Alexa
Veo como se aleja Pierre, lo sigo con la mirada hasta que se encuentra con una mujer rubia muy bella, alta y elegante, ¿será su novia? Él le sonríe mientras le habla y ella lo mira de una manera muy dulce. Extrañamente me incomoda la situación. Pero no puedo apartar la mirada hasta que pasan a una zona que no tiene acceso a la vista del público. Me llevo el trago a la boca y sin pensarlo me tomo lo que queda. Cassandra que no se ha perdido ni una pizca de mis reacciones me dice:
—¡Suéltalo, Al!
—Qué quieres que suelte Cass —le respondo.
—Pues lo que estás pensando, te has quedado absorta viendo como nuestro recién estrenado amigo se aleja, y ni que decir de tu cara cuando se encontró con la rubia.
Hago una señal al chico de la barra para que me sirva otro trago.
—No pienso absolutamente nada, Cass, y no lo estaba viendo, sólo estoy disfrutando del ambiente —le digo demasiado rápido y ella no se perdió ese detalle.
—¡Después de vieja mentirosa! —exclama riéndose—, vi las miradas que se daban y también vi cómo se te fueron los ojos mientras él caminaba, es más —dice acercándose más a mí, mirándome directamente a los ojos—. ¿Los tienes aún? Porque creo que se te fueron hasta la otra habitación —se carcajea.
—Pues como siempre, estas imaginando cosas, no sé de qué hablas.
—Engañarás a todo el mundo con tu fachada de fría señora de negocios, Alexa —me dice Cass con voz seria—, pero a mí definitivamente ¡no! —expresa con desespero.
—Cass, déjalo hasta allí. No pasa nada, simplemente me pareció un tipo atractivo, nada más.
—¿Nada más? Por dios Alexa, estabas babeando, bueno tengo que admitir que tu sola no —se cruza de brazos y pone una mano en su barbilla mientras me dice intrigada—, él también se vio bastante interesado en ti.
—¡Sí hablas tonterías! —exclamo—, ¡por Dios, sólo quiso ser cordial! —luego de una pequeñísima pausa le digo—. Puedo decir lo mismo, además —señalo—, con quien más hablo fue contigo.
—¿Celosa? —suelta una carcajada—. ¡Pues claro que hablé! Si a ti te comieron la lengua los ratones, sin embargo, debo celebrarlo, alguien por primera vez deja sin palabras a Alexa Gupalova —se ríe sonoramente, mientras toma tranquilamente su trago.
—¿Y qué me dices de la cena?, nos invitó a las dos, así que no hay ningún interés en mí —digo con sorna.
—Ay, mi querida hermana, a veces eres tan ingenua, por supuesto que nos invitó a las dos, con la clara intención que vayas tú sola.
—Pues si no vamos las dos, no hay trato, simplemente no voy —expreso tajantemente.
—Por dios, deja la mojigatería, ya estás grandecita, la decisión es simple, si llama vas a la cena y punto, además aquí la experta en negocios eres tú, lo mío son las relaciones públicas —alega—. Como las que voy a hacer ahorita, allá viene mi amigo Edgar, el que me regaló las entradas VIP, es demasiado bello, me gusta y sé que le gusto, pero es demasiado tímido —termina de tomarse su trago y se acomoda nerviosa su vestido.
Veo venir al amigo de Cass con otro hombre, ambos parecen salidos de GQ Magazine, elegantemente trajeados, uno con aspecto latino y el otro claramente americano, sus rostros me parecen conocidos, pero no logro ubicarlos, hasta que están cerca y los reconozco, me voleo y la miro incrédula:
—¡Por dios Cass! ¡Desde cuando eres amiga de actores! —le susurro al oído—, ¡me quiero morir! —río sonoramente, pareciendo adolescente.
—Para que veas que yo también te puedo dar sorpresas —me responde riéndose.
Pienso que, en este lugar tan exclusivo, no me debería extrañar ver a personas de todos los círculos sociales.
Edgar se dirige directamente a Cass y la saluda con alegría, veo su cara y ella está literalmente embobada con él.
—Hola cariño, me alegra que hayas podido venir —la abraza y le da vueltas en el aire, mientras le estampa un sonoro beso en ambas mejillas, luego se dirige a mí y se presenta—. Hola soy Edgar, tú debes ser Alexa, Cass me ha hablado muchísimo de ti —suelta mi mano y palmea el hombro de su acompañante—. Chicas, les presento a mi amigo Channing.
El amigo de Edgar nos saluda muy risueño, pronto los cuatro nos sentimos muy a gusto y entablamos una conversación muy animada llena de anécdotas y trivialidades.
Entre los tragos y la conversación, me olvido por momentos del hombre de ojos azules más impactantes que he conocido.
De repente las luces de todo el recinto se apagan y escuchamos cómo anuncia el show de inauguración del Club Privilege, la sorpresa de la noche es que el DJ es David Guetta, uno de los productores de música más cotizados, ubicándose en el año según las revistas especializadas como el mejor DJ del mundo, es quien va a amenizarla. Con un gran espectáculo de luces se inicia su presentación, increíble que, durante un poco mas de cuarenta minutos hemos disfrutado de gran parte de sus éxitos, todo el público está emocionado bailan a su son sin parar. Sinceramente una delicia de espectáculo.
Pierre
Kathie y yo llegamos al camerino de David, veo como está relajado, raramente escuchando música clásica, enseguida se para y me abraza.
—Mi querido amigo —exclama con alegría—. Quería agradecerte personalmente todas tus atenciones antes de empezar el show.
—No hay por qué David, ¡lo mejor para el mejor! —digo correspondiendo al abrazo de mi amigo.
David saluda a Kathie con cariño, hace mucho tiempo que nos conocemos, y es que, a pesar de ser uno de los mejores DJ del mundo, es un hombre sencillo, de buen carácter, amante de la música y del vino, tratamos que esté lo más cómodo posible. Le trajimos una gran mesa de quesos y frutas. Él ha sido quien ha estado en las inauguraciones de los otros clubes, dice que es mi amuleto de la suerte.
Compartimos un rato de amena charla antes de despedirnos, pronto le toca hacer su show. Cuando salimos del camerino, tomamos rumbos distintos, ella se dirige hacia la zona de empleados y yo me voy a la zona de las cámaras.
Mientras camino, meto la mano en mis bolsillos y me topo con la tarjeta de Alexa, la miro con detenimiento, respiro hondo y exhalo despacio, intentando liberar la presión que se me acumula de sólo pensar en ella, miles de fantasías asaltan mi cabeza pensando en cómo tomar sus labios, en cómo estrecharla contra mi cuerpo y que sienta lo mucho que me atrae, tenía mucho tiempo sin sentirme atraído por una mujer de la manera como me atrajo ella. No quiero parecer desesperado para llamarla mañana mismo, pero sí quiero hacerlo lo más pronto posible, me parecía irracional la reacción que ejercía en mí, pensé que sólo pasaba en las novelas que leía mi hermana.
Voy hasta la sala de cámaras y veo cómo los muchachos controlan todo, hay vigilancia en cada uno de los puntos para garantizar la seguridad. Me siento en mi escritorio y desde mi pantalla empiezo a ver sin mirar nada en específico, hay mucha gente, sería un milagro si logro divisar a Alexa entre tanta gente.
Van cuarenta minutos de show, estoy relajado viendo las cámaras con mi whisky en mano, cuando una de ellas que están proyectadas hacia la barra me da una visión rápida de Alexa, mi suerte no puede ser mejor, enfoco la cámara desde el máster, y veo a su amiga también, se ve que están disfrutando, pero también noto a dos personas más con ellas. No me gusta, me invade una sensación de territorialidad, suena machista, no suena a mí, nunca he sido así, pero Alexa despierta mis más bajos sentidos. Dejo la oficina y me dirijo hacia el sitio donde los he visto.
Llego hasta dónde están y la veo contorneando las caderas al son de la música, que movimientos tan sensuales, mi cuerpo reacciona inmediatamente alimentando las fantasías en mi cabeza, canta y se ríe en complicidad con su amiga. Decido lanzarme y llegar hasta ella, no sé de donde me sale el impulso, pero me arriesgo.
Le llego por detrás, la tomo por la cintura con firmeza, ella da un respingo y se voltea, nos quedamos mirando, el mundo se esfumó para nosotros, nos sentimos como en una burbuja, ninguno de los dos dice nada. De repente se apagan las luces y los fuegos artificiales retumban.
Me aprovecho de la situación y le rozo los labios. Me acerco a su oído y le digo:
—Miércoles ocho de la noche en el Chicago Cut Steakhouse —aspiro su olor y me alejo rápidamente sin darle tiempo a reaccionar
Al finalizar la inauguración del Club, fuimos a comer algo cerca, entre risas y anécdotas comimos lo mejor de chicago, comida rápida, increíble que este par de bellezas masculinas fueran tan sencillos que no les importa comer donde sea mientras la pasan bien. Realmente fue una agradable compañía, luego de cenar nos despedimos del amigo de Cass y quedamos para almorzar los cuatro el sábado.Nos fuimos directamente a mi apartamento, siempre que salíamos nos turnábamos donde quedarnos para que ninguna de las dos manejara sola en la madrugada. Simple prevención.Al día siguiente nos vimos para almorzar, pasamos la tarde entre risas y comida, bromeábamos porque ellos decían que por primera vez veían a un par de mujeres disfrutando de una comida que no fuera ensalada.Ellos estaban de paso por Chicago, y resulta que Edgar era amigo de la infancia de Cass por lo que
AlexaPierre se coloca detrás de la silla y la saca para que tome asiento, él lo hace frente a mí, me mira a los ojos y me dice:—Estas hermosa hoy, Alexa.—Gracias —le contesto—, quería agradecerte el detalle de las calas.—No hay nada que agradecer —responde—, sin embargo, me gusta el significado que tienen las flores y el de las calas, en el clásico lenguaje victoriano y la antigua Grecia, representan el reconocimiento a la pureza, la inocencia y la magnífica belleza de la mujer a la que se le envía.Su forma de decirme el significado de las flores, me hizo sonrojar. A pesar de sentirme nerviosa, trato de relajarme, su mirada me escruta, sus ojos me dicen que le gusta lo que ve, yo le devuelvo la mirada y detallo sus facciones, parecen esculpidas por dioses, su barba incipiente y bien cuidada le da un a
AlexaEntro al apartamento por inercia, me hice de todo mi autocontrol para no llamarlo y pedirle que regresara y así poder saciar mis ganas de él, ese beso tenía todo lo que anhelaba, lujuria, pasión, fuerza, necesidad, despertó en mi un deseo dormido y fuera de control, si eso lo lograba con sólo un beso, ¿cómo sería estar en la cama y hacer el amor con él?La parte racional de mi cerebro comenzó a funcionar, era una completa locura, este tipo de cosas pasan sólo en las novelas, no en la vida real. Siempre he pensado que todo lleva su tiempo, sé de personas que tienen química inmediatamente al conocerse, pero sentir lujuria y deseo a primera vista me ha parecido inauditamente imposible.Pero lo que es innegable, es que pude sentir como mi cuerpo reclamaba el suyo, se acoplaba tan bien mientr
AlexaHa sido maravilloso sentir sus manos recorriendo mi cuerpo, me ha hecho sentir viva de nuevo, aun me siento en una nube del orgasmo que me ha dado con sus dedos. Ha sido muy intenso.A pesar que siento mis piernas desfallecer, sus fuertes brazos me sostienen. Sus caricias no paran. Siento en mi vientre la señal que está completamente excitado.—Mon amour, Je te veux tellement —sigue susurrando Pierre en mi oído mientras sus manos siguen acariciándome—. No puedo esperar para estar dentro de ti.—Hay demasiada ropa entre nosotros, Pierre.Mis manos fueron directo a los botones de su camisa, mientras se los desabrochaba nos miramos a los ojos, tenía un pecho perfecto, mis manos le acariciaron, mientras él lanzaba un gruñido de placer, la camisa cayó en el piso, nuevamente su boca estaba sobre la mía, mientras sus caderas y
Tomé un taxi, accioné como una autómata al darle la dirección de donde quería ir, y cuando volví en mí, estaba frente al edificio donde vivías Cass, miré el reloj, apenas eran las ocho de la noche, ¿cómo había pasado tanto en tan poco tiempo?, me deje llevar, fue mi única respuesta.Bajé del taxi y me encaminé hacia el apartamento, aún estoy aturdida por todo lo que había pasado, entro y el portero me saluda, le correspondo y me dirijo al ascensor, miro mi aspecto en el espejo, me arreglo el cabello y trato de alisar mi ropa, me siento nerviosa y alterada.Toco el timbre y oigo los pasos de Cass y el ruido de la puerta al abrirse.Cass me mira y enseguida se da cuenta que algo no va bien, me conoce demasiado.—Alexa, ¿qué pasó?, ¿qué tienes? —abre la puerta y me deja pasar.Entro
PierreQuedarme desnudo en medio de mi oficina no era una opción, no era lo que tenía en mente, pero sucedió. Ver a Alexa vestirse me dejó paralizado, quería retenerla, pero no sabía cómo. No me dejaba hablar, la veía recogiendo su ropa y caminar de un lado a otro mientras hablaba, ¿se sentía arrepentida? ¿Algo le habría molestado?Aunque sentí su entrega, su cuerpo fundirse con el mío, su boca recibiéndome con pasión desenfrenada, no puedo explicar qué le pasó simplemente salió de la oficina dejándome desconcertado.No podía correr detrás de ella, aunque quisiera. La vi demasiado turbada.Me vestí rápidamente, quería salir de la oficina. Todo allí olía a ella, me fui directo al Club, necesita despejarme
Ver salir a Pierre de la oficina de esa manera generó un silencio extraño, la primera en romperlo es Cass con una estruendosa carcajada.—Vaya que el francesito salió mandón —dice Cass riendo.Yo aún sin poder articular palabra, miro a Cass con fijación y de repente estallo en carcajadas como una loca, me río tanto que se me salen las lágrimas.Cass, quien al principio se me quedó mirando con extrañeza ante la reacción, se une a mí, y reímos ambas como hace tanto tiempo que no lo hacíamos.—Si el francés ha logrado hacerte reír de esa manera, es mi nuevo héroe —dice Cass riendo aún.—Ciertamente es un mandón —digo—. Y no va a ser tu héroe Cass, simplemente me causó gracia su actitud, no hagas rollo de la nada.—Sí, claro —dice Cass eleva
Despierto con calor, y todo el cuerpo adolorido, sonrío al recordar toda la lujuria y pasión desenfrenada que tuve con Pierre, nos dormimos muy tarde, su mano descansa en mi cintura y estamos enrollados con las piernas, necesito ir al baño, pero no quiero despertarlo, se ve realmente hermoso dormido.Me fijo en el reloj de la mesa de noche, son las seis de la mañana, trato de zafarme con delicadeza, pero me agarra con más fuerza apretándome más hacia él, me río en silencio mientras lo observo. Sus facciones relajadas me llenan de tranquilidad y de un extraño sentimiento, amanecer a su lado ha sido toda una experiencia.—En la vida no hay nada más gratificante que despertarse siendo observado por una hermosa mujer —me habla con los ojos aún cerrados.Yo me carcajeo ante su ocurrencia.—Buenos días —contesto.—Buenos días, m