—Rodrigo. —escucho que me llaman, pero la voz se siente temblorosa—. Despierta, no me siento bien.De repente abro los ojos al sentir una mano que se posa en mi pecho, pero no lo hago por el tacto sino por lo caliente que se encuentra. Se siente como lava ardiendo y es cuando me doy cuenta de que mi reina está bañada en sudor.—¿Qué tienes, amor? —pregunto con preocupación estando al borde de un colapso nervioso.—Tengo mucho frío. —logra decir mientras sus labios tiemblan sin control.Me levanto de la cama de un salto, la tomo entre mis brazos para llevarla al cuarto de baño. Su piel se encuentra enrojecida y es producto de la fiebre. La meto con cuidado en la bañera mientras esta se llena con agua fría.—Todo va a estar bien, amor. —entro con ella a la bañera, sentándome tras ella—. Verás que los voy a cuidar, los amo mucho y no quiero que nada malo les pase.—Tengo mucho frío amor. —dice con voz temblorosa—. Abrázame, por favor.Me quedo asombrado ante esa palabra, muchas veces ima
SabrinaCierro los ojos tratando de controlar los acelerados latidos de mi corazón. Cada vez que me encuentro cerca de Rodrigo suele pasar lo mismo, al principio me negaba a los sentimientos que estaban empezando a florecer en mi interior.Por más que me repetía que todo esto era solo un simple acuerdo y que no debía involucrar ningún tipo de sentimientos, se me hizo difícil. Y como no hacerlo si este hombre se desvive por atenderme, cuidarme y estar al tanto de todo lo referente a mi embarazo y mi estado de salud.Por otro lado, está Mauricio, a pesar de no tener ningún tipo de contacto con él y que no ha regresado a la clínica no puedo dejar de sentirme preocupada. Dejo esos sentimientos a un lado y me doy la oportunidad de disfrutar de este sabe beso, no que viene lleno de mucho amor. Las sensaciones que siento con este beso son totalmente diferentes a las que sentía al besar a Mauricio.—Te amo tanto. —susurra entre mis labios—. ¿Puedo tomar este beso como una respuesta afirmativ
Las horas pasaron y se fueron convirtiendo en días, los días en semanas y estas a su vez en meses. Según la cuenta que llevo en el calendario hoy mi hermoso bebe cumple 5 meses. Unos en los que se han experimentado altos y bajos, pero nada que no se pueda solucionar.No hay mucho que contar durante el transcurso de estos meses. Rodrigo está sumergido entre un mar de documentos, conferencias, correos y paren de contar. Decía que con el pasar del tiempo se iba a quedar sin trasero por tanto tiempo que pasaba sentado.Por otro lado, estaba el hecho de que había contratado guardaespaldas sin mi consentimiento. Eso me enfureció, pero cuando me dio sus verdaderos motivos me quede tranquila y el turno de molestarse luego fue el de él. Le conté sobre la persona que me estaba acechando desde la oscuridad esa vez. Desde ese entonces no he sentido ni visto nada extraño, puede que todo haya sido cosas de mi imaginación.Eran muchos los días que llegaba tan cansado que con solo recostar la cabeza
RodrigoCamino de un lado a otro esperando a que mi reina termine de arreglarse para ir a la fulana fiesta de aniversario. Por más excusas que puse para no asistir ella se encargó de confirmar nuestra asistencia.No he querido enfrentarme a mi tío a pesar de que tengo una gran cantidad de pruebas en su contra. He estado pensando mucho en decirle todo a mi abuelo, pero no quiero ser el causante de que le dé un ataque.—¿Qué te tiene tan pensativo? —me exalto al escuchar la voz a mi espalda girando para ver a mi hermosa mujer.—Es solo que no quiero ir. —me acerco para estrecharla entre mis brazos y unir nuestros labios en un beso apasionado—. ¿Sera que nos podemos quedar? —pongo mirada de cachorro regañado tratando de convencerla.—Sabes que no podemos faltar. Además, le prometí a tu abuelo que si íbamos asistir. —arregla el nudo de la corbata—. Mejor deja de ser infantil y vamos, se nos hace tarde.No discutí mas con ella porque hacerlo seria nadar contra la corriente y hacer que se p
Luego de que mi madre terminara de explicar todo lo que sabía referente a mi tío y desde cuando se habían enterado, finalmente, me encuentro tomando un trago de whisky al lado de mi mujer. —¿Te encuentras bien? —interroga queriendo saber el motivo de mi molestia. —Claro que si amor, no pasa nada. —dejo un tierno beso en su frente—. Es que estoy muy cansado por tanto trabajo, ya sabes. —Voy a hacer que te creo, no quiero discutir contigo por cosas que no tienen sentido para nosotros en este momento. —Así me gusta amor. —acaricio su vientre con cariño—. Nuestro campeón crece cada día más. No veo el momento de tenerlo entre mis brazos. —Falta poco para eso querido primo. —Joel palmea mi espalda—. Quien iba a pensar que mi primo estaría dominado por una pequeñez. —Cosas de la vida, primo. —me encojo de hombros—. ¿Será que podemos hablar un momento?
Joel Luego de charlar con mi primo me siento un poco mejor, tal vez necesitaba desahogarme con alguien. La sola idea de que su hijo también sea mío me llena de una felicidad extraña, no voy a negar que en un principio quise utilizarlo para poder cobrar la herencia de mi abuelo, pero después de escuchar los planes que tenia mi supuesta prometida, la idea no me convenció del todo. Nunca le quitaría un hijo a su madre y o por tener el control de la empresa familiar iba a cometer semejante bajeza. Ahora mas que nunca debo luchar por ellos y sobre todo por este amor que había querido negarme tantas veces. Quería agradecer a mi primo por sus consejos y por eso estaba a punto de advertirle sobre lo que Vanessa estaba planeando, pero no pude y fui interrumpido por un bullicio que tenia lugar en el interior de la casa. Ese en donde se estaba celebrando el aniversario de mis padres, uno que esta
RodrigoEscucho el ¡bang! de tres disparos sintiendo que la vida se detiene, me cuesta respirar, siento una fuerte presión en el pecho y un nudo se forma en mi garganta, la vista se me nubla. Caigo al suelo con Sabrina entre mis brazos, como puedo lucho para que su abultado vientre no golpee contra mi o el suelo y termine lastimando a nuestro campeón en el impacto.Gritos de desesperación se escuchan alrededor, intento ponerme de pie, pero el aturdimiento me lo impide.—¡Los mataste desgraciada! —escucho la voz histérica de mi madre—. Llamen a una maldita ambulancia, no se queden ahí parados.Hago nuevamente el intento de levantarme, pero mi madre me advierte con la mirada que no lo haga.Veo como un paramédico se acerca a Sabrina para prestarle los primeros auxilios.—Pulso muy débil, impacto
Las horas siguieron pasando y esta zozobra acababa con la paciencia de cada uno de nosotros. Cuando el médico se dio cuenta de que no me encontraba en mi habitación hizo un llamado por el parlante alertando a toda la seguridad de la clínica.Eso me costó un fuerte regaño por parte de mi madre, pero todo eso pasó a otro plano cuando mi abuelo la reprendió.Cuando el primer galeno salió del quirófano todos nos pusimos de pie a la expectativa de lo que esté diría.—El paciente se encuentra estable, las siguientes horas son muy importantes. —se retira la cofia que tenía en la cabeza—. Por ahora solo queda ser pacientes y ver como va evolucionando con el pasar de las