Capítulo 37: Cruda realidad

—Llegas tarde, Mónica. Supongo que estarás lista para recibir un castigo —Rafael se levantó de su escritorio.

La recién nombrada tragó saliva porque era la primera vez que le decía eso por llegar tarde. Cerró la puerta, y Rafael se acercó poco a poco.

—¿J-jefe?

Se quitó el cinturón con la intención de asustar a Mónica, pero de buena manera.

—Supongo que tendré que pegarte un poco —bromeó, su mirada seria parecía real.

Cuando llegó a la posición de Mónica, sus ojos se encontraron y ella se quedó paralizada porque tenía el corazón a mil. El miedo se había esfumado cuando recordó el beso que se dieron hace mucho.

—N-no…

Rafael dejó salir una carcajada.

—Querida Mónica, ¿por qué estás roja como el tomate? —Agarró su mejilla.

Ella no iba a admitir que se veía demasiado sexy luego de haber hecho eso. Rafael no tenía el saco puesto, y haberse quitado el cinturón casi la derritió por la sensualidad con la que actuó.

—E-esto es vergonzoso.

Jamás había balbuceado tanto en un mínimo m
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