Los arreglos de bienvenida les esperaban después de que el avión aterrizara en el destino.

En el caso de Melanie, Nathaniel lo organizó todo, e incluso el hotel había sido reservado con antelación. Aunque Melanie ya estaba junto a la puerta del coche, no se subía ya que quería ver el coche de Lily.

Aunque el Grupo La Beauté respaldara a Renacer, seguían siendo una compañía subsidiaria trivial. Puede que no fueran tan grandes como MN Inc. en términos de escala, pero parecía que querían ser pretenciosos al enviar a sus representantes en la cabina de primera clase.

“¿Señorita Thayer?”. La persona que la llevaría al hotel se preguntó por qué Melanie no quería subirse al coche y trató de llamar su atención.

“Sí, ya voy”, contestó Melanie, y justo cuando estaba a punto de subirse al coche, vio a la persona que buscaba.

Lily y Jenny no tenían prisa. Salieron lentamente mientras arrastraban sus maletas, y entonces...

¡Un Rolls-Royce!

¡Era imposible que ella no recon