezaron a media madrugada, lo que me despertó fue su voz diciendo palabras sueltas e inentendibles, luego pasó a los quejidos lastimeros y los sollozos, Morgan me abrazó acurrucándose contra mí buscando consuelo, puedo ser una perra fría, pero no soy insensible, la abrace contra mi pecho acariciando su cabello dici