Luego de compartir varias horas con mi padre, las cuales aprovechamos dando un pequeño paseo por los jardines de la clínica y me preguntara por su adorada Sonia, me encuentro despidiéndome de mi viejito lindo.Por más que quería llevarlo conmigo fue imposible, primero porque me encontraba en una supuesta luna de miel y segundo que él aún se encuentra en proceso de recuperación. Aunque ya se encuentre fuera de peligro, debe seguir con las indicaciones de su médico tratante.Con el galeno tuve una gran conversación entre colegas, le comenté sobre todos mis miedos a que existiera la posibilidad de que el tumor hiciera una nueva aparición. Este me aseguró que no tenía nada de que preocuparme, habían extraído el tumor en su totalidad y con las sesiones de quimio y radio todo estaba controlado.
Estando en el interior del Jet, Rodrigo me indica que tome asiento en los pestos que se encuentran cerca de la puerta de la habitación que posee el avión. Mientras lo hago me da una mirada que me indica que todo estará bien. Luego se gira sobre sus talones para acercarse a la cabina del piloto para conversar con él.Mientras espero saco mi celular para ver una de las fotos que me tomé junto a papa durante la visita que le hice los días que fui a visitarlo. Me llena de gran alegría el verlo totalmente sano y fuera de peligro.Cierro los ojos para agradecer a Dios por el milagro que me ha concedido, en algún momento había perdido las esperanzas de que algún día todo cambiaria, pero ahora me doy cuenta de que solo hay que mantener la fe y ser paciente.De repente siento que acarician mi mejilla y me sobresalto por el tacto.—Tranquila, no hay necesidad de que te asustes. —Rodrigo me regala una pequeña sonrisa que no se ilumina en su rostro—, tampoco soy tan feo, ¿verdad?—No digas esas c
Rodrigo Los días pasaron y con ello una gran incertidumbre, por más que quise tratar de ahogarme en trabajo, no podía concentrarme en lo que estaba haciendo.Primero fue por lo que le había pasado al abuelo, ni él ni mi madre quisieron decir una palabra sobre lo que había sucedido. Para tranquilizarme me dijeron que todo se debía a su enfermedad, una de la cual ya tenía conocimiento, pero me hice el desentendido y por eso hice mi gran actuación al momento de que ellos se dignaran a decir la verdad. En nuestra conversación le dije sobre lo que sospechaba y mi abuelo negó rotundamente que Joel tenía que ver con lo sucedido. Que por más que yo insistiera estaba haciendo acusaciones sin fundamento.Finalmente, tuve que dejar ese tema zanjado porque ellos no quisieron decir nada más y yo no era quién para exigir explicaciones
Sabrina—¿Estas seguras de lo que dices? —interrogo asombrada de lo que me cuenta Laura—. Asegúrame que no son inventos.—Tan segura como que empecé a salir con… —hace silencio dándose cuenta de que estaba a punto de cometer una imprudencia—. Bueno, seguro y confirmado por estos ojos que se han de comer los gusanos.—Es que no entiendo como pueden pasar este tipo de cosas durante mi ausencia. —niego con resignación—. A todas estas ella se estaba creyendo la dueña y señora de la clínica, pero paso que se le calló todo. Después de todo, ¿Quién es la mujer que le arranco las extensiones a Tania?—Dicen las malas lenguas. —se tapa la boca para contener la carcajada y sabiendo que ella es parte de ese club—, que es la novia que tenía desde hace tiempo, pero por alguna razón se tuvieron que separar. Al parecer es porque ella también es médico y para ella era primero su profesión. Después de todo…No termina de hablar porque fue interrumpida por la voz chillona de la susodicha que anda con u
Oficialmente, he terminado la guardia. Tomo asiento junto al banco que se encuentra cerca de los casilleros. Recuesto la cabeza a un costado de la pared cerrando mis ojos para descansar un momento.Cada día mi cuerpo se siente más agotado y creo que voy a tomar en consideración las palabras de Rodrigo. Al principio tuvimos nuestra primera discusión y todo porque quería exigirme que dejara de trabajar tantas horas. Alegando que no le hacía bien al bebe y por ende a mí también.Yo como una testaruda que le gusta llevar siempre la contraria, no le hice caso y ahora, estoy asumiendo las consecuencias de mis actos.Acaricio con ternura mi vientre tratando de imaginar lo mucho que va a empezar a crecer si sigo comiendo de est
RodrigoComo era de esperar no perdí tiempo y salí lo más rápido que pude de la empresa. Tenía ansiedad en saber qué pruebas había encontrado el investigador y sobre todos quién era la persona implicada en ello.En menos de lo que esperaba me encuentro aparcando el auto en el lugar acordado. Antes de ir al interior saco el celular para llamar a mi reina, pero como todos los intentos anteriores, este también fue fallido.Lo más seguro es que se quedó sin batería, últimamente anda con la cabeza vuelta un lío, pero voy a tener que regañarla.Con resignación lo guardo en el bolsillo de mi saco e ingreso al restaurante. Cam
Lo primero que hago al llegar a la clínica, es estacionar el auto en el primer puesto que logro visualizar. Veo con desespero la hora en mi reloj y creo que he llegado un poco tarde.No pierdo la esperanza de que mi reina aún se encuentre en el interior del recinto. Al entrar me encuentro con no de sus amigos, creo haberlo visto conversar con mi prima en una ocasión. Una loca idea se cruza por mi mente, pero la dejo a un lado para hacerme cargo de lo que realmente me interesa en este momento.Camino a grandes zancadas hasta llegar a su lado.—Buenas noches. —saludo con amabilidad—. ¿Sabes si Sabrina aún se encuentra en la clínica?—Creo que ya se fue. —mira la hora en su reloj—. Si te das prisa tal vez la encuentres en la parada de buses —se encoge de hombros y se marcha así sin más.«Que idiota es este hombre»Giro sobre mis talones para salir con pasos apresurados. Quería ir a pie, pero de un momento a otro comienza a llover y creo que sería mucho mejor ir en el auto de una vez.Al
—Rodrigo. —escucho que me llaman, pero la voz se siente temblorosa—. Despierta, no me siento bien.De repente abro los ojos al sentir una mano que se posa en mi pecho, pero no lo hago por el tacto sino por lo caliente que se encuentra. Se siente como lava ardiendo y es cuando me doy cuenta de que mi reina está bañada en sudor.—¿Qué tienes, amor? —pregunto con preocupación estando al borde de un colapso nervioso.—Tengo mucho frío. —logra decir mientras sus labios tiemblan sin control.Me levanto de la cama de un salto, la tomo entre mis brazos para llevarla al cuarto de baño. Su piel se encuentra enrojecida y es producto de la fiebre. La meto con cuidado en la bañera mientras esta se llena con agua fría.—Todo va a estar bien, amor. —entro con ella a la bañera, sentándome tras ella—. Verás que los voy a cuidar, los amo mucho y no quiero que nada malo les pase.—Tengo mucho frío amor. —dice con voz temblorosa—. Abrázame, por favor.Me quedo asombrado ante esa palabra, muchas veces ima