**Elizabeth**
Me encontraba realmente cansada, durante todo el día estuve de un lado a otro con los últimos preparativos antes de mi boda, dejar una empresa multimillonaria y multinacional, en plena expansión no era exactamente sencillo, a pesar de mis nupcias los negocios no se detuvieron para nada después de lo que ya había sido un día largo de trabajo se sumó la boda, no fue hasta la recepción que descansé un poco, ahora en la limusina era la primera vez en dieciocho horas que cerraba los ojos. El sonido de tela moviéndose era irritante, abrí los ojos lista para discutir con Morgan sobre el molesto ruido.
Morgan parecía estar teniendo un conflicto interno, su cabeza colgaba de sus hombros con clara frustración su cuerpo tenso sobre el asiento y el temblor en su pierna derecha, estaba ansiosa, Morgan parecía un poco miserable en esa posición, aunque, ¿Qué tenía de malo la situación? Ella había accedido a casarse bajo un contrato donde se benefició abundantemente, consiguió lo que quería así que me costaba un poco entender que es lo que la hacía tan miserable.
El haber escogido a Morgan era un misterio para mí cuando su primera opción había sido la dulce Devora, Morgan era una mujer realmente ordinaria que la sacaba de quicio con esa personalidad tan burbujeante, siempre sonriendo, todo era una broma para ella ¡Ahg, era tan molesta! Sí, Morgan era hermosa con su cabellera negro azulado, su rostro fino y afilado, era alta y atlética, más de una vez ella calló en la penosa situación de quedarse observando el cuerpo trabajado de la pelinegra, era algo vergonzoso de admitir, Morgan se veía igual que un joven atleta atractivo y arrogante.
Claro que Devora era una decisión más lógica aún así estaba el pequeño problema, su amiga era demasiado soñadora y romántica, Devora estaba enamorada del amor, ese era un defecto que no me servía para el negocio, Morgan, en cambio, el único interés que tenía era el dinero, era consiente que la pelinegra no era una cazafortunas (no era lo suficientemente ambiciosa para eso) pero necesitaba el dinero, Yo puedo trabajar con las negociaciones de ese tipo, pero involucrar los sentimientos era en el mejor de los casos una catástrofe, su trato era simplemente comercial y es eso todo lo que busco.
Y al verla así en el asiento de la limusina le secaba la garganta, Morgan era guapa se veía intimidante y adorable, una combinación tan extraña como exótica, sus rasgos andróginos eran afilados y suaves, tiene unos labios carnosos y de un color rosa permanente como si los tuviera pintados todo el tiempo, el color de sus ojos era del más normal café, pero tenían una profundidad que cuando los veías fijamente se asemejaban a los ojos de un gato montés u otro felino grande, Morgan era alta 1,75 m sus piernas largas ajustadas por el pantalón de tela se veían gruesas y fuertes, tenía unas manos muy bonitas con dedos largos y delgados siempre adornados con anillos gruesos pero elegantes. Había una cualidad de Morgan que le agradaba mucho, Morgan era invisible, nadie de su círculo social sabía alguna cosa de ella hasta ahora.
- ¿Por qué estás tan ansiosa? - pregunte a la pelinegra, me miró a través de sus pestañas- Lo más difícil ya acabo, relájate, estás empezando a irritarme. ¿Dónde dejaste el corbatín? - dije
Ella solo levanta el saco color cielo para mostrarme la prenda, no dijo nada, pero me fulminaba con la mirada. El traje le quedaba perfecto, el color cielo le sentaba de maravilla y los zapatos de vestir negros hacían juego con el corbatín que ella tanto odiaba.
- ¿Por qué Grecia? -pasaron varios minutos hasta que por fin habló.
La pregunta me tomo un poco por sorpresa, pero me las arreglé para sonreír.
-Revisa la cartera- le indiqué
Morgan lo hizo de mala gana, pero su expresión cambió unos minutos después.
- ¡Dice que eres la propietaria de una isla! -susurro sorprendida- ¿Es broma? - ahora parecía molesta, ¿Y ahora por qué?
-Es el regalo de bodas de mi padre, Margaret claro se opuso pero a él no le importó, igual me la obsequio- le digo esperando que su expresión cambie, pero no lo hace- Grecia solo es una parada, el Yate nos espera allí para llevarnos a la isla Isadora- espero a que ella diga algo, pero no lo hizo- Descuida solo serán dos semanas- la tranquilizo.
- Tu padre te regalo una isla - murmuro- ¿Por qué tu madre se opuso? -me preguntó, su mirada conectando con la mía, sus profundos ojos parecían poder ver mi interior.
-No le hizo gracia mis nupcias.
Ella sigue seria cuando me dice- Era ella la que quería que te casaras con ese hombre, ¿verdad?
-Ella siempre ha sido la más visionaria de los dos, no la culpo, es su naturaleza- respondo indiferente- además ella siempre desea lo mejor para mí.
Morgan se mantuvo en silencio, no me sorprendió en nada su silencio, parecía que la dinámica de Morgan cambiaba cuando está cerca de mí, se volvía reservada y distante, tal vez algo seca.
Cuando llegamos al hangar me impactó mucho ver a Morgan esperarme para con mucha delicadeza ayudarme a salir del auto, me escoltó todo el camino hasta el Jet privado.
-Ya está todo listo, señora partiremos en diez minutos- el piloto Sven Kohl se acercó para recibirnos- Sus maletas llegaron aquí hace unos treinta minutos- reportó.
-Muy bien Capitán Kohl abordaremos enseguida- a le anuncié al piloto.
- ¿No recuerdo haber hecho una maleta? -dice Morgan algo confundida, veo sus mejillas tomar un poco de color.
-No era necesario que la hicieras mi asistente se encargó de todo- respondí tratando de tranquilizarla, pero fue todo lo contrario sus mejillas se pusieron más rojas y parecía afligida, cualquier otra persona moriría por hacer un viaje de estos y mataría por hacerlo en mi compañía, pero allí esta Morgan con la oportunidad en sus manos y con una cara de miseria ¡Dios, era tan irritante!- Eres peor que un crío- le digo subiendo las escaleras, cuando estoy a punto de entrar al jet me percato que Morgan sigue abajo sin haberse movido ni un centímetro- ¿Qué crees que haces?- cuestiono, ¿acaso ella estaba haciendo un berrinche? Yo soy Elizabeth Humman no tengo por qué soportar este tipo de comportamiento, y menos de una adulta.
- Deberías ser más agradable, querida, ¿Por qué no me lo pides amablemente? – me dice con media sonrisa en los labios-Anda pídemelo con cariño- me insiste.
-Pedirte, ¿Qué exactamente? - mi tono era duro, era el mismo tono que hacía que mis empleados salieran despavoridos de miedo, pero Morgan ni se inmutó- Te aconsejo que no molestes- ya estaba molesta.
Morgan subió el resto hasta estar un peldaño debajo de mí, nuestras miradas se conectaron en un duelo silencioso.
-Pídeme que vaya contigo a la luna de miel de manera dulce, querida - me molestaba mucho la forma en que decía ¡querida! Era como si gruñera una maldición.
-No juegues conmigo Morgan no tengo tanta paciencia como parece, estás a punto de acabar con ella así que si no quieres conocerme por las malas es mejor que metas tu trasero a este avión y dejes de joderme, de lo contrario te arrepentirás- contesto a su provocación, mi semblante es serio, pero ella no cede, solo agranda su sonrisa.
- Elizabeth, si no eres dulce con tu amada esposa con quien más lo serás, me duele -fue lo único que dijo con su media sonrisa en los labios.
-Morgan – me doy cuenta de que pelear con ella solo retrasara más el vuelo y suspiro pesadamente- Mi amor – casi vomite esas palabras- Acompáñame, por favor, ¿me harías el honor de tu presencia? - le digo con un falso tono dulce, fulminándola con la mirada.
Morgan sonrió grandemente mostrando su perfecta dentadura- ¡Claro querida! – respondió feliz, paso a mi lado sin protestar.
Morgan Collings era una persona tan irritante e infantil, estoy empezando a replantearme haberme casado con ella y no con Devora, Morgan es alguien que yo no entiendo y eso no me gusta.
**Morgan** Odiaba volar era una de las actividades menos favoritas en mi lista de actividades indeseables. El vuelo se había convertido en algo agobiante, el eterno silencio solo hacía que todo fuera más incómodo, Elizabeth se dedicaba a sus cosas de negocios apenas y me pone atención, ella estaba sentada al otro lado del avión, sonrió al verla, “parece un pulpo” con su laptop en la mesilla, un celular en su mano mientras escribe y un audífono en su oído por el que habla ladrando órdenes en otro idioma que no entiendo, soy consciente de que era posible que esté enfadada conmigo por mi pequeño berrinche, pero no era mi culpa, cuando escuché que alguien más había tocado mis cosas sin permiso me irrite, ella coronó todo actuando como la bruja reina, menospreciando mis sentimientos como siempre, me hacía sentir tonta e infantil. Un suave golpe me saca de mis pensamientos, Elizabeth por fin ha cerrado la portátil dejándola a un lado, también el celular lo deja en la mesilla, coge el bolso
- ¡Mongi, Mongi mírame, mira! - gritaba Mike mientras saltaba sobre la cama de sus padres- ¡Mira Mongi mira como salto! - saltaba como un canguro por todos lados mientras Linda trataba de atraparlo con pánico en el rostro- ¡Vienes a jugar conmigo Mongi! - pregunta el mocoso cayendo sentado en la cama.-No, lo siento canguro, hoy no puedo ir tengo que hacer otras cosas- le dije Mike e hizo un puchero- No llores cangurito, pronto estaré allí para jugar contigo todo lo que quieras.- ¡Pero yo quiero que juegues conmigo ahora! - sollozo el mocoso- ¡Es que ya no me quieres Mongi, Ya no quieres jugar conmigo! - Mike lloraba triste por mi ausencia, el chiquillo era muy apegado a mí, verlo así me parte el corazón pero que podía hacer yo estaba en un yate, en el mar de Grecia a punto de pasar dos semanas en una isla- Mongi, mon…gi- tartamudeaba el pequeño entre el llanto.- ¡Carl ven cariño! - Linda llamó a su hermano para que consolara al pequeño.Su hermano apareció en un instante y tomó a M
**Morgan**A diferencia de lo que muchos piensan sobre mí, no soy una persona extrovertida, tampoco era alguien con un sueño tranquilo, se sorprenderían al saber que la mayoría de mis noches eran asediadas por horribles pesadillas, para mi desgracia la mayoría eran recuerdos que se entrelazan a los malos sueños, esta noche no sería la excepción. No suelo dormir con compañía, aunque mi cama tenga unas quince almohadas que me acompañan por las noches, es gracioso que alguien tan feliz y despreocupado como yo, de hecho, es una persona rota y solitaria, las pocas conquistas que he tenido en mi vida son tan pobres que no cuentan como una interacción real con otra persona, tan superficiales y triviales eran casi un chiste, ¿eran placenteros? Más o menos, sí, pero poco gratificantes.Estoy sola, he estado sola mucho tiempo, amo a mi familia, pero a veces también me alejo de ellos, estoy rota, maltrecha… Elizabeth casi me da pena tomando algo roto como yo.Las pesadillas siempre empiezan reco
**Elizabeth** Madeleine, Madeleine ¿Quién era Madeleine?...Morgan Collings está resultando ser un total misterio para mí, no sé cómo describirlo, pero parece que no conozco nada de ella, como si la Morgan que he conocido estos últimos tres años realmente no existiera, la Morgan que conozco es desvergonzada, extrovertida y siempre está sonriendo, le gusta bromear con todo no se toma nada en serio, tan despreocupada y coqueta que es molesto. Ahora la Morgan con la que estado las últimas 48 horas es muy diferente, se muestra ansiosa, triste y muy distante de casi todo, no sonríe tanto como pensé, y parece que tiene demonios que acechan sus sueños.Las pesadillas de Morgan empezaron a media madrugada, lo que me despertó fue su voz diciendo palabras sueltas e inentendibles, luego pasó a los quejidos lastimeros y los sollozos, Morgan me abrazó acurrucándose contra mí buscando consuelo, puedo ser una perra fría, pero no soy insensible, la abrace contra mi pecho acariciando su cabello dici
**Morgan**El universo debe odiarme intensamente para hacerme blanco de sus chistes cósmicos, era media tarde ya y estoy en el jardín de la única cabaña en toda la isla, es bonita, pintada en tonos tierra que contrasta mucho con el verde del jardín y el azul del océano, se podía respirar cierta tranquilidad en el ambiente casi me hace olvidar que no estoy aquí de vacaciones. Me pateó mentalmente, parece que soy experta olvidando que esta situación era algo completamente de interés, un ejemplo era el pasado momento en el jacuzzi en el cual por un momento olvidé quién era Elizabeth, porque en el momento en que respondió mi beso mi sentido común saltó por la borda, sus labios fueron mi trampa y los sonidos que salían de su garganta ¡arg! “ No pierdas el camino Morgan, concéntrate en tu misión, sobrevive los próximos años sin perder tu buen juicio, y todo estará bien” me repito como mantra.Elizabeth está molesta conmigo, de nuevo, tal parece que su estado natural es odiarme, aunque hay v
**Morgan**No sé qué tan saludable sea nadar por horas sin un rumbo fijo y no pretendiendo detenerme, aunque sus músculos estén escociéndole en cada movimiento, pero tampoco sería saludable haberme quedado en la cabaña, soy una porquería, de eso no cabe duda, en ningún momento he deseado hacerle daño a Elizabeth, pero estoy más que segura que esta madrugada termine haciéndole daño, es algo cutre de mi parte haberla tratado como mi muñeca de consolación, pero eso no es exactamente lo que pretendía aunque al final es así como se ve. Aunque tuviera algún tipo de daño cerebral nunca podría confundir a Elizabeth con otra mujer, y jamás trataría de compararlas, después de mi pesadilla cuando confirme que ella no era parte de un sueño, lo único que había deseado era tenerla, porque Elizabeth es sin quererlo la cosa más sólida en mi vida, ella es real, a ella puedo tocarla, ella es un ancla que hace que mi mente se mantenga en su lugar.Me detengo un momento para orientarme, estoy a la mitad
**Morgan**El viaje en el avión fue tan silencioso que mis pensamientos parecían gritos desesperados, a veces mi mirada se desviaba hacia Elizabeth ella estaba tan despampanante como siempre parecía una hermosa y perfecta muñeca de porcelana, después de aquella horrible discusión apenas y le dirigí la palabra, después de aquella mañana la evite todo lo que pude, no iba a mentir, por un momento creí que las cosas con Elizabeth tenían algún tipo de esperanza, pero después de todo lo que dijo me sentía como una completa estúpida Elizabeth Humman nunca me vería más que como una compra, jamás dejaría de ser el pobre diablo que le debía una vida, ella tenía más que claro el lugar que tenía cada quien y nunca vería más allá de eso, eso era lo que más me dolía que por un momento pensé que ella empezaba a sentir por lo menos compañerismo por mí, pero sus palabras habían sido muy claras… ¡No podía ni por un momento pensar en confiar en Elizabeth de ninguna manera! Era por eso que ya no dormía c
**Morgan**-¡Juro que voy a pegarme un tiro si no consigo un maldito trabajo!- grite, Tony solo me observa esta bebiendo una cerveza- Estoy harta de visitar a mis padres, de jugar a la guerra de la galaxia con Mike y te juro que si vuelvo ayudar Carl con la maldita chatarra de su auto voy a lanzarme del primer barranco que encuentre- lloriqueo, habían pasado ya dos semanas donde había tenido que repartir mi tiempo diurno entre mis padres y Mike, las noches las paso en el sofá que era mi habitación porque me niego a compartir la cama con Elizabeth, y si, ella tenía razón mi espalda ya lo resentía bastante- ¡Necesito un trabajo urgente!- me desahogue con mi mejor amigo.Tony solo me observaba mientras le da otro trago a su cerveza- Eso es un enorme problema peque- me dice tomando el resto de su cerveza de un trago- Déjame analizar tu horrible vida…- saca otra cerveza-Tienes tiempo para desperdiciar, una esposa supersexy y millonaria, un loft superguay el cual es completamente tuyo duran