Ver salir a Pierre de la oficina de esa manera generó un silencio extraño, la primera en romperlo es Cass con una estruendosa carcajada.
—Vaya que el francesito salió mandón —dice Cass riendo.
Yo aún sin poder articular palabra, miro a Cass con fijación y de repente estallo en carcajadas como una loca, me río tanto que se me salen las lágrimas.
Cass, quien al principio se me quedó mirando con extrañeza ante la reacción, se une a mí, y reímos ambas como hace tanto tiempo que no lo hacíamos.
—Si el francés ha logrado hacerte reír de esa manera, es mi nuevo héroe —dice Cass riendo aún.
—Ciertamente es un mandón —digo—. Y no va a ser tu héroe Cass, simplemente me causó gracia su actitud, no hagas rollo de la nada.
—Sí, claro —dice Cass eleva
Despierto con calor, y todo el cuerpo adolorido, sonrío al recordar toda la lujuria y pasión desenfrenada que tuve con Pierre, nos dormimos muy tarde, su mano descansa en mi cintura y estamos enrollados con las piernas, necesito ir al baño, pero no quiero despertarlo, se ve realmente hermoso dormido.Me fijo en el reloj de la mesa de noche, son las seis de la mañana, trato de zafarme con delicadeza, pero me agarra con más fuerza apretándome más hacia él, me río en silencio mientras lo observo. Sus facciones relajadas me llenan de tranquilidad y de un extraño sentimiento, amanecer a su lado ha sido toda una experiencia.—En la vida no hay nada más gratificante que despertarse siendo observado por una hermosa mujer —me habla con los ojos aún cerrados.Yo me carcajeo ante su ocurrencia.—Buenos días —contesto.—Buenos días, m
Ya casi es la hora de la cena, ordeno todo y voy a refrescarme, quiero estar lista para cuando llegue Pierre, aún pienso en la llamada, espero me cuente.A mi celular llega un mensaje, al verlo sonrío, es Pierre que me anuncia que ya está en el estacionamiento esperándome. Le contesto rápidamente que ya lo alcanzo.Bajo con rapidez para encontrarme con él, al verlo no puedo evitar correr a sus brazos en un impulso, realmente me emociona verlo, el me recibe con los brazos abiertos y me da un apasionado beso no apto para menores de edad, un beso donde siento que me entrega el alma y yo le correspondo.Cuando nos separamos nos falta el aire, ambos reímos y el primero en decir algo es él—¿Me extrañaste?—Tanto como tú —le digo con coquetería.—Vamos, que una suculenta cena nos espera, mon amour.Nos montamos en el auto y el trayect
Pierre Haberle contado a Alexa parte de mi vida fue revelador hasta para mí, no me había abierto nunca con nadie en ese sentido, ahora me sentía más relajado con respecto a ella, veía como a través de mi relato ella mantenía interés y curiosidad, cuando al fin terminé, esperaba cualquier reacción de su parte menos el silencio.Un silencio que tensaba el ambiente, ella se veía en shock, empecé a preocuparme por lo que le dije:—Dime algo, Alexa, por favor —la angustia se reflejaba en mi voz.Alexa me veía a los ojos de una manera que pareciera que quisiera traspasarme, nuestras miradas se conectaron como si quien realmente hablara fuera el alma, no sé si fueron segundos, minutos u horas, pero había algo en ella que me decía que quería decirme algo importante también, esta
AlexaDesperté desorientada, por un momento no recordé donde estaba, y mi cuerpo se tensó inconscientemente. La calidez del cuerpo de Pierre en mi espalda me calmó enseguida. Su abrazo se hizo más fuerte, acercándome más a su cuerpo, ¡como si fuera posible!, sus manos empezaron un suave y lento recorrido por mis muslos, que hizo que toda mi piel se erizara.Sentí una oleada de deseo, una sensación placentera recorría mi vientre y me hizo gemir. Mi cuerpo se movía en círculos contra su piel. Su miembro duro rozaba mis nalgas, sus manos recorrieron mis pechos, los masajeaba con firmeza, mis pezones estaban tan duros que dolían, las ansias de tenerlo dentro de mí se hicieron más fuertes, mi cuerpo se movía en sintonía con sus caricias, mientras su boca recorría mi cuello con devoción, hacien
AlexaNos levantamos temprano. Cass me ayuda a terminar de arreglar las maletas. Juntas hicimos el desayuno. Son las diez de mañana cuando llega Pierre, come con nosotras, me importa mucho la interacción con la que es mi hermana de vida, con alegría veo que se llevan bien, bromean y quedamos que al volver iremos al Club y ella puede invitar a quien quiera, a Cass se le iluminan los ojos y yo ya me imagino a quién está pensando invitar, sus ojos llenos de picardía se cruzan con los míos y nos soltamos a reír.Pierre, que no comprende mucho, nos mira y sólo se alza de hombros, —¡cosas de chicas! —Bufa y nosotras seguimos riendo.Nos despedimos sin más, Cass recuerda que la llame al llegar y le cuente cómo va todo, yo sólo asiento.Hicimos unas cuantas diligencias más. Cerca de las dos de la tarde pasamos p
LindsayComo cada mañana llego temprano a mi turno. Hoy toca terapia al paciente de la sala 8, qué lástima que un hombre tan atractivo tenga tantos años dormido. Ya se cumplieron cinco años desde que llegó. Lo recuerdo bien, nadie apostaba a que se salvara, sobre todo por la forma como fue encontrado.Cierro el expediente y me dispongo a ubicar los diferentes tratamientos que les tocan a los pacientes hospitalizados, mientras recuerdo cómo llegó, con quemaduras de segundo grado en gran parte de su cuerpo a medio cicatrizar, traumatismo cráneo encefálico, dos costillas rotas y la pierna también.Lo encontramos a las afueras del hospital, fue algo que causó un gran revuelo, nunca había pasado algo así aquí, estamos en Virginia, una ciudad ubicada en el condado de St. Louis en el estado de Minneso
AlexaLa familia de Pierre es encantadora y me han hecho sentir de lo más cómoda, me siento en casa, al salir del aeropuerto nos dirigimos a un restaurant a cenar. Mientras hablan sobre los negocios familiares, aprovecho para detallar a su familia, Amelie, es una señora de poco más de 50 años, sumamente bien conservada, es alta y delgada, con los cabellos platinados casi blancos, que lo lleva corto, con un peinado igual al de Meryl Streep en la película “El diablo se viste de moda”, se ve genial, además que es muy simpática y amorosa con sus hijos.Por su parte Michelle es de cabello castaño abundante y ojos azules como los de Pierre, su tez es blanca, alta, delgada con unas piernas largas y hermosas. Toda una modelo, en ciertos momentos me hace acordar a Cass, es alegre y parlanchina, sumamente quisquillosa con su hermano, pero se nota a leguas que l
ColletteHoy es un día muy importante. El día en el que por fin podré zafarme de todo y de todos. Quedaré como dueña y señora de esta casa y de lo que era de mi adorado marido. ¡No veo la hora!Estoy en la habitación principal, arreglándome para la lectura del testamento de mi esposo Françoise Le Blanc.Me veo en el espejo, el reflejo es de una mujer ideal, a mis 32 años aún me mantengo hermosa, elegante, bien vestida. Recuperé mi figura apenas salí del embarazo, no volveré a pasar por eso jamás. Fue un suplicio esos nueve meses y más aún volver mi figura a su estado normal. Menos mal que no me salieron esas odiosas marcas en el vientre.Sus hijos estarán allí, es obvio que no nos llevamos para nada bien, Antoine y Benoit, tienen 20 y