DalilaLo que había pasado la noche anterior parecía un recuerdo realmente lejano para mí, la señora Victoria me había dicho que había tenido mucha fiebre y yo había amanecido cansada, pero poco a poco me iba mejorando. Lucas había venido a verme un par de veces y parecía realmente atento, su actitud había cambiado visiblemente y yo tenía esperanzas de que todo fuera mejorando. Todos parecían muy preocupados por mí y supongo que realmente estuve muy mal. A los pocos días, cuando me sentía ya bien, él me sorprende con una invitación, dice que vamos a cenar afuera. Yo casi temo hacerme ilusiones para que después vuelva el Lucas gruñón y controlador. Pero con todo y eso me coloco un vestido y lo espero, él parece entre pensativo y preocupado, por la tentación de preguntarle qué es lo que ocupa sus pensamientos. Me sorprendo cuando el señor Owens va por un lugar lejos de casa. Por supuesto que yo no recuerdo nada de la ciudad y observo todo atenta. Cuando el auto se detiene en una
Lucas— Ya llegamos, señor— me dice Owens, cuando aparcamos en la calle principal del pequeño pueblo a las afueras de la ciudad. Belle Harbor era un lugar simple y sencillo y yo casi podía entender por qué ella prefería estar aquí. Había poco ruido y era como si no sucediera nada significativo, en calma, y sin disturbios. Teníamos un plan bien marcado y lo habíamos empezado a seguir, yo tenía que encontrar pruebas de que había algo tramado, quién sabe desde cuándo y que Dalila había sido el objetivo. O al menos eso es lo que yo quería creer, una parte de mí pensaba que ella era inocente, mientras la otra me gritaba prácticamente al oído que… quizás ella sabía de todo esto y más y que era simplemente una cómplice. —¿Nadia Díaz? Me pregunta la enfermera del hospital, el único de este pueblo. — Así es, llegó hace de un accidente automovilístico y no recordaba su nombre— le comento mientras ella busca en la computadora. Es un pueblo realmente pequeño, ¿cuántas personas podrían
Tienes que entrar en el estudio y buscar algo que tenga información sobre mi padre. El bastardo de Lucas debe tener información que nos complique. Especialmente sobre el caso de Marsella. Todo lo que encuentres sobre ese caso nos sirve. Ten cuidado. Yo sé que puedes mi amor, mi Nadia. Y así pronto volveremos a estar juntos. Solo así podremos volver a tener nuestra vida juntos, como siempre debió ser. Te estaré esperando, te encontraré… cuando menos lo pienses. Ya lo verás Eso es lo que decían los mensajes que yo había encontrado en el celular la última vez que había revisado. No sé ni siquiera porque lo había hecho, estaba casi segura de que no iba a encontrar nada importante. Quizás una tonta parte de mí esperaba que él dijera otra cosa, tontas palabras de amor, que me extrañaba, que quería saber si estaba bien, si yo necesitaba algo. O simplemente que me iba a venir a buscar y tendríamos la vida que yo tenía ya un año soñando. Pero eso no iba a suceder, y yo empezaba a ha
Dalila—¡Los Hamptons señora! ¡Qué maravillosa noticia! Es realmente una alegría que usted y el señor salgan por un tiempo… necesitan un tiempo juntos— me decía la señora Victoria emocionada mientras me ayudaba a empacar. — Parece ser que es algo de negocios, todo indica que el señor Carter es un importante socio de mi esposo... — pero con todo y eso debo decir que estaba realmente emocionada, pensaba mientras seleccionaba alguna ropa. Yo pensaba llevar simplemente algunas pequeñas cosas. De mi vida cerca de la playa había entendido que lo importante era la comodidad, y en general ropas y prendas ligeras. Pero la señora Victoria había insistido en que una mujer de mi estatus e inclusive por los negocios... tenía que llevar un buen repertorio de ropa: vestidos, trajes de baño, sombreros, blusas y faldas. La primavera se acercaba y con ello el aumento de la temperatura, y ella decía que era el comienzo oficial de la temporada de los Hamptons. —Ufff ni me lo diga, el señor estuvo de
Lucas Dicen por ahí que se atrae más moscas con miel que con vinagre, y me costaba mucho entenderlo y sobre todo aplicarlo a mi vida. Pero me parecía que valía la pena intentarlo. Por supuesto que Octavio tenía razón. Odiaba que tuviera razón, pero como tal como entendí era mejor intentar entender a mi esposa, comprender lo que ella había pasado y ponerme en su lugar, y sin duda las cosas estaban resultando mucho mejor. No solo había mejorado su ánimo, sino que poco a poco habíamos empezado a establecer las primeras fases de la confianza. Desde el momento en que me acerqué a ella y le empecé a contar cosas de su pasado, y de quién era ella, todo había cambiado. Owens mismo me dijo que ya no la veía intentando escapar, y Victoria me comentó que estaba comiendo mucho mejor, tomando sus medicinas y en general... con una actitud diferente. No había sido nada fácil, honestamente yo quería echar a todo mi equipo de seguridad porque ella se había escapado, pero tarde o temprano me ha
Dalila— Vaya, vaya, pero miren quién está aquí… ¿Acaso no es mi querida hermana? Aquella que no contesta mis llamadas y no me presta la menor atención aún cuando yo me he comportado de muy buena manera con ella. ¿O me equivoco?— me dice Claudia en cuanto me ve. Demasiado para mi momento de felicidad. Había llegado a los Hamptons con mucha emoción, el lugar era tremendamente elegante y francamente, yo me sentí insegura… como si esto no fuera mi lugar, como si yo no tuviera derecho de estar aquí. Lucas y yo habíamos intentado hacer las paces y más allá del placer y de conocer un lugar nuevo, había un objetivo. Teníamos que obtener ayuda y aliados y yo tenía que ver si mi hermana y Ernest eran realmente culpables, o mi esposo estaba mintiendo. Pero mi hermana venía con toda la mala intención. Yo a estas alturas no entendía qué era lo que había hecho mal con ella, tenía que ver con mi pasado, pero para variar yo no tenía ni idea, no sabía y Claudia no parecía estar dispuesta a explic
Lucas Si yo pensaba que era suficiente malo estar aquí, con Claudia intentando meterles ideas en la cabeza a mi esposa, tenía que decir que casi que me caía sentado solo de ver al rubio estúpido de Ernest en el yate. Sabía que esto había sido una mala idea, yo prefería sin duda estar en tierra firme y no en el yate de este ridículo millonario, que parecía estar decidido a poner nuestras teorías a prueba de la manera más ruda y directa posible. — Carter, ¿era realmente esto necesario? ¿Tenías que traer a ese parásito aquí? Tenemos pruebas de que es un sucio dispuesto a hacer cualquier engaño para obtener lo que quiere, ¡tenías que invitarlo de todas las personas! Sin contar con la víbora de Claudia Ferrero— digo mientras camino de un lado a otro en la cubierta intentando hablar en voz baja. — Cuéntame Dantes, ¿qué querías que hiciera? ¿Que lo dejara en la oscuridad por allá, en la ciudad dispuesto y descontrolado, haciendo negociaciones para que su corrupto padre llegue al puesto
DalilaEn la mañana, me levanto sofocada, y me doy de qué estamos muy juntos, más de lo que deberíamos. Lucas es un hombre bastante grande y alto, y la cama quizás no es tan amplia, y terminamos pasando la noche pegados uno al otro. Yo me doy cuenta de que él está detrás de mí y me abraza con una mano, colocada sobre mi vientre. Por dios del cielo… su cuerpo se siente cálido y fuerte. Con cuidado de no despertarlo, me voy saliendo de su abrazo, y me quedo viéndolo mientras duerme. No parece ser el hombre gruñón de siempre, es como si en los sueños, está tranquilo, está en paz. Yo quiero salir y ver el mar mientras el día comienza. Me coloco una bata y salgo, hay un gran movimiento de trabajadores que hacen que esta especie de hotel flotante funcione correctamente, yo solo me apoyo en la baranda perdida de mis pensamientos cuando escucho una voz de alguien que se acerca a mí. Afortunadamente, no es ni mi hermana, ni Ernest a quien había visto a lo lejos y había hecho que todas mis d