Hoy es la gran inauguración del Club Privilege. No es mi primer negocio, pero sí el más ambicioso, he pasado todo el día supervisando que todo salga perfecto.
Mi oficina es amplia y tiene una habitación con baño. Quise hacerlo así para poder quedarme, si se me llegara a presentar cualquier emergencia. ¿Previsión? ¿Oportunidad? Quizás..., sonrío de pensarlo.
Ser soltero y próspero genera oportunidades que no estoy dispuesto a desaprovechar, suena frío, pero en estos momentos no quiero, ni tengo ganas de enredarme en una relación, me hace sentir agobiado, y ya he tenido suficiente.
Luego de una ducha me visto para esta noche. Un traje de dos piezas de Cashmere azul oscuro hecho a medida, con una camisa blanca de seda italiana. No llevo corbata. ¡Me asfixian! Termino poniendo mi loción. Me miró por última vez en el espejo y observo el reloj. Listo para salir...
Son las nueve de la noche. Hace apenas quince minutos se abrió el Club y ya está a reventar. Paso por el salón de seguridad y las cámaras me muestran cómo está la entrada llena, esperando una oportunidad para entrar.
Me voy caminando hasta el salón VIP, saludando a la gente que se detiene a felicitarme por la apertura del local. Tardo 30 minutos en llegar hasta el salón, ¡uff!…
Hasta ahora todo va saliendo de maravilla, sin imprevistos, el personal que he contratado ha mantenido el orden, la seguridad y la atención con estándares de lujo. Me topo con Kathie, una rubia alta, en conjunto muy hermosa, elegante y competente, que ha sido mi mano derecha por años, juntos ya hemos abierto tres sucursales del Club Privilege con excelentes resultados en Francia, España, y ahora este aquí en Estados Unidos. Chicago nos brindó la oportunidad y luego de seis meses de arduo trabajo, al fin estamos abriendo.
—Pierre —me encara Kathie—. La inauguración ha sobrepasado lo previsto, no hemos llegado ni de cerca a la media noche y estamos a casa llena.
—Me parece estupendo Kathie, excelente trabajo, mañana en la tarde, antes de abrir haremos una reunión con el personal para felicitarlo. Por cierto, te ves muy bien, el cansancio como que no te afectó —Me río de ella mientras veo que me hace una cara de fingida molestia para luego reírse.
—¡No te preocupes, que ésta se la cobro al jefe! —Me refuta mientras me guiña un ojo—. Voy a pedir tres meses de vacaciones pagas —sonríe.
—¡Claro! —le contesto—. Cuando inauguremos el quinto Club te las doy.
—Ni lo sueñes Pierre, para eso faltan dos Clubes, y no hemos parado en los últimos cuatro años, merecemos un descanso, todo marcha de maravilla con los otros y este no será la excepción —habla con la soltura de alguien que conoce su trabajo.
Mientras sigo conversando con Kathie sobre el desenvolvimiento de la inauguración, me llama la atención una cabellera negra que pasa cerca de nosotros, ¡Dios! ¡Qué mujer!, ese vestido se le ajusta perfectamente a su cuerpo, el color verde esmeralda hace resaltar su piel blanca de porcelana, sus piernas son hermosas. Mis ojos siguen a la mujer y ya no sé lo que me están hablando.
—Pierre... Pierre, ¿me estas escuchando? —Kathie me sacude en el brazo para llamar mi atención.
Yo no le contesto, pero ella intuitivamente sigue mi mirada.
—¡Listo! Te perdimos por el resto de la noche —exclama Kathie sonriendo— Ve, yo me encargo, cualquier cosa nos comunicamos, si es que tendrás cabeza —y se aleja sonriendo.
Sigo parado viendo hacia donde se dirige la mujer de cabello negro y vestido verde esmeralda, estoy atento para ver si anda acompañada, espero unos minutos, pero sólo veo que habla con otra mujer rubia, mientras se van acercando a la barra, ella voltea, me le quedo mirando fijamente y nuestros ojos se conectan. ¡Dios! Es hermosa....
Ella aparta la mirada y aprovecho de salir de su campo de visión.... Voy a sorprenderla.... Me dirijo rápidamente hacia la barra de cristal donde ellas se encuentran.
Escucho a su amiga pedir un Cosmopolitan, y ella con una voz tan sensual pide un whisky en las rocas...
—Eso no es un trago de chicas —le digo muy cerca de su oído, mis labios casi rozan el lóbulo de su oreja, su cuello invita a que lo besen, siento como todo su cuerpo se tensa y el mío responde ante su belleza.
Se voltea lentamente, y nos quedamos mirando por unos segundos que se hicieron eternos, su rostro es hermoso, tiene unos ojazos negros que hablan por sí solos, una nariz perfecta y una boca... ¡Dios que boca! Perfecta para perder la vida en un beso...
Reacciono cuando ella dice:
—No sabía que las botellas le ponían falda o pantalones dependiendo para quién sean.
Me río sin dejar de observarla y un carraspeo de la chica que anda con ella me saca de mis pensamientos...
—Hola —dice—. Yo soy Cassandra y ella es mi amiga Alexa, ¿y tú eres...? —pregunta la rubia extendiendo su mano.
—Mi nombre es Pierre Dupont, bienvenidas al Club Privilege —tiendo mi mano hacia la rubia y luego hacia la mujer que ha llamado mi atención. Le tomo la mano y me la llevo a los labios, el contacto con su piel suave y sedosa me produjo una cálida sensación de hormigueo que jamás había sentido—. Encantado.
Ella rápidamente retira su mano, veo su rostro y sus mejillas que, aun con la poca luz que hay, están sonrojadas.
Mientras la observo, me dirijo a su amiga y le pregunto tratando de aligerar el momento:
—¿Les puedo invitar un trago?, así podemos conversar y me pueden dar su impresión del club.
La rubia mira a su amiga rápidamente, hay un intercambio de miradas, los ojos de ambas parecen hablar sin palabras, pocas veces he visto ese grado de complicidad y compenetración entre amigas
—Claro —contesta la rubia.
Enseguida le hago seña al bartenders para que sirva, mientras trato de pensar rápidamente como llamar su atención, extraño en mí, pero esta mujer me descoloca, su belleza me abruma, parezco un adolescente en su primera cita, la reflexión me hace reír.
—¿Trabajas aquí? —pregunta la rubia.
—Se puede decir que sí —contesto rápidamente.
—Interesante —contesta, y luego de una muy breve pausa continúa —nosotras hemos venido hasta aquí con doble propósito —dice muy risueña—, bueno con un triple propósito, pero uno es reservado —habla con mucha picardía mirando a su amiga.
—Cass...
—Alexa... —responde la rubia.
—Venimos a conocer el club —continua la rubia—, pero también nos gustaría contactar al dueño, tenemos una agencia de publicidad y nos gustaría ofrecerle nuestros servicios, tenemos creativos de vanguardia y trabajamos con las últimas herramientas de marketing como el neuromarketing, branding, merchandasing y el Search Engine Marketing.
—Bueno, solo me has dicho dos de los tres propósitos —les sonrío.
—El tercero es reservado —contesta enseguida la rubia con picardía, mirando a su amiga.
Me quedo intrigado, con ganas de saber más.
—Creo que puedo ayudarlas —contesto— por lo menos con uno de ellos, pero... ¿qué ganaría yo con eso? —digo mirando fijamente esos profundos ojos negros.
—¿Qué quieres a cambio? —responde ella con la cara altiva, y esa voz profunda que me encantaría escuchar pronunciando mi nombre en la intimidad. Sin embargo, noté que algo en su mirada cambió, sus ojos ahora son fríos.
—Una cena —contesto alzándome de hombros—, simplemente una cena, allí me pueden hablar sobre la propuesta que quieren hacer y luego yo les puedo ayudar a contactar la cita con el dueño —le aclaro de inmediato al ver su cara de espanto, si siente que es una cena de negocios aspiro a que acepte de forma más rápida.
Por segundos las veo mirarse y comunicarse de esa extraña forma, siento una tensión en mi cuerpo en espera de su respuesta.
—Aceptamos el trato —contesta ella, mientras yo suelto el aire que no pensaba que tenía retenido—, aquí esta nuestra tarjeta —me entrega una tarjeta que saca de su pequeña bolsa—, contáctanos y tendremos la cena.
Alzo la vista y la veo a la cara, me tienen cautivados sus ojos, mientras recibo la tarjeta nuestros dedos se rozan y allí esta esa sensación eléctrica de nuevo.
Por encima de sus hombros veo a Kathie haciéndome señas, mal momento para requerir mi presencia, sin embargo, con congoja le digo
—Bueno chicas, sigan disfrutando, espero poder verlas más tarde, el trabajo llama, no se pierdan el espectáculo que viene —Me despido de ambas con el beso en la mejilla, cuando la beso a ella aprovecho para aspirar su aroma, simplemente delicioso—. Nos vemos.
Me separo sin ganas y voy hasta donde se encuentra Kathie.
—Kathie estoy que te mato, sino fuera porque eres mi amiga y mi mejor empleada ya estuvieras en un cajón —le digo con voz alegre para atenuar mis palabras.
—Pierre, si no fuera importante sabes que no te molesto —contesta ella llevándose la mano al pecho y con cara de fingida disculpa—, pero es que el DJ quería hablar contigo antes de la presentación y tú sabes bien que a él no se le puede decir que no.
—De acuerdo —replico—, vamos a ver que quiere David.
Y camino hasta el camerino que tenemos destinados para artistas, con Kathie a mi lado, pero sin dejar de pensar en la belleza de mujer que acabo de dejar atrás.
Doy vuelta a la tarjeta entre mis dedos, y como estoy pensativo y silente, Kathie voltea extrañada y me pregunta.
—¿Pasa algo?, te noto extraño.
—Pasan unos ojazos negros y una mujer hermosa. Tenía tiempo que una mujer no me hacía vibrar nada más verla y me dejara con ganas de más.
—Ten cuidado, mi querido amigo. No quiero verte sufrir de nuevo.
—Pasará lo que deba pasar, si ese es el destino. De lo contrario quedará en una simple visión…
AlexaVeo como se aleja Pierre, lo sigo con la mirada hasta que se encuentra con una mujer rubia muy bella, alta y elegante, ¿será su novia? Él le sonríe mientras le habla y ella lo mira de una manera muy dulce. Extrañamente me incomoda la situación. Pero no puedo apartar la mirada hasta que pasan a una zona que no tiene acceso a la vista del público. Me llevo el trago a la boca y sin pensarlo me tomo lo que queda. Cassandra que no se ha perdido ni una pizca de mis reacciones me dice:—¡Suéltalo, Al!—Qué quieres que suelte Cass —le respondo.—Pues lo que estás pensando, te has quedado absorta viendo como nuestro recién estrenado amigo se aleja, y ni que decir de tu cara cuando se encontró con la rubia.Hago una señal al chico de la barra para que me sirva ot
Al finalizar la inauguración del Club, fuimos a comer algo cerca, entre risas y anécdotas comimos lo mejor de chicago, comida rápida, increíble que este par de bellezas masculinas fueran tan sencillos que no les importa comer donde sea mientras la pasan bien. Realmente fue una agradable compañía, luego de cenar nos despedimos del amigo de Cass y quedamos para almorzar los cuatro el sábado.Nos fuimos directamente a mi apartamento, siempre que salíamos nos turnábamos donde quedarnos para que ninguna de las dos manejara sola en la madrugada. Simple prevención.Al día siguiente nos vimos para almorzar, pasamos la tarde entre risas y comida, bromeábamos porque ellos decían que por primera vez veían a un par de mujeres disfrutando de una comida que no fuera ensalada.Ellos estaban de paso por Chicago, y resulta que Edgar era amigo de la infancia de Cass por lo que
AlexaPierre se coloca detrás de la silla y la saca para que tome asiento, él lo hace frente a mí, me mira a los ojos y me dice:—Estas hermosa hoy, Alexa.—Gracias —le contesto—, quería agradecerte el detalle de las calas.—No hay nada que agradecer —responde—, sin embargo, me gusta el significado que tienen las flores y el de las calas, en el clásico lenguaje victoriano y la antigua Grecia, representan el reconocimiento a la pureza, la inocencia y la magnífica belleza de la mujer a la que se le envía.Su forma de decirme el significado de las flores, me hizo sonrojar. A pesar de sentirme nerviosa, trato de relajarme, su mirada me escruta, sus ojos me dicen que le gusta lo que ve, yo le devuelvo la mirada y detallo sus facciones, parecen esculpidas por dioses, su barba incipiente y bien cuidada le da un a
AlexaEntro al apartamento por inercia, me hice de todo mi autocontrol para no llamarlo y pedirle que regresara y así poder saciar mis ganas de él, ese beso tenía todo lo que anhelaba, lujuria, pasión, fuerza, necesidad, despertó en mi un deseo dormido y fuera de control, si eso lo lograba con sólo un beso, ¿cómo sería estar en la cama y hacer el amor con él?La parte racional de mi cerebro comenzó a funcionar, era una completa locura, este tipo de cosas pasan sólo en las novelas, no en la vida real. Siempre he pensado que todo lleva su tiempo, sé de personas que tienen química inmediatamente al conocerse, pero sentir lujuria y deseo a primera vista me ha parecido inauditamente imposible.Pero lo que es innegable, es que pude sentir como mi cuerpo reclamaba el suyo, se acoplaba tan bien mientr
AlexaHa sido maravilloso sentir sus manos recorriendo mi cuerpo, me ha hecho sentir viva de nuevo, aun me siento en una nube del orgasmo que me ha dado con sus dedos. Ha sido muy intenso.A pesar que siento mis piernas desfallecer, sus fuertes brazos me sostienen. Sus caricias no paran. Siento en mi vientre la señal que está completamente excitado.—Mon amour, Je te veux tellement —sigue susurrando Pierre en mi oído mientras sus manos siguen acariciándome—. No puedo esperar para estar dentro de ti.—Hay demasiada ropa entre nosotros, Pierre.Mis manos fueron directo a los botones de su camisa, mientras se los desabrochaba nos miramos a los ojos, tenía un pecho perfecto, mis manos le acariciaron, mientras él lanzaba un gruñido de placer, la camisa cayó en el piso, nuevamente su boca estaba sobre la mía, mientras sus caderas y
Tomé un taxi, accioné como una autómata al darle la dirección de donde quería ir, y cuando volví en mí, estaba frente al edificio donde vivías Cass, miré el reloj, apenas eran las ocho de la noche, ¿cómo había pasado tanto en tan poco tiempo?, me deje llevar, fue mi única respuesta.Bajé del taxi y me encaminé hacia el apartamento, aún estoy aturdida por todo lo que había pasado, entro y el portero me saluda, le correspondo y me dirijo al ascensor, miro mi aspecto en el espejo, me arreglo el cabello y trato de alisar mi ropa, me siento nerviosa y alterada.Toco el timbre y oigo los pasos de Cass y el ruido de la puerta al abrirse.Cass me mira y enseguida se da cuenta que algo no va bien, me conoce demasiado.—Alexa, ¿qué pasó?, ¿qué tienes? —abre la puerta y me deja pasar.Entro
PierreQuedarme desnudo en medio de mi oficina no era una opción, no era lo que tenía en mente, pero sucedió. Ver a Alexa vestirse me dejó paralizado, quería retenerla, pero no sabía cómo. No me dejaba hablar, la veía recogiendo su ropa y caminar de un lado a otro mientras hablaba, ¿se sentía arrepentida? ¿Algo le habría molestado?Aunque sentí su entrega, su cuerpo fundirse con el mío, su boca recibiéndome con pasión desenfrenada, no puedo explicar qué le pasó simplemente salió de la oficina dejándome desconcertado.No podía correr detrás de ella, aunque quisiera. La vi demasiado turbada.Me vestí rápidamente, quería salir de la oficina. Todo allí olía a ella, me fui directo al Club, necesita despejarme
Ver salir a Pierre de la oficina de esa manera generó un silencio extraño, la primera en romperlo es Cass con una estruendosa carcajada.—Vaya que el francesito salió mandón —dice Cass riendo.Yo aún sin poder articular palabra, miro a Cass con fijación y de repente estallo en carcajadas como una loca, me río tanto que se me salen las lágrimas.Cass, quien al principio se me quedó mirando con extrañeza ante la reacción, se une a mí, y reímos ambas como hace tanto tiempo que no lo hacíamos.—Si el francés ha logrado hacerte reír de esa manera, es mi nuevo héroe —dice Cass riendo aún.—Ciertamente es un mandón —digo—. Y no va a ser tu héroe Cass, simplemente me causó gracia su actitud, no hagas rollo de la nada.—Sí, claro —dice Cass eleva