Dos días después, de haber enterrado a Thomas, Alessandra había regresado a Sicilia una vez más. Decidió no tener sus cenizas porque ella necesitaba tener un lugar al aire libre en donde poder hablar con él. Fue triste la despedida y lloró el día que lo recibió y el día que lo enterró. Agradeció enormemente la presencia de su familia... La mafia.Por primera vez, la habían apoyado sin causar más dolor a su vida. La Cosa Nostra rindió respeto a su primer amor y los aliados también. Conoció a los cinco hombres pertenecientes al Sacerdocio. Una organización de mafiosos que se unieron para tener el control de las calles de Europa. Nadie quería toparse con ellos. Solo que llegó un poco tarde la ayuda para ella. Fabrizio creó esa unión para evitar que más personas sufrieran lo que ella vivió. Él, era el fundador de esa organización, el segundo al mando era Kylian, líder de la mafia irlandesa, Nikolas, líder de la mafia griega, Sasha, líder de la mafia rusa, y Maksym, líder de la mafia pol
Alessandra comió bajo la atenta y fría mirada de Dereck. Ninguno se volvió a dirigir nuevamente la palabra y siguieron como si nada. Los días fueron pasando y veía las interacciones entre Sasha y ella. Estaba dolido y cansado. Alessandra era toda una dama y jamás permitió que el mafioso le pusiera una mano encima. Solo le dolía verla salir con él y disfrutar las citas. Justo el día antes de que terminara el tiempo que le habían pautado a que ellos salieran, Dereck tuvo que salir del país por razones personales. Alessandra suspiró y miró hacia el jardín de la mansión de Fabrizio. Ella ya no sabía a qué persona de la mafia pertenecía, solo estaba en cualquier lado y regresaba a su antigua casa a dormir. —¿Tan malo es vivir aquí? —le preguntó Kassia, sentándose a su lado.—Mi guardaespaldas tuvo asuntos personales que atender y se fue ayer en la mañana. No tengo quien me cuide y se me prohíbe salir de casa. Podría ser peor, pero ya las citas con Sasha se suspendieron —fue lo único bu
Alessandra tenía cinco horas en una base militar, rodeada de mucha gente uniformada. Su hermano estaba siendo interrogado sin ni siquiera dejarle tener un abogado. Para empezar, el abogado era Fabrizio, y para terminar, estaba hablando con alguien importante en la policía. Ella pidió que le permitieran ver a Antonella, quería saber por qué estaba acusando a Alessandro. Sabía que él era el culpable, pero jamás imaginó que abriría la boca. Tampoco había visto a Dereck y sí, ella tuvo la oportunidad de pensar en lo que le propuso, pero hacerlo renunciar a su vida y meterlo a la mafia... No era algo que le agradaba.Ella no tenía más rencores, las personas que la lastimaron ya no estaban. El amor de su hermano había regresado y su Thomas estaba con ella, pero no metería a alguien que parecía feliz con lo que hacía.Entró al lugar en donde estaban las celdas y vió a Antonella sentada en el suelo meditando.—Apareció la zorra menor. Eso quiere decir que Alessandro está preso —se burló—. M
Les tomó unos minutos poder dejar de besarse, el deseo los quemaba y la ropa les estorbaba. Era una difícil situación para los dos, bueno, más que todo para Dereck, que estaba en su lugar de trabajo.—No podemos... Aquí hay mucha gente —los interrumpió Alessandra, Dereck sonrió, porque ella parecía haber leído sus pensamientos.—Quiero estar contigo, Alessa —dijo ronco—, pero esperaremos a que estemos solos.—Hoy regresaba a Berlín. Fabrizio quiere que esté fuera unos días antes de volver a mi rutina aquí —le informó, acariciando su inexistente barba.—Me imagino que por la situación de Alessandro no vas a regresar —la miró fijamente. Ella estaba más bonita que hace días. Su rostro volvió a tener su color y desprendía un delicioso aroma a mujer.Alessandra, era su mujer.—Igual debo irme. Fabrizio ya me había dado órdenes para hacerlo. Solo debo entregar el celular y...Ella no pudo terminar, cuando las puertas de la enfermería fue abierta. Automáticamente, Dereck y ella se separaron
La vida había sido dura para Dereck y Alessandra. Cada uno tenía un saco de cicatrices, unas más fuertes que las otras, pero con un poco de cariño y paciencia, habían logrado avanzar. Sanar no siempre será fácil, pero cuando se quiere a alguien, se trata de hacer hasta lo imposible por ellos. Alessandra y Dereck se iban a casar a finales de año. Necesitaban un poco de tiempo para lograr planificar muy bien su unión. Dereck fue recibido en la mafia con los brazos abiertos. Todo el mundo en la organización sabía que él sería una pieza importante para las negociaciones con la ley. Para la sorpresa de Dereck, Alessandra decidió vivir en el Norte de Italia. Ahí había hecho nuevos recuerdos y había empezado su nueva vida con Dereck. Por respeto a la memoria de Thomas, el lugar que un día fue su hogar, lo cerró. Ella iba a verlo todos los domingos al cementerio, ya que, cuando él vivía, salían a citas ese día.Ella se había hecho unos estudios médicos porque no paraba de sentirse mal. Eso
Sinopsis:Alessandro De Santis, un hombre frío, cruel y despiadado. Había sido traicionado por la mujer que amaba. Asesinó a su familia por lastimar a su hermana y haría cualquier cosa, por la felicidad de su familia.Una tarde, saliendo de uno de los casinos de sus amigos, vió a una mujer que parecía pérdida. Estaba buscando ayuda para volver a su hotel, pero nadie se tomaba la delicadeza de hablarle. Alessandro, como buen caballero, decidió prestarle ayuda a la mujer, lo que no sabía, es que él estaba conociendo al pecado vestido de monja.Dos personas que no deberían haberse cruzado, se conocieron una tarde en Irlanda.*Este libro no tiene nada que ver con la historia de Alessandra y Dereck. Podrán verlos en apariciones especiales, pero han transcurrido algunos años, entre ese libro y este.*
Prólogo.Habían pasado dos años desde la última vez que Alessandro había visto a Antonella. Ella no había muerto en el momento que intentó acabar con la vida de su hermana menor, pero eso no le quitaba las ganas de acabar con ella con sus propias manos. Para la mafia, no importa de qué país fuera, le debías lealtad a todos y las mujeres eran sagradas. Una traición de parte de tu compañera y se acaba todo. Él esperó, pacientemente, a que ella quedara sola y atacó en silencio a su presa.¿Maníaco o psicópata? Las dos definiciones le quedaban bien. Capturó el autobús en donde trasladaban a Antonella, logrando que pareciera un accidente de tránsito. Las calles angostas las cerró y él descendió de su auto blindado. —Por favor... Tengo familia. No me haga daño —le rogó el chófer. Él miró al policía con desprecio.El único hombre uniformado que le caía bien era su cuñado. —No tengo nada que ver contigo —pronunció sus palabras.Antonella, al verlo caminar hacia ella, supo inmediatamente qu
La gente tenía una lista de personas con las que no quieres toparte. El primer lugar lo tenía Fabrizio y el segundo, obviamente, Alessandro. La diferencia entre ellos dos, es que, uno razonaba y el otro trabaja por impulso. Uno era cuerdo y el otro estaba loco, pero al final del día, ambos tenían sed de sangre. Por esa razón, la organización se mantenía en pie. Uno complementaba al otro. Alessandro amaneció con ganas de acabar con un cabo suelto y eso hizo. Por eso en su cabeza no le cabía la molestia de Fabrizio.—¡Asesinaste al militar, Alessandro! —le gritaba con furia—. ¿Sabes los problemas que nos va a traer eso? ¡Tenemos un jodido tratado de paz que debemos seguir! ¡Di mi palabra, maldición! —golpeó el escritorio.Fabrizio, al enterarse de lo sucedido, tuvo que volar rápidamente a Irlanda para saber qué pasaba por la cabeza del imbécil que tenía como mano derecha.—Espera un segundo, Fabrizio. No fue tan así —miró a Kylian y supo que estaba jodido—. Tu local es un bonito bar d