Rodrigo
Escucho el ¡bang! de tres disparos sintiendo que la vida se detiene, me cuesta respirar, siento una fuerte presión en el pecho y un nudo se forma en mi garganta, la vista se me nubla. Caigo al suelo con Sabrina entre mis brazos, como puedo lucho para que su abultado vientre no golpee contra mi o el suelo y termine lastimando a nuestro campeón en el impacto.
Gritos de desesperación se escuchan alrededor, intento ponerme de pie, pero el aturdimiento me lo impide.
—¡Los mataste desgraciada! —escucho la voz histérica de mi madre—. Llamen a una maldita ambulancia, no se queden ahí parados.
Hago nuevamente el intento de levantarme, pero mi madre me advierte con la mirada que no lo haga.
Veo como un paramédico se acerca a Sabrina para prestarle los primeros auxilios.
—Pulso muy débil, impacto
Las horas siguieron pasando y esta zozobra acababa con la paciencia de cada uno de nosotros. Cuando el médico se dio cuenta de que no me encontraba en mi habitación hizo un llamado por el parlante alertando a toda la seguridad de la clínica.Eso me costó un fuerte regaño por parte de mi madre, pero todo eso pasó a otro plano cuando mi abuelo la reprendió.Cuando el primer galeno salió del quirófano todos nos pusimos de pie a la expectativa de lo que esté diría.—El paciente se encuentra estable, las siguientes horas son muy importantes. —se retira la cofia que tenía en la cabeza—. Por ahora solo queda ser pacientes y ver como va evolucionando con el pasar de las
Antes de ira quedarme con mi reina lo primero que hago al salir de la clínica es legar a la casa para darme una ducha. Mientras el agua recorre cada parte de mi cuerpo no puedo evitar llorar. Las lagrimas se mezclan con el agua. Lo que más deseo que, así como se lleva la suciedad también lo haga con el inmenso y profundo dolor que siento.Esto es algo que no voy a superar nunca en la vida, sabia que era perder un ser querido, pero no lo que era perder a un hijo.«Duele como la mierda»Doy un fuerte golpe a la pared gritando en el proceso, quiero hacerlo hasta quedarme sin voz, este dolor que siento es destructivo y no tengo idea si pueda salir bien de esto.«—Debes ser fuerte por ti, pero sobre todo por ella. —reprende la voz de mi conciencia—, te va a necesitar fuerte para que la ayudes a salir de este inmenso dolor.»Me quedo otro rato más bajo la regadera y cuando sient
Escucharla gritar de manera desesperada me parte el alma en mil pedazos. Me acerco a ella para estrecharla entre mis brazos y tratar de contener su dolor.«Nuestro dolor»—Sé que duele mucho amor, pero debemos ser fuertes. —acaricio su espalda con ternura sin poder evitar llorar junto a ella—. Todo va a estar bien.—No va a estar bien, ¿Cómo voy a seguir adelante sin mi pequeño? ¿Cómo hago para soportar el dolor de esta pérdida Rodrigo? —de un momento a otro comienza a gritar con tanta desesperación perdiendo por completo la razón. El doctor tuvo que intervenir y llamar a una enfermera para que le aplicara un sedante.—Es mejor que duerma, no es fácil poder asimilar una pérdida como esta. —dice el doctor con voz entrecortada—. De seguir así vamos a tener que internarla, probablemente pueda atentar contra su vida.—Eso no lo podemos permitir.—Ella está en buenas manos, no se preocupe.Finalmente, se quedó profundamente dormida y aprovecho el momento para hablar con el doctor, este me
(3 meses después) Noventa días llenos de cambios y muchos de ellos han sido positivos por así decirlo. La empresa ha evolucionado a grandes escalas, sigue siendo la número uno a nivel mundial. Trabajar sin descanso por todo este tiempo va a pasar factura en cualquier momento, pero la satisfacción es incomparable cuando logras todas las metas propuestas. Justo ahora que estamos recibiendo un gran reconocimiento es que me doy cuenta que todo el esfuerzo y sacrificio se lo debo en gran parte al apoyo que he tenido de mis padres, abuelo, primos y hasta la madre de estos. Referente a Vanessa y mi tío se puede decir que están pagando con creces por todas sus fechorías. No esperaba menos del sistema de justicia. Mi suegro se encuentra en excelente estado de salud y ahora se encuentra viviendo en una pequeña casa que compre cerca de nosotros. No quise que estuviera tan aleado de mi reina, su presencia le hace bien y estoy gratamente agradecido por la gran ayuda que le dieron en el centro
Sabrina Reponerme de la devastadora perdida de mi bebe fue terrible, estuve a punto de caer en un estado depresivo tan profundo que casi pierdo la razón. En un principio no quise terapias ni medicinas, solo quería ser consumida por el dolor hasta terminar al lado de mi pequeño. Con el pasar de los días entre el doctor y sus asistentes me ayudaban a afrontar esta cruel realidad. Fueron días de agonía donde me la pasaba la mayor parte del tiempo llorando sin descanso o hasta que los somníferos hacían su efecto. Con el tiempo comprendí que no serviría de nada echarme a morir, tenía que seguir viviendo por él, mi pequeño tesoro que me había dado la felicidad más grande del mundo. El no merecía que su partida terminara con la mía, debía seguir luchando y es por ello que en un día como otro me levante con la esperanza de seguir adelante y vivir por los dos. Todas las noches le pedía que de d
Rodrigo «¿Mauricio apareció?», cierro los ojos para tranquilizar el terrible miedo a que ella quiera regresar nuevamente junto a él. No creo que a estas alturas del partido todo lo que hemos construido con tanto esfuerzo se vaya al carajo en un abrir y cerrar de ojos. Lucho con mi yo interior para tranquilizar todas las cosas negativas que pasan por mi cabeza y que se encuentran a punto de estallar. —Tranquila amor. —digo esas palabras mas para mi que para ella—. ¿Quién te llamo para darte la noticia? —Fue el doctor Brockmann. —dice con voz temblorosa—. Me dijo que lo habían trasladado desde otro lugar y que necesitaba de mi presencia, pero… —Yo te acompaño amor, sabes que estamos juntos en las buenas y en las malas —ofrezco para que se sienta mas tranquila—. Así que vamos. —Pero la familia. —pregunta con la preocupación retratada en la mirada. —Luego le escribo a mama para que les informe. —aprieto su mano pa
SabrinaEstando al lado de la cama de Mauricio siento que una gran tristeza me embarga, verlo así me parte el corazón en pedazos. En las tantas veces que imaginé nuestro reencuentro nunca pensé que sería de esta manera.Volteo para ver a través de la ventana de vidrio que se encuentra a mi espalda para verificar si Rodrigo sigue parado, pero siento un gran alivio al darme cuenta de que no está y lo más seguro es que se fue con el Dr. Brockmann.Seguro ha de estar imaginando que con la llegada de Mauricio las cosas entre nosotros van a cambiar. Claro que habrán cambios, pero no los que él se ha de estar imaginando.Con el pasar de estos meses me di cuenta de que lo que sentía por Mauricio no era realmente amor, más bien creo que era una gran admiración por todo el apoyo que me brindó en su momento y eso a la falta de amor que te puede dar una pareja fue lo que tal vez llegó a confundirme. Con esto no quiero decir que no lo amo, estaría de más decir que existen muchos tipos de amor y el
RodrigoLos días siguieron pasando y con ello muchas experiencias. Desde que estuve por primera vez con mi hermosa reina me siento como en las nubes. Es tanta mi felicidad que no he podido concentrarme en mi trabajo, hasta mi secretaria se burla de mi por ser un tonto enamora do y trajo a colación aquellas palabras que n día me dijo.FlashbackLuego de que Vanessa se retirara de mi oficina me ha quedado un vacío terrible, no lo digo por extrañar su compañía si no por el hecho de que nunca voy a tener ese sentimiento que tanto pregonan las personas que conozco.—¿Por qué tan pensativo joven? —irrumpe Francia en mi oficina con unas carpetas en la mano—, o me diga que ya extraña a la señorita si apenas acaba de irse.—Nada de eso Francia, yo no creo en eso del amor. —me recuesto a la silla para estar más cómodo.—Solo le voy a decir unas palabras que mi madre siempre decía. —camina hasta sentarse al otro lado del escritorio—. “Nunca digas de esta agua no beberé” y espero seguir trabajand