Capítulo 31

Les tomó unos minutos poder dejar de besarse, el deseo los quemaba y la ropa les estorbaba. Era una difícil situación para los dos, bueno, más que todo para Dereck, que estaba en su lugar de trabajo.

—No podemos... Aquí hay mucha gente —los interrumpió Alessandra, Dereck sonrió, porque ella parecía haber leído sus pensamientos.

—Quiero estar contigo, Alessa —dijo ronco—, pero esperaremos a que estemos solos.

—Hoy regresaba a Berlín. Fabrizio quiere que esté fuera unos días antes de volver a mi rutina aquí —le informó, acariciando su inexistente barba.

—Me imagino que por la situación de Alessandro no vas a regresar —la miró fijamente. Ella estaba más bonita que hace días. Su rostro volvió a tener su color y desprendía un delicioso aroma a mujer.

Alessandra, era su mujer.

—Igual debo irme. Fabrizio ya me había dado órdenes para hacerlo. Solo debo entregar el celular y...

Ella no pudo terminar, cuando las puertas de la enfermería fue abierta. Automáticamente, Dereck y ella se separaron
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