—Parece que no llego demasiado tarde. —Alexander sabía que Lily podía protegerse a sí misma, pero solo se sintió aliviado cuando confirmó su seguridad con sus propios ojos. El caso anterior de secuestro en Westwood lo mantuvo nervioso. Sin embargo, no había nada de malo en ser cauteloso.

—¿Hay algún problema? —Lily escuchó su significado implícito y parpadeó varias veces.

—Cambiemos de ubicación antes de continuar —dijo Alexander.

Él tiró de ella hacia un gran árbol cercano a un lado. Había un Mercedes-Benz negro estacionado allí. La noche oscura y la sombra del árbol ayudaron a ocultarlo y nadie lo notaría a menos que prestara atención.

Lily subió al auto y se sintió mucho más cálida. Respiró en sus manos para mantenerse caliente. Al instante siguiente, ambas manos de ella estaban en las palmas de él, y él calentó sus manos con las suyas.

—Es demasiado tarde. ¿Dónde has estado? —Preguntó en un tono de reprimenda.

—Fui a la caza del tesoro —recordó Lily el tesoro que encont