Alexander deliberadamente se hizo parecer más vicioso y acercó a Lily. Habló en voz más baja mientras tocaba su frente sobre la de Lily:

—Ya que soy un hombre tan aterrador, ¿no tienes miedo de enfrentarme todos los días?

Al verlo hacer muecas a propósito, Lily se rio aún más fuerte y contenta. Su corazón hosco parecía más tranquilo.

—¿Por qué debería tener miedo? ¿Debería preocuparme de que me comas?

—¿Entonces no tienes miedo? —Sosteniendo su barbilla, Alexander resopló.

—¡No! —Lily negó con la cabeza, besó rápidamente los labios de su esposo y susurró—: ¡No es como si nunca lo hubieras intentado antes!

Alexander no respondió porque notó que Lily estaba provocando con sus mejillas enrojecidas. Él quería comérsela ahora mismo. Reprimiendo sus pensamientos impulsivos, la besó en la frente y dijo:

—Es fácil dejar morir a una persona. A veces, vivir es más doloroso que morir.

Al escuchar sus palabras, Lily se quedó en silencio.

Lo que dijo Alexander era correcto. Si en