El hombre se sorprendió porque se suponía que Lily estaba en el patio. La puerta estaba cerrada y las paredes tenían casi cinco metros de altura. “¿Ella salió volando de allí?” —pensó el hombre.

Por otro lado, Lily estaba tan concentrada en la materia prima que tenía delante que no se dio cuenta de los demás.

—Aquí está el dinero si no me crees. —Lily sacó su bolso y una pequeña pila de dinero en efectivo y se los puso en la mano a Kasey—. Puedes darme tu dirección y pasaré un día. Firmemos un acuerdo.

Cuando los jóvenes notaron la seriedad de Lily, no pudieron ocultar su sorpresa. Sin embargo, todavía lo encontraban ridículo.

—¡Felicitaciones, Kasey! ¡Encontraste a alguien que aprecia tu pequeño pasto! —La chica junto a Kasey le dio una palmadita en el hombro con un dejo de burla en su voz.

Sin embargo, a Lily no podría importarle menos. Si todo el mundo pudiera identificar las materias primas tan rápidamente, no habría tan pocos perfumistas por ahí, y si otros reconocieran