capitulo 4

**Elizabeth**

Me encontraba realmente cansada, durante todo el día estuve de un lado a otro con los últimos preparativos antes de mi boda, dejar una empresa multimillonaria y multinacional, en plena expansión no era exactamente sencillo, a pesar de mis nupcias los negocios no se detuvieron para nada después de lo que ya había sido un día largo de trabajo se sumó la boda, no fue hasta la recepción que descansé un poco, ahora en la limusina era la primera vez en dieciocho horas que cerraba los ojos. El sonido de tela moviéndose era irritante, abrí los ojos lista para discutir con Morgan sobre el molesto ruido.

Morgan parecía estar teniendo un conflicto interno, su cabeza colgaba de sus hombros con clara frustración su cuerpo tenso sobre el asiento y el temblor en su pierna derecha, estaba ansiosa, Morgan parecía un poco miserable en esa posición, aunque, ¿Qué tenía de malo la situación? Ella había accedido a casarse bajo un contrato donde se benefició abundantemente, consiguió lo que quería así que me costaba un poco entender que es lo que la hacía tan miserable.

El haber escogido a Morgan era un misterio para mí cuando su primera opción había sido la dulce Devora, Morgan era una mujer realmente ordinaria que la sacaba de quicio con esa personalidad tan burbujeante, siempre sonriendo, todo era una broma para ella ¡Ahg, era tan molesta! Sí, Morgan era hermosa con su cabellera negro azulado, su rostro fino y afilado, era alta y atlética, más de una vez ella calló en la penosa situación de quedarse observando el cuerpo trabajado de la pelinegra, era algo vergonzoso de admitir, Morgan se veía igual que un joven atleta atractivo y arrogante.

 Claro que Devora era una decisión más lógica aún así estaba el pequeño problema, su amiga era demasiado soñadora y romántica, Devora estaba enamorada del amor, ese era un defecto que no me servía para el negocio, Morgan, en cambio, el único interés que tenía era el dinero, era consiente que la pelinegra no era una cazafortunas (no era lo suficientemente ambiciosa para eso) pero necesitaba el dinero, Yo puedo trabajar con las negociaciones de ese tipo, pero involucrar los sentimientos era en el mejor de los casos una catástrofe, su trato era simplemente comercial y es eso todo lo que busco.

Y al verla así en el asiento de la limusina le secaba la garganta, Morgan era guapa se veía intimidante y adorable, una combinación tan extraña como exótica, sus rasgos andróginos eran afilados y suaves, tiene unos labios carnosos y de un color rosa permanente como si los tuviera pintados todo el tiempo, el color de sus ojos era del más normal café, pero tenían una profundidad que cuando los veías fijamente se asemejaban a los ojos de un gato montés u otro felino grande, Morgan era alta 1,75 m sus piernas largas ajustadas por el pantalón de tela se veían gruesas y fuertes, tenía unas manos muy bonitas con dedos largos y delgados siempre adornados con anillos gruesos pero elegantes. Había una cualidad de Morgan que le agradaba mucho, Morgan era invisible, nadie de su círculo social sabía alguna cosa de ella hasta ahora.

- ¿Por qué estás tan ansiosa? - pregunte a la pelinegra, me miró a través de sus pestañas- Lo más difícil ya acabo, relájate, estás empezando a irritarme. ¿Dónde dejaste el corbatín? - dije

Ella solo levanta el saco color cielo para mostrarme la prenda, no dijo nada, pero me fulminaba con la mirada. El traje le quedaba perfecto, el color cielo le sentaba de maravilla y los zapatos de vestir negros hacían juego con el corbatín que ella tanto odiaba.

- ¿Por qué Grecia? -pasaron varios minutos hasta que por fin habló.

La pregunta me tomo un poco por sorpresa, pero me las arreglé para sonreír.

-Revisa la cartera- le indiqué

Morgan lo hizo de mala gana, pero su expresión cambió unos minutos después.

- ¡Dice que eres la propietaria de una isla! -susurro sorprendida- ¿Es broma? - ahora parecía molesta, ¿Y ahora por qué?

-Es el regalo de bodas de mi padre, Margaret claro se opuso pero a él no le importó, igual me la obsequio- le digo esperando que su expresión cambie, pero no lo hace- Grecia solo es una parada, el Yate nos espera allí para llevarnos a la isla Isadora- espero a que ella diga algo, pero no lo hizo- Descuida solo serán dos semanas- la tranquilizo.

- Tu padre te regalo una isla - murmuro- ¿Por qué tu madre se opuso? -me preguntó, su mirada conectando con la mía, sus profundos ojos parecían poder ver mi interior.

-No le hizo gracia mis nupcias.

Ella sigue seria cuando me dice- Era ella la que quería que te casaras con ese hombre, ¿verdad?

-Ella siempre ha sido la más visionaria de los dos, no la culpo, es su naturaleza- respondo indiferente- además ella siempre desea lo mejor para mí.

Morgan se mantuvo en silencio, no me sorprendió en nada su silencio, parecía que la dinámica de Morgan cambiaba cuando está cerca de mí, se volvía reservada y distante, tal vez algo seca.

Cuando llegamos al hangar me impactó mucho ver a Morgan esperarme para con mucha delicadeza ayudarme a salir del auto, me escoltó todo el camino hasta el Jet privado.

-Ya está todo listo, señora partiremos en diez minutos- el piloto Sven Kohl se acercó para recibirnos- Sus maletas llegaron aquí hace unos treinta minutos- reportó.

-Muy bien Capitán Kohl abordaremos enseguida- a le anuncié al piloto.

- ¿No recuerdo haber hecho una maleta? -dice Morgan algo confundida, veo sus mejillas tomar un poco de color.

-No era necesario que la hicieras mi asistente se encargó de todo- respondí tratando de tranquilizarla, pero fue todo lo contrario sus mejillas se pusieron más rojas y parecía afligida, cualquier otra persona moriría por hacer un viaje de estos y mataría por hacerlo en mi compañía, pero allí esta Morgan con la oportunidad en sus manos y con una cara de miseria ¡Dios, era tan irritante!- Eres peor que un crío- le digo subiendo las escaleras, cuando estoy a punto de entrar al jet me percato que Morgan sigue abajo sin haberse movido ni un centímetro- ¿Qué crees que haces?- cuestiono, ¿acaso ella estaba haciendo un berrinche? Yo soy Elizabeth Humman no tengo por qué soportar este tipo de comportamiento, y menos de una adulta.

- Deberías ser más agradable, querida, ¿Por qué no me lo pides amablemente? – me dice con media sonrisa en los labios-Anda pídemelo con cariño- me insiste.

-Pedirte, ¿Qué exactamente? - mi tono era duro, era el mismo tono que hacía que mis empleados salieran despavoridos de miedo, pero Morgan ni se inmutó- Te aconsejo que no molestes- ya estaba molesta.

Morgan subió el resto hasta estar un peldaño debajo de mí, nuestras miradas se conectaron en un duelo silencioso.

-Pídeme que vaya contigo a la luna de miel de manera dulce, querida - me molestaba mucho la forma en que decía ¡querida! Era como si gruñera una maldición.

-No juegues conmigo Morgan no tengo tanta paciencia como parece, estás a punto de acabar con ella así que si no quieres conocerme por las malas es mejor que metas tu trasero a este avión y dejes de joderme, de lo contrario te arrepentirás- contesto a su provocación, mi semblante es serio, pero ella no cede, solo agranda su sonrisa.

- Elizabeth, si no eres dulce con tu amada esposa con quien más lo serás, me duele -fue lo único que dijo con su media sonrisa en los labios.

-Morgan – me doy cuenta de que pelear con ella solo retrasara más el vuelo y suspiro pesadamente- Mi amor – casi vomite esas palabras- Acompáñame, por favor, ¿me harías el honor de tu presencia? - le digo con un falso tono dulce, fulminándola con la mirada.

Morgan sonrió grandemente mostrando su perfecta dentadura- ¡Claro querida! – respondió feliz, paso a mi lado sin protestar.

Morgan Collings era una persona tan irritante e infantil, estoy empezando a replantearme haberme casado con ella y no con Devora, Morgan es alguien que yo no entiendo y eso no me gusta.

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