Alexa
Nos levantamos temprano. Cass me ayuda a terminar de arreglar las maletas. Juntas hicimos el desayuno. Son las diez de mañana cuando llega Pierre, come con nosotras, me importa mucho la interacción con la que es mi hermana de vida, con alegría veo que se llevan bien, bromean y quedamos que al volver iremos al Club y ella puede invitar a quien quiera, a Cass se le iluminan los ojos y yo ya me imagino a quién está pensando invitar, sus ojos llenos de picardía se cruzan con los míos y nos soltamos a reír.
Pierre, que no comprende mucho, nos mira y sólo se alza de hombros, —¡cosas de chicas! —Bufa y nosotras seguimos riendo.
Nos despedimos sin más, Cass recuerda que la llame al llegar y le cuente cómo va todo, yo sólo asiento.
Hicimos unas cuantas diligencias más. Cerca de las dos de la tarde pasamos p
LindsayComo cada mañana llego temprano a mi turno. Hoy toca terapia al paciente de la sala 8, qué lástima que un hombre tan atractivo tenga tantos años dormido. Ya se cumplieron cinco años desde que llegó. Lo recuerdo bien, nadie apostaba a que se salvara, sobre todo por la forma como fue encontrado.Cierro el expediente y me dispongo a ubicar los diferentes tratamientos que les tocan a los pacientes hospitalizados, mientras recuerdo cómo llegó, con quemaduras de segundo grado en gran parte de su cuerpo a medio cicatrizar, traumatismo cráneo encefálico, dos costillas rotas y la pierna también.Lo encontramos a las afueras del hospital, fue algo que causó un gran revuelo, nunca había pasado algo así aquí, estamos en Virginia, una ciudad ubicada en el condado de St. Louis en el estado de Minneso
AlexaLa familia de Pierre es encantadora y me han hecho sentir de lo más cómoda, me siento en casa, al salir del aeropuerto nos dirigimos a un restaurant a cenar. Mientras hablan sobre los negocios familiares, aprovecho para detallar a su familia, Amelie, es una señora de poco más de 50 años, sumamente bien conservada, es alta y delgada, con los cabellos platinados casi blancos, que lo lleva corto, con un peinado igual al de Meryl Streep en la película “El diablo se viste de moda”, se ve genial, además que es muy simpática y amorosa con sus hijos.Por su parte Michelle es de cabello castaño abundante y ojos azules como los de Pierre, su tez es blanca, alta, delgada con unas piernas largas y hermosas. Toda una modelo, en ciertos momentos me hace acordar a Cass, es alegre y parlanchina, sumamente quisquillosa con su hermano, pero se nota a leguas que l
ColletteHoy es un día muy importante. El día en el que por fin podré zafarme de todo y de todos. Quedaré como dueña y señora de esta casa y de lo que era de mi adorado marido. ¡No veo la hora!Estoy en la habitación principal, arreglándome para la lectura del testamento de mi esposo Françoise Le Blanc.Me veo en el espejo, el reflejo es de una mujer ideal, a mis 32 años aún me mantengo hermosa, elegante, bien vestida. Recuperé mi figura apenas salí del embarazo, no volveré a pasar por eso jamás. Fue un suplicio esos nueve meses y más aún volver mi figura a su estado normal. Menos mal que no me salieron esas odiosas marcas en el vientre.Sus hijos estarán allí, es obvio que no nos llevamos para nada bien, Antoine y Benoit, tienen 20 y
PierreEs increíble lo bien que me siento, dejar entrar a Alexa en mi vida ha sido la mejor decisión que he tomado, ella ha traído luz a tanta oscuridad. La veo alejarse y mi pecho se hincha de emoción, tengo una sensación de plenitud inmensa, me siento lleno a su lado. Desearía que esta felicidad fuera infinita, que nada la perturbe.Camino nuevamente hacia mi oficina en espera de los abogados, falta poco para reunirme con ellos, veré qué tanto han adelantado del caso.Llegan puntuales, y enseguida me ponen al tanto.—Pierre —me dice Dominic—, la situación está un tanto complicada, por eso pedimos reunirnos contigo. Collette, como sabes, quedó viuda hace un mes aproximadamente, de acuerdo a las investigaciones corroboramos que quedó en la calle, su esposo no le dejó ni un solo euro, ni propiedades, n
Alexa Pierre llega por mí a Las Galerías Lafayette, verlo caminar hacia mí me llena de emoción, es sumamente guapo, su andar seguro, su porte sexy y varonil, desde donde estoy sentada veo como las mujeres se quedan mirándolo y buscan su atención, su sonrisa se ensancha cuando me divisa. Yo le correspondo. Al llegar donde estoy yo se inclina para darme un beso en la boca, su mano agarra mi nuca y profundiza su beso, que en pocos segundos se volvió intenso envolviéndonos en una burbuja, donde no existe nadie más que nosotros. Como extrañaba su boca sobre la mía.Nos costó separarnos, ambos estamos ansiosos uno del otro. Realmente nos pertenecemos.—Hola, profesor —le digo con picardía.Él sonríe sonoramente, mientras me dice:—Vamos, tenemos reservación en Le Cinq, es un res
Pierre—No puedo creer lo que acaba de pasar, Dominic, yo pensé que ya el juez me iba a dar la custodia de la niña, es evidente que Collette no está capacitada para atenderla.—Tienes razón, Pierre —dice Dominic—, pero el juez actuó de acuerdo al interés superior de la niña, ese informe psicológico fue de gran peso para la decisión.—¿Hay posibilidades de corroborar la veracidad de ese informe? —digo.—Lo corroboramos —dice Erick—, es de un doctor reconocido.Me quedo pensativo, sé de lo que es capaz Collette, es una mujer sin escrúpulos, aún tengo en mi mente la cena de ella anoche, ¿con quién estaría?Nos acercamos donde estaba Alexa con mi familia, las pusimos al tanto de todo, la cara de tristeza de mi madre es grande, ad
IvánHoy es un día importante, las evaluaciones médicas han dado resultados impresionantes, los médicos están sorprendidos por mi pronta recuperación, sobre todo con la casi total recuperación de mi memoria, aún tengo lagunas, pero los especialistas concuerdan en que una vez que interactúe con el que era mi ambiente los recuerdos volverán.Lindsay, la enfermera que me ha atendido, ha sido una mujer maravillosa, ella me ha ayudado mucho a ponerme al día con los acontecimientos que han pasado a lo largo de estos cinco años, sé que siente algo por mí más allá de la relación paciente - enfermera, pero no puedo darle ninguna ilusión, más aún después de los recurrentes sueños que he tenido y que no sé todavía que significan.En la última cita con el
Dominic y Erick Delacroix se dirigen al tribunal para solicitar una cita con el juez Basile Aubert, al llegar piden una audiencia privada con él. Es un día de suerte, el juez los recibe inmediatamente—Buen día, señor Juez —Saluda Erick seguido de Dominic, ambos le tienden la mano al Juez.—Buen día, abogados, tomen asiento, los he recibido sin previa cita, pero espero sean concretos pues tengo audiencia en poco tiempo —contesta el Juez.—Gracias por recibirnos, señor Juez —dice Dominic—. En primer lugar, sé que nuestra visita le parecerá extraña, sin embargo, queríamos hablar en privado por un caso que nos ocupa y no andaremos con rodeos.Saca el sobre y le muestra las pruebas.—Decida usted, señor Juez, si quiere ser recusado o cambiará su decisión —continua Dominic.El juez revisa atónito